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Un hombre mayor con traje aparece en primer plano con un puerto lleno de yates y barcos al fondo.
INVESTIGACIÓN

Claves del regreso de Juan Carlos I a España: Regatas en medio de un funeral histórico

El Emérito se aloja en casa de Pedro Campos en Sanxenxo tras completar gestiones médicas y patrimoniales en Suiza

El rey emérito Juan Carlos I ha llegado este martes a Galicia para participar, al menos simbólicamente, en las regatas de Sanxenxo previstas para este fin de semana. La presencia del antiguo jefe del Estado en la localidad pontevedresa vuelve a centrar el foco mediático. No faltan los rumores sobre su salud, ajustes en su testamento y su cada vez más limitada vida pública. Su visita, además, coincidirá con el último adiós al recientemente fallecido pontífice Francisco I, al que no acudirá.

Muchos esperaban su llegada desde Emiratos Árabes Unidos, donde reside oficialmente desde 2020. Sin embargo, fuentes próximas confirman a elcierredigital.com que esta vez el emérito ha viajado desde Suiza. 

Un hombre con gorra roja y chaleco salvavidas está sentado en un bote sosteniendo unos binoculares.
Juan Carlos I. | Cedida

“Llevaba unos días en Europa ya, no viene directo de Emiratos. Andaba por Suiza con el tema del cambio de testamento. Y  supongo que la revisión general que se hace antes del verano”, explican fuentes de su entorno.

Desde su llegada, se encuentra alojado en la residencia de Pedro Campos Calvo-Sotelo, presidente del Club Náutico de Sanxenxo y amigo personal del rey. “Está en Sanxenxo, en la casa de Pedro Campos”, confirman fuentes cercanas. 

Campos ha sido uno de los grandes impulsores de las participaciones náuticas de Juan Carlos en los últimos años. “Se han encargado incluso de adaptar la embarcación del monarca a sus condiciones físicas”.

Dudas sobre su participación en las regatas

La pregunta que flota en el ambiente es si el emérito participará activamente en las regatas o se limitará a observar desde tierra firme. Las fuentes consultadas muestran cautela. “Me han comentado que es improbable que salga a regatear, pero si ha viajado hasta Sanxenxo no es para otra cosa que regatear”. 

El rey emérito ha tenido que adaptar sus apariciones náuticas en los últimos años debido a sus problemas de movilidad. Aunque en ocasiones anteriores sorprendió subiendo al barco a pesar de los pronósticos. “Lleva sin poder regatear años y al final sale porque le tienen el barco muy adaptado, lo sientan allí y se encarga del timón en una silla adaptada”, comentan fuentes náuticas.

Tres personas en un bote, una de ellas saludando, todas llevan gorras y gafas de sol.
Juan Carlos I. | Europapress

Todo depende de cómo se encuentre físicamente este fin de semana. “Si el viernes no está navegando es que no pudo físicamente”, añaden las mismas fuentes. Su presencia en las regatas es una tradición que “tiene una fuerte carga simbólica y emocional tanto para él como para su círculo más cercano”.

La agenda de Juan Carlos previa al fin de semana: encuentros privados

A diferencia de anteriores visitas, el rey emérito ha llegado con varios días de antelación. Una circunstancia que ha llamado la atención, ya que las regatas no comienzan hasta el fin de semana.

La explicación, según las fuentes consultadas, es sencilla: ha terminado sus asuntos en Suiza antes de lo previsto. “Probablemente ha acabado su revisión médica y el cambio de testamento, y habrá aprovechado”.

Un hombre mayor con traje oscuro y corbata azul saluda levantando la mano frente a un retrato.
Juan Carlos I. | Cedida

Durante los días previos a la regata, el rey se dedicará a encuentros privados y comidas con amigos. “Mañana hará la comida habitual con su entorno regatista, seguramente con Campos”. La privacidad de su agenda se mantiene y apenas se conocen detalles concretos más allá de las actividades vinculadas al Club Náutico.

Un calendario marcado con antelación

A pesar de la coincidencia con otros eventos internacionales, como la reciente muerte del papa, los allegados al rey niegan que su viaje a Galicia responda a una maniobra de distracción o encubrimiento. “El calendario de regatas se hace con mucha antelación y es algo que no decide Juan Carlos. Ahora, cuando acaben en septiembre, en octubre sale el siguiente calendario”, aseguran fuentes de su entorno.

Desde que comenzó su retiro forzoso en Abu Dabi, el emérito ha convertido su participación en las regatas de Sanxenxo en uno de los pocos eventos recurrentes en los que hace acto de presencia pública. Para muchos, es una forma de “reconectarse con una vida más activa y un entorno en el que se siente cómodo”.

Expectación en el Club Náutico de Sanxenxo

La llegada del emérito vuelve a generar expectación en el Club Náutico, aunque con menor despliegue mediático que en ocasiones anteriores. La mayoría de los presentes aceptan con normalidad su presencia. Las actividades en torno al pantalán siguen su curso, mientras se esperan indicaciones sobre si Juan Carlos se subirá finalmente al barco.

Dos personas con chaquetas azules y gorras están sentadas en un velero en el agua.
Juan Carlos I. | Europapress

A sus 87 años, el rey emérito mantiene su vínculo con el mar como una de las últimas pasiones activas. En sus palabras y en las de su entorno, las regatas representan algo más que deporte. Son una vía de escape, un reencuentro con la normalidad perdida. “Solo mueve el timón, le tienen ahí puesto todo lo necesario, sin ninguna complicación”, explican sobre su limitado pero simbólico papel a bordo.

Su regreso a Galicia, entre discretas gestiones patrimoniales, citas médicas y encuentros íntimos, es también un mensaje. Pese a la edad, los escándalos del pasado y las tensiones familiares, el rey emérito sigue queriendo navegar. Aunque sea únicamente con el timón entre las manos y el viento de Sanxenxo en la cara.

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