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Mujer con gafas y cabello corto rojizo hablando en una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados de España, con banderas de España y la Unión Europea al fondo
INVESTIGACIÓN

Compromís se aleja de Sánchez: La nueva técnica de Àgueda Micó para robar votos

El partido valenciano sufre una fractura interna en el Congreso de los Diputados, deja a Sumar y se va al Grupo Mixto

El movimiento de  Àgueda Micó (1978,  Ollería) ha provocado un temblor en el tablero político valenciano en el Congreso de los Diputados. Uno de los dos diputados de Compromís formalizó el pasado mes su salida del grupo parlamentario de Sumar. Se integró en el Grupo Mixto, pese a que su compañero sigue dentro de la coalición yolandista.

Micó lo hizo con un objetivo claro: ganar autonomía y libertad en su labor legislativa. Esta decisión, aunque prevista, se consumó en un momento estratégico, con múltiples frentes abiertos y con implicaciones tanto en Madrid como en València.

Micó presentó su solicitud ante la Mesa del Congreso. Fue justo un día después de que la dirección de Compromís se reuniera sin lograr consensos. En ese encuentro quedaron expuestas las profundas diferencias entre las principales fuerzas que componen la coalición: Més, Iniciativa y Verds Equo. 

Los de Més, liderados por Joan Baldoví, son cercanos a Sumar. Pero prefieren tomar distancias con Madrid por cálculo electoral.  E Iniciativa, que siempre se ha encontrado más cómodo con Podemos que con el yolandismo, prefiere seguir en Sumar para defender a la izquierda estatal en un momento tan delicado. 

Dos caminos dentro de Compromís

Compromís nació como una coalición plural, integrada por partidos de tradición valencianista, ecologista y de izquierdas. Pero hoy, esa pluralidad se ha convertido en división. La unidad interna está profundamente resquebrajada. Més per Compromís, la formación de la que proviene Micó, ha optado por separarse de Sumar. Iniciativa, en cambio, representada por Alberto Ibáñez y cercano a Mónica Oltra, ha decidido seguir dentro del grupo liderado por Yolanda Díaz.

Así, mientras Ibáñez se queda dentro de Sumar, Micó se marcha al Grupo Mixto. Es un gesto político de peso. La fractura no es solo organizativa, sino también ideológica. Més quiere marcar perfil propio, desligarse de la dinámica estatal y recuperar voz propia para defender una agenda valenciana sin intermediarios. Iniciativa, por su parte, sigue apostando por una estrategia de alianzas a nivel estatal, creyendo que la influencia se gana dentro de los grandes bloques.

Mujer con gafas y cabello corto rojizo hablando en una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados de España, con banderas de España y la Unión Europea al fondo
Àgueda Micó. | EP

Este conflicto interno refleja un debate de fondo. Desde Més, la respuesta está clara. Consideran que Compromís ha perdido protagonismo en Madrid y que su capacidad de influencia se ha diluido.

"No habrá carta blanca al PSOE"

Micó no ha ocultado sus intenciones. Ha sido clara en sus declaraciones y tajante con sus palabras. Asegura que no va a dar "carta blanca" al Gobierno de Pedro Sánchez. Reivindica una posición firme, crítica y exigente con el Ejecutivo,  especialmente en lo que respecta a las demandas valencianas.

El paso al Grupo Mixto no es fácil. Se pierden recursos, tiempos de intervención y visibilidad mediática. Pero se gana libertad. Micó lo sabe y está dispuesta a asumir ese coste a cambio de recuperar margen de maniobra. El objetivo: reconstruir un espacio político valencianista, progresista y con voz diferenciada en Madrid. 

En medio de este momento de cambios, Gabriel Rufián, portavoz de ERC, ha lanzado una propuesta que ha generado incomodidad. Su idea: formar un nuevo bloque plurinacional y progresista. Este frente incluiría a partidos soberanistas como EH Bildu y el BNG, pero también a formaciones estatales como Podemos, Adelante Andalucía… y Compromís.

Sin embargo, la propuesta no ha sido bien recibida. Dentro de ERC ya hay divisiones. Y en Compromís, directamente, ha sido ignorada. Micó no quiere saber nada del plan. Considera que responde más a una estrategia personal de Rufián que a un verdadero intento de unidad.

El tono de la propuesta tampoco ayudó. Rufián dijo: "Ya basta de esperar. Hagámoslo nosotros. Si no, nos lo volverán a hacer". La frase fue interpretada como un ataque. Tanto a los suyos como a otras formaciones progresistas. Sonó más a desafío que a una invitación sincera. En Compromís, la lectura fue clara: no es el momento ni el método.

La crisis de Mazón como campo de batalla

Mientras en Madrid se redefinen alianzas, en València también se reconfigura el mapa. Compromís ha decidido apuntar directamente contra el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. El líder del PP valenciano está en el centro de la polémica, en este caso por haber concedido la medalla de oro del mérito policial a sus escoltas. Micó ha denunciado esta acción como un intento de "comprar el silencio" de los agentes.

Este caso permite a Compromís volver al terreno que mejor conoce. Retoma la denuncia de las redes clientelares del PP y la defensa de la ética institucional. También les permite desviar el foco mediático de su fractura interna y poner a la derecha valenciana en el centro del debate.

El PP y el PSPV atraviesan momentos difíciles en la Comunidad Valenciana.

El Gobierno de Carlos Mazón (PP) está bajo presión por su escándalosa gestión de la DANA. Desde la oposición critican la falta de previsión, una respuesta lenta y su catarata de flagrantes mentiras. Compromís ha aprovechado para denunciar la gestión y exigir responsabilidades.

El PSPV, por su parte, también sufre desgaste. La Fiscalía pide cuatro años y 10 meses de prisión para Francis Puig, hermano del expresidente Ximo Puig. Lo acusan de fraude. Según el ministerio público, presentó facturas falsas para cobrar subvenciones entre 2015 y 2019. Las ayudas eran para fomentar el valenciano en medios de comunicación. También está procesado su socio, Joan Enrique Adell. El caso nació por una querella del PP en 2019.

Hombre hablando en un mitin político de Compromís y Sumar con gesto enérgico y fondo rosa
Alberto Ibáñez. | EP

Además, otro escándalo ha sacudido al PSPV. José María Ángel Batalla ha dimitido como presidente del PSOE valenciano y como comisionado para la reconstrucción. El diario El Mundo asegura que falsificó un título universitario. Habría presentado un diploma en Archivística y Biblioteconomía para entrar en la Administración. Él lo niega.

Lo más delicado para el partido: fue avalado por Diana Morant, actual líder del PSPV. Esto ha generado malestar interno en un momento muy delicado para Mazón, contra el que el expresident Francisco Camps quiere presentarse como alternativa, avalado por varias personas condenadas por corrupción. 

Con PP y PSPV en crisis, Compromís busca ganar espacio. La coalición intenta posicionarse como alternativa ante el desgaste de los dos grandes partidos y ante la práctica desaparición de Podemos en la Comunidad Valenciana. 

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