El avance del fentanilo preocupa en España: Todos se preparan ante su expansión

El fentanilo, un opioide sintético extremadamente potente,  ha empezado a aparecer en España. No ha tardado en generar preocupación entre las autoridades y los cuerpos de seguridad. 

Este opioide, 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina, ha causado estragos en Estados Unidos. Allí se le atribuye una crisis de sobredosis sin precedentes. 

En España la situación aún está bajo control. Aunque el riesgo de que el fentanilo se convierta en una droga de uso común entre los narcotraficantes ha llevado a las autoridades a reforzar los mecanismos de prevención y respuesta.

El uso médico del fentanilo está legalmente autorizado en España, principalmente para tratar a pacientes con dolor crónico o cáncer. Pero la facilidad con la que se puede desviar hacia el mercado negro ha generado preocupación. 

El aumento de las recetas de este medicamento ha sido notable, con un incremento del 14% en los últimos años. Lo que ha situado a España como uno de los países con mayor consumo de opioides. 

El problema surge cuando esta sustancia comienza a distribuirse de manera ilegal. En la calle suele encontrarse mezclada con otras drogas como la heroína o la cocaína, aumentando significativamente el riesgo de sobredosis letales.

El narcotráfico de fentanilo en España sigue estrategias similares a las utilizadas para otras drogas como la cocaína. Los cárteles mexicanos, en particular, juegan un papel crucial en la producción y distribución de esta droga a nivel global. 

En España, las autoridades han identificado los puertos de Algeciras, Valencia y Barcelona como puntos estratégicos de entrada para estas sustancias. Aunque también se utilizan rutas aéreas y terrestres.

Los narcotraficantes emplean contenedores camuflados entre mercancías legales. Además de utilizar "mulas" humanas que transportan pequeñas cantidades de fentanilo dentro de su cuerpo. 

La droga se presenta en diferentes formatos, incluyendo polvo, pastillas y soluciones líquidas. Esto facilita su manipulación y distribución a nivel local. 

En algunos casos, se ha detectado que los laboratorios clandestinos en países de tránsito han comenzado a producir versiones más económicas y peligrosas del fentanilo.

El papel de las autoridades españolas

Ante esta creciente amenaza, las fuerzas de seguridad en España han redoblado sus esfuerzos para detener la entrada y distribución de fentanilo.

Desde la plataforma SUP explican que la Policía Nacional, en colaboración con organismos internacionales, ha implementado una serie de protocolos de prevención y actuación para minimizar el riesgo que representa esta sustancia para los agentes y la población general. 

Un informe reciente del Área de Coordinación de Prevención de Riesgos Laborales subraya la necesidad de dotar a los agentes con equipos de protección personal (EPP). Como guantes de nitrilo, mascarillas FPP2, trajes desechables y gafas de seguridad,  para evitar el contacto directo con el fentanilo.

Además, las autoridades han comenzado a utilizar equipos avanzados para la detección de fentanilo en lugares de posible distribución. Como el analizador portátil Gemini, que combina espectroscopias de infrarrojo y Raman, y permite la identificación de la droga in situ.

La Naloxona: Una herramienta clave

Uno de los avances más importantes en la lucha contra el fentanilo ha sido la disponibilidad de la naloxona, un medicamento capaz de revertir los efectos de una sobredosis de opioides.

La naloxona es especialmente efectiva en casos de sobredosis por fentanilo, y su administración rápida puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. 

Este medicamento se administra fácilmente a través de un atomizador nasal. Esto facilita su uso tanto por profesionales médicos como por agentes de seguridad que puedan estar expuestos a la droga.

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha solicitado formalmente que se entrene a los agentes en el uso de naloxona. También que se les provea con atomizadores nasales como parte del equipo estándar de intervención. 

Esta medida ya ha sido adoptada en países como Estados Unidos. Allí el fentanilo ha provocado miles de muertes, y se considera esencial para proteger tanto a los agentes como a los civiles que puedan estar en contacto con la droga.

La formación de los cuerpos de seguridad es un componente esencial para combatir la expansión del fentanilo. El Ministerio del Interior ha emitido varias directrices basadas en las recomendaciones de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.  Estas establecen protocolos de actuación para los agentes que se enfrentan a opioides sintéticos. 

Estas directrices incluyen desde cómo manejar la sustancia de manera segura hasta la correcta descontaminación del equipo expuesto.

En intervenciones de alto riesgo, como el desmantelamiento de laboratorios clandestinos o la manipulación de grandes cantidades de fentanilo, los agentes deben utilizar equipo de respiración autónoma. También trajes completamente herméticos para evitar inhalar o absorber la droga a través de la piel.

Este tipo de medidas preventivas son fundamentales para reducir el riesgo de exposición y asegurar la integridad física de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.

A pesar de los avances en la lucha contra el fentanilo, España enfrenta varios desafíos a medida que esta droga se introduce cada vez más en el mercado negro. 

La facilidad con la que los narcotraficantes pueden fabricar versiones más económicas y peligrosas de la sustancia es un punto clave. Combinada con la falta de conciencia pública sobre los peligros del fentanilo, podría desembocar en una crisis de opioides similar a la de Estados Unidos si no se toman medidas adicionales.