Problemas para Repsol: 'Boicot' a su Junta por no respetar los acuerdos salariales

La tensión laboral en el grupo Repsol, presidido por Josu Jon Imaz, ha alcanzado un nuevo punto álgido. Comisiones Obreras (CCOO), uno de los sindicatos con mayor representación en la empresa, ha convocado una concentración para este viernes.

Los trabajadores se 'plantarán' ante la Junta General de Accionistas, que se celebrará en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, en IFEMA. De 11:30 a 14:00 horas, trabajadores y trabajadoras llegados de diferentes puntos del país se manifestarán bajo el lema: "Lo firmado se respeta".

El detonante de esta movilización es el incumplimiento por parte de Repsol del X Acuerdo Marco, un convenio colectivo que regula las condiciones laborales de miles de empleados. En concreto, CCOO denuncia que la dirección ha decidido no aplicar el incremento salarial del 1,5% pactado para 2024. Y esta decisión se ha percibido como un acto de "hurto salarial" por parte de la plantilla.

La situación no es nueva, pero sí más tensa.  Tras una primera fase de movilizaciones a principios de año, CCOO ya advirtió que si Repsol no corregía su postura, la protesta volvería a las calles.  La promesa se ha cumplido. Lejos de apaciguarse, el conflicto ha escalado.

Repsol en el punto de mira

Para CCOO, esta actitud empresarial es doblemente inaceptable, ya que se produce en un momento en el que Repsol presume de solidez financiera. El sindicato señala a la dirección, encabezada por Josu Jon Imaz.

Además, la protesta laboral se enmarca en un clima político tenso.  En CCOO no agrada la campaña antigubernamental protagonizada por Imaz. El expolítico se convirtió, hasta tumbarlo, en una de las voces más beligerantes contra el impuesto extraordinario a las energéticas aprobado por el Gobierno.

El secretario general de CCOO, Unai Sordo, llegó a acusar a Imaz poco más o menos de chantajear al Estado. Lo hizo porque Repsol amagó con no formalizar unas inversiones que había prometido en Cataluña. Lo hizo, según fuentes sindicales, para lograr que Junts per Catalunya contribuyera a tumbar el impuesto.

Pelea en Repsol

El conflicto se ha enquistado. De ahí que la convocatoria de este viernes tenga una dimensión simbólica. CCOO ha llamado a la participación masiva en la concentración. La central espera que acudan delegaciones sindicales y trabajadoras y trabajadores del grupo Repsol desde refinerías, centros logísticos, estaciones de servicio y sedes corporativas de todo el Estado. La convocatoria es, además, una advertencia: si la empresa no rectifica, la movilización irá en aumento, con más acciones en todo el país.

El desenlace del conflicto está aún por escribirse, pero CCOO parece dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias. Con la presión social creciendo, Repsol se enfrenta a un dilema. Seguir ignorando a su plantilla o sentarse de nuevo a negociar.

El origen de los problemas de la multinacional

Diversos mediadores trataron de evitar que Repsol renunciara a los 1.500 millones de euros en inversiones previstos para Bilbao, Tarragona y Cartagena. También intentaron reconducir la relación entre su consejero delegado, Josu Jon Imaz, y el Gobierno hacia un tono más cordial. Conviene recordar que La Moncloa respaldó a Imaz en su nombramiento como presidente del Patronato de la Fundación Consejo España-EE.UU. Esta entidad está dedicada a estrechar los lazos comerciales entre ambos países.

"Es un honor representar a una institución de referencia en las relaciones entre España y Estados Unidos. El sector empresarial, así como el ámbito científico y cultural españoles, han demostrado su talento y experiencia en EE.UU. Desde la Fundación continuaremos trabajando para fortalecer la cooperación y mejorar el conocimiento mutuo y la imagen entre ambas naciones", afirmó Imaz.

Comisiones Obreras arremetió con dureza el año pasado contra Imaz por lo que calificó como una advertencia "obscena". El secretario general del sindicato, Unai Sordo, declaró que "ninguna empresa deja de invertir en un país simplemente por la existencia de un impuesto. Además, su impacto sobre los beneficios es muy limitado".

Sordo lamentó que haya compañías que "se atrevan a amenazar, aunque sea de forma velada, a un estado democrático". A su juicio, empresas como Repsol "operan casi como un oligopolio. Con beneficios muy elevados, que incluso se han visto incrementados por el encarecimiento de la energía y la subida de los tipos de interés".