La crisis de los menas en España: 'Hay que hacer del problema una oportunidad'

Los menores extranjeros no acompañados (MENAS) llevan en el ojo del huracán desde julio. Hay quienes defienden que el motivo del incremento delincuencial en España nace de la gran cantidad de menas que hay en territorio nacional. Debido a su ubicación geográfica, Canarias, Ceuta y Melilla son las comunidades autónomas en las que hay mayor sobreocupación de menas. Por ello, este lunes se ha registrado la proposición de ley de reforma de la Ley de extranjería en el Congreso de los Diputados.

Esta iniciativa presentada por PSOE, Sumar y Coalición Canaria propone modificar el artículo 35 de la norma para establecer un reparto vinculante de los menores migrantes no acompañados entre las diferentes comunidades autónomas desde las regiones más afectadas, el cual deberá completarse en los 15 días posteriores al registro del menor. La reforma establece que la sobreocupación ocurrirá cuando los menores acogidos superen en un 150% el número de plazas ordinarias disponibles en el sistema.

El reparto de los menores y los criterios objetivos serán acordados por la  Conferencia Sectorial de Infancia y Adolescencia "atendiendo al principio de solidaridad". El reparto se llevará a cabo cuando una vez acreditada la insuficiencia de los servicios autonómicos de las regiones receptoras para atender a estos niños.

En Canarias la situación está al límite. Según la ministra de Juventud e Infancia Sira Rego, 5.600 menores siguen en Canarias a la espera de ser ubicados. La pasada semana el PP mostró su apoyo al reparto de menas y aceptó pactar con el gobierno el reparto a las comunidades autónomas de los menores inmigrantes no acompañados hacinados en Canarias. Esto provocó que VOX rompiese el acuerdo de gobierno y decidiera retirar su apoyo parlamentario a muchos los gobiernos autonómicos del PP. El primer Defensor del menor, Javier Urra, analiza en elcierredigital.com la situación actual respecto a los menores no acompañados.

La problemática de los menas en España

Aproximadamente, en España hay unos 5.300 menores no acompañados, cuyos países de origen más común son Argelia y Marruecos. No obstante, también hay algunos subsaharianos y muy pocos del este de Europa. Hasta que cumplen 18 años la tutela de estos menores está ostentada por las distintas comunidades autónomas.

Javier Urra observa que “es un problema que se remonta a mucho tiempo atrás. El mundo no es justo. La esperanza de vida de España duplica a la de África. Además, contamos con tres puntos geográficos que están muy próximos al continente africano. Por lo tanto, el tema de los flujos migratorios es algo real, complejo y que va a ir a más”. 

El menor no acompañado es una persona menor de edad que sale de su país por distintos motivos, como puede ser la economía, la violencia y la búsqueda de una vida mejor. No obstante, “si se averigua su familia y esta quiere acogerlo el menor es repatriado a su país. Hay muy pocos casos de este estilo, ya que los chicos no dicen cuál es su país real, la familia no quiere hacerse cargo o el país de procedencia no tiene servicios sociales ni cuenta con los medios suficientes”, añade Javier Urra.

Respecto a la generalización de algunas partes de la sociedad, que afirman que los menas son un foco de delincuencia, el primer Defensor del menor observa que “sí hay algunos menas que cometen delitos deben ser sancionados, pero no hay que entender ni generalizar que todos los menores no acompañados vienen a delinquir. A los jóvenes que vienen a España hay que educarlos a nuestra cultura y sociedad. Bien planteado el tema de los menas puede ser una solución. La palabra niño o adolescente tiene que estar por encima de la de inmigrante. Los niños no tienen banderas ni fronteras”.

Una vez llega el menor  las comunidades autónomas disponen de centros de acogida, que “deberían ser espacios temporales”, observa Urra. El psicólogo estuvo presente en el Congreso de los Diputados, donde se dialogó acerca de soluciones a medio plazo. 

“Esta solución pasa por el acogimiento por parte de familias, que es una buena solución. Para ello, la administración tiene que ayudar económicamente a las familias. Esto permite que el chico se integre en las familias. Otra solución es Aldeas SOS, que lleva a cada chico a una aldea, pero no los tiene en grupos. La tercera cuestión es que son chicos muy capaces con muy buena mano de obra, por lo que habría que darles opciones laborales con 16 años. España, junto con Italia, es el país del mundo con menos natalidad, por lo que vamos a requerir muchísima migración”, añade Urra.

“El último punto es que  la legislación llega hasta los 18 años, por lo que a esa edad los chicos acaban en la calle. Esto provoca un riesgo alto para el chico y para la sociedad por su vulnerabilidad. Sin embargo, debería estar integrado laboralmente y ser un miembros más de la sociedad. Hay que poner medios para que los chicos no caigan en la exclusión ni sean vulnerables. Necesitamos jóvenes que se integren, con mayor atención mejorará la situación para todos”, concluye Javier Urra.