
El escándalo de títulos falsos también sacude al PSOE: De Sánchez y Puente a Narbona
El ministro de Transportes señala a Noelia Núñez del PP mientras él y otros socialistas también falsearon sus curriculums
La reciente dimisión de Noelia Núñez, diputada del Partido Popular (PP) y una de las jóvenes promesas del conservadurismo madrileño, ha reavivado el debate sobre la integridad curricular en la política española. Núñez dejó todos sus cargos públicos y orgánicos. Incluido su escaño en el Congreso, tras admitirse que no había terminado los estudios universitarios que figuraban en su ficha institucional. La presión política, en especial desde el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fue determinante.
Su salida, calificada como un "acto de responsabilidad rara en la política", ha arrojado luz sobre las propias sombras del PSOE en esta materia. Desde 2018, varios de sus dirigentes han sido señalados por incluir información falsa o inexacta en sus currículums, sin que la mayoría asumiera responsabilidades. Lo que para Núñez supuso el final de su carrera parlamentaria, para otros ha sido un simple “error de redacción”.
Pero ningún partido de todo el emiciclo de está exento de estos escándalos, una tónica que parece repetirse independientemente del color político. El PSOE ha sido uno de los partidos más escandalosos en los últimos años con algunos de las controversias más escandalosas en cuento a sus curriculum personales.
Carmen Montón: El máster fantasma de la Universidad Rey Juan Carlos
En 2018, Carmen Montón dimitía como ministra de Sanidad apenas tres meses después de tomar posesión. La prensa había destapado irregularidades graves en un máster de Estudios de Género cursado en la Universidad Rey Juan Carlos. Se le acusó de plagio, notas modificadas y asistencia nula a clases. La URJC inició una investigación interna, aunque posteriormente el juzgado archivó el caso por falta de pruebas penales.

Paradójicamente, en 2020 fue designada embajadora observadora ante la OEA, y en su currículum oficial aún figuraba el polémico máster. A pesar de su dimisión, el caso consolidó la sospecha pública sobre la utilización espuria de títulos académicos entre los cargos del PSOE.
Pedro Sánchez: La sombra perpetua sobre su tesis doctoral
El actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha cargado con la polémica sobre su tesis doctoral desde 2018. Aunque siempre negó haber cometido plagio y amenazó con acciones legales contra los medios que lo sugirieron, análisis independientes detectaron párrafos sin citar y el uso de fuentes no acreditadas.

El Gobierno colgó la tesis en el repositorio Teseo, pero la polémica no se apagó. Se cuestionó también la composición del tribunal que la evaluó, uno de cuyos miembros fue más tarde premiado con un cargo en la Unión Europea. A pesar de todo, Sánchez no dimitió y el PSOE cerró filas.
Pilar Bernabé: De licenciada a "inició estudios"
La actual delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana fue acusada en abril de 2025 de inflar su currículum. Figuraba como licenciada en dos titulaciones que no completó. Tras las revelaciones, su biografía en la web del PSOE fue modificada sin explicación pública, cambiando “licenciada” por “inició estudios”.

Bernabé culpó al partido del error y negó haber mentido. No renunció a su cargo, ni fue sancionada por el partido. Pese a la presión del PP, que la apodó “delegada de la mentira”, siguió adelante con su carrera política e incluso se postuló para la alcaldía de Valencia.
Óscar Puente: Máster no oficial, polémica oficial
En julio de 2025, el ministro de Transportes, Óscar Puente, quedó en entredicho. Se calificó en redes como “máster”. En realidad, era un curso de Dirección Política no universitario impartido por la Fundación Jaime Vera, vinculada al PSOE.

El caso cobró notoriedad porque Puente fue uno de los que exigió la dimisión de Noelia Núñez por su currículum. A diferencia de ella, Puente no renunció ni se disculpó. Argumentó que su curso era distinto al “comportamiento inexcusable” de Núñez. La incoherencia no pasó desapercibida.
Cristina Narbona: Doctora… sin doctorado
La presidenta del PSOE durante décadas alegó ser doctora en Economía por una universidad italiana que, en la fecha señalada, no otorgaba doctorados. Su currículum fue corregido en 2019, tras una investigación que demostró que en realidad tenía una licenciatura.

Más grave aún, se descubrió que Narbona formó parte ilegalmente del tribunal de una tesis doctoral en 2016, sin ser doctora, contraviniendo la normativa española. No se produjeron consecuencias políticas ni partidarias.
Patxi López: Ingeniería sin terminar
El portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, figuraba en su perfil oficial como haber estudiado Ingeniería Industrial. Omitía que abandonó la carrera sin finalizarla en 1987. La polémica resurgió en 2025, justo cuando criticaba a Noelia Núñez por su falsedad curricular.

López tampoco ha dimitido ni rectificado públicamente su currículum. A diferencia de Núñez, no ha considerado que su omisión académica sea motivo suficiente para dejar la política.
José Blanco: El abogado que no terminó Derecho
El exministro de Fomento y ex vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ha sido reiteradamente presentado como “abogado”. No terminó la carrera de Derecho. Aunque no fue uno de los casos más mediáticos, su biografía oficial lo situaba como jurista sin serlo.

Este caso se añade a otras polémicas judiciales en las que se vio implicado, como el "caso Campeón", del que fue finalmente absuelto. Nunca rectificó ni asumió responsabilidad pública por la tergiversación académica.
¿Dimisión o discreción? Una doble vara de medir
La comparación con el caso de Noelia Núñez, quien dimitió tras reconocer su error, revela una profunda inconsistencia en la respuesta política. En el PSOE, la mayoría de los implicados se limitaron a corregir discretamente sus currículums o negaron cualquier mala intención. Solo Carmen Montón dejó su cargo, y lo hizo en medio de una presión mediática insostenible.
El Partido Socialista, que ha exigido con vehemencia la dimisión de figuras del PP por casos similares, ha actuado con ambigüedad cuando las irregularidades afectan a sus filas. Esta doble vara de medir ha sido duramente criticada por la opinión pública y por analistas que exigen estándares éticos comunes y objetivos.
La proliferación de fraudes curriculares no es un problema menor ni aislado. Constituye un síntoma de una cultura política que tolera la exageración y la falta de transparencia. Mientras los partidos sigan utilizando el escándalo ajeno como munición política, en vez de como motivo para una reforma estructural, la confianza ciudadana seguirá erosionándose.
Noelia Núñez, al asumir su responsabilidad y dejar la política, ha marcado un precedente difícil de ignorar. La pregunta ahora es si sus homólogos del PSOE seguirán su ejemplo… o seguirán parapetados tras sus biografías retocadas.
Más noticias: