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Hombre con traje y corbata sentado en una silla durante un evento, con un micrófono de diadema.
INVESTIGACIÓN

Enrique Riquelme se desembaraza de la marca Abengoa antes de dar el salto a la Bolsa

El empresario alicantino renombra como Cox la compañía conocida hasta la fecha como Coxabengoa

Enrique Riquelme ultima el salto a Bolsa de Cox  tras desembarazarse de la controvertida marca Abengoa. La antigua Coxabengoa se renombra como paso más "en el proceso de evolución en el que trabaja la empresa desde que en 2023 formalizó el contrato de adquisición de las unidades productivas autónomas del Grupo Abengoa de las que resultó adjudicataria", explica la compañía. 

La intención del cambio de marca es "expresar y reforzar aquellos valores que guían históricamente la actuación de la compañía. Así como visibilizar su posicionamiento en el mundo de agua y de las energías verdes. Mostrando su decidido compromiso con el desarrollo sostenible a través de la innovación y la tecnología de manera socialmente responsable". 

Cox dice que su marca pretende ser "una expresión de aquellos valores que guían las actuaciones de la empresa. Con el objetivo de conseguir que la prosperidad sea sostenible en aquellas comunidades donde está presente". 

Su nuevo nombre, asegura Riquelme, "es reflejo del espíritu emprendedor que siempre ha acompañado a la compañía y muestra su compromiso con el desarrollo sostenible". "Nuestro propósito no es otro que tratar de contribuir a resolver la escasez de agua potable en el mundo. Y poner nuestro granito de arena en la lucha contra el cambio climático, generando energías limpias. Creemos que esta nueva imagen visibiliza esa misión dándole protagonismo al agua y a la energía renovable, imprescindible para la tan necesaria transición energética". 

Riquelme está feliz después de que la Justicia haya archivado la denuncia de la compañía Urbas. Esta constructora le acusó de tener información privilegiada a la hora de presentar la puja por Abengoa. 

Asesoría de Deutsche Bank 

Cox camina de la mano del banco de inversión Deutsche Bank en su inminente salto a Bolsa. Lo hará con el objetivo de conseguir financiación de cara a su futura expansión. El alicantino Enrique Riquelme Vives (Cox, 1989) quiere culminar el brutal crecimiento de esta empresa que fundó hace una década. 

El joven empresario procede de una familia dedicada al sector del cemento. Tras fracasar en sus estudios, Riquelme comenzó a trabajar en la empresa familiar. Y en el año 2010 se marchó a trabajar a Panamá

"Encontré buenos socios y comencé a crecer con fábricas de cantera, de esta manera fundé Grupo Sol. Con todo el boom de construcción que se vivía en Panamá por esos tiempos, crecimos muy rápido. Y pronto teníamos alrededor de 1.200 empleados", contó en Forbes

En 2012 decidió apostar por las renovables. Y en 2014 creó el Grupo Cox, que en 2023 se hizo con Abengoa

José Antonio Hurtado de Mendoza, CEO de Cox, asegura que "durante los últimos meses, Cox ha experimentado avances significativos. Y ha sentado las bases para potencializar su crecimiento en el corto y largo plazo. Con la reciente integración de los activos de energía provenientes de la compra de las unidades productivas de Abengoa. Así como con la adquisición de la plataforma europea, la compañía se perfila para lograr un crecimiento récord durante 2024. Lo hará apoyado por una fuerte estrategia de expansión con enfoque en la rentabilidad sostenida. Y la apuesta por la diversificación de energías". 

El directivo afirma que "esta solidez y coherencia han permitido que, pese a la complejidad del entorno, el elevado grado de diversificación, la disciplina y fortaleza financiera. Así como la ambición innovadora de Cox, sea un catalizador para que el 2024 pueda ser el mejor año en términos de desarrollo y nuevas oportunidades".

Enrique Riquelmene está intentando encauzar Abengoa, con la que se hizo el pasado año por 563 millones de euros. "Abengoa es una compañía estratégica para España y queremos que vuelva a ser referente. Estamos convencidos de que nuestra propuesta permitirá conformar un grupo líder de desarrollo de soluciones energéticas", aseguró el empresario. 

Una sala de reuniones con una pared decorada con un diseño azul y blanco que incluye el logotipo de COX y el lema
Cox | EP

Riquelme se llevó el gato al agua frente a HSBC y Urbas, y acrecentó su fama. Algunos medios han señalado que intentará hacerse con la presidencia del Real Madrid cuando Florentino Pérez se jubile. Cabe recordar que su padre, Enrique Riquelme de la Torre, fue consejero blanco con Ramón Calderón entre 2006 y 2009. 

El empresario aseguró estar "viendo la posibilidad de aplicar lo aprendido y manejarme con una junta directiva hiperprofesional, no de amigos, para llevar al club a otro nivel". "Ahora mismo, o el club toma una dirección diferente y profesionaliza al máximo la gestión, convirtiéndose realmente en un club global, o habrá problemas. Y ser global no es hacer una gira por Estados Unidos", aseguró en El Confidencial. 

El dueño de Cox Energy no ha admitido esta intención que sonó en 2021. Y tampoco ha valorado que le hayan situado como patrocinador de 'Se Acabó la Fiesta'. El polémico líder de esta agrupación, Alvise Pérez, negó que detrás de su proyecto se encuentre Riquelme jr. 

El derrumbe de Abengoa antes de ser adquirida por Riquelme

El juez sustituto de la Sección Tercera del Juzgado Mercantil de Sevilla, Francisco Javier Carretero Espinosa de los Monteros, dictó en julio de 2022 un sensible auto. El mismo decretó la definitiva liquidación de la histórica Abengoa SA, matriz del grupo fundado en 1941. 

Los nubarrones se habían instalado de forma casi definitiva en la multinacional sevillana. Esto fue después de que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) se negase a ejecutar un rescate. El mismo alcanzaba 249 millones de euros y se le negó por la imposibilidad de la compañía para devolver el dinero. 

Abengoa se convirtió años atrás en un 'caballo desbocado' que impidieron el éxito de los 3 rescates financieros que intentaron. La pésima gestión de varios de sus últimos administradores, con la complicidad de las élites políticas, abocaron a la destrucción de miles de empleos. 

La valoración bursátil de Abengoa rondaba los 130 millones de euros en 2020. Esta cifra contrasta con los 4.000 que llegó a rondar en su momento álgido. Este desplome abocó a la firma al desguace que precederá a la quiebra después de haber perdido en 2019 más de 549 millones de euros. Estos números rojos provocaban que su patrimonio neto negativo fuese ya prácticamente inasumible: 4.760 millones de euros. 

Aun así, desde el Gobierno de España se intentó a través de los avales del Instituto de Crédito Oficial que la compañía se mantuviese con vida de forma más o menos artificial. La entonces ministra de Industria, Reyes Maroto, pidió paciencia a los acreedores y el apoyo de las instituciones públicas. 

Abengoa entró en preconcurso de acreedores en 2015 tras arrastrar una deuda de 20.000 millones. Esta deuda se redujo a menos de un tercio. Lo logró tras conseguir que los acreedores se convirtieran en accionistas de una empresa con cada vez menos capitalización. 

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