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Una mujer con cabello largo y lacio, vestida con una chaqueta oscura, está de pie frente a un escudo del FC Barcelona.
INVESTIGACIÓN

Caída de la poderosa familia Monje: Los empresarios vinculados al Barça a Tribunales

Susana Monje, Administradora del grupo Essentium y vicepresidente del club culé con Rossell deberá pagar 40 millones

El panorama económico y social de España está impactado con la caída de la poderosa familia asturiana Monje. Una familia que, tras tocar el cielo, ahora está en los Tribunales por quiebra. Los hermanos Susana y Diego Monje han sido condenados por el Juzgado de lo Mercantil nº 9 de Madrid a indemnizar con 40 millones de euros a los acreedores de su buque insignia Essentium.

Este quebrado holding de los Monje estaba formado por empresas dedicadas al ámbito de la construcción y las promociones inmobiliarias. Entre ellas, la empresa Assignia, que adquirió Constructora Hispánica, adjudicataria, por ejemplo, de las obras del Metrotrén, del Estadio de El Molinón y del edificio de servicios técnicos del Ayuntamiento de Gijón. A ellas se unen otras sociedades de los Monje en el sector de la energía eólica, hidráulica y de ciclo combinado, y otras actividades diversas como la clínica Sveltia, el tratamiento de aguas o el negocio del fútbol, con el dominio del equipo de fútbol del Club Deportivo Toledo. 

Según el reciente auto judicial, la familia Monje –conocida por ser una de las 'más tapadas en España' desde generaciones pasadas– es "culpable" del concurso de la compañía y afirma que "lo instaron en su día los administradores de forma voluntaria". La Justicia considera probado que  "los Monje llevaron a cabo una operación fraudulenta e injustificada con anterioridad a la declaración del concurso, tras acordar en una Junta Extraordinaria, celebrada en 2015, una prima de emisión por la cantidad citada anteriormente, con el objeto de compensar los créditos que, en su día, concedieron a la compañía".

Para fundamentar la resolución se indica que la operación no estaba justificada, puesto que, por aquel entonces, el patrimonio neto de Essentium era menor que la cifra de capital social. Siempre que se dé esta situación,  la Ley de Sociedades de Capital obliga a los administradores a reequilibrar la situación financiera de la sociedad, algo que la familia Monje no realizó.

Una mujer sonriente con cabello largo y castaño, usando una chaqueta negra, en un entorno al aire libre con árboles y personas en el fondo.
Susana Monje. | Twitter

El auto judicial considera que Susana y Diego Monje actuaron conscientemente en busca de su propio beneficio y no en el de la compañía. Pero esta actividad empresarial de los Monje no arrancó con los hermanos Susana y Diego Monje, sino que proviene de los negocios exitosos del patriarca familiar, Valentín Monje Tuñón.

'El jefe': Valentín Monje Tuñón 

Los orígenes de este grupo empresarial asturiano se remontan a 1975 y a la familia mierense Monje Tuñón. El catalano-asturiano Valentín Monje Tuñón, padre de Susana y Diego, era por aquellos años uno de los empresarios más de moda y 'tapado' en el mundo financiero y empresarial español. Tras una trayectoria de aprendiz de relojero en Mieres con su comercio 'La Perla' y después de emigrar a Suiza, Valentín regresó a España en los años setenta y se instaló en Cataluña junto a su mujer, asturiana de nacimiento, y con sus hijos Susana y Diego.

Fue entonces cuando cambió el mundo de los relojes por la construcción. Su poderoso holding tuvo como punto de partida el sector nacional de los materiales para la construcción por medio de su empresa Graveras Los Ángeles (GLA), establecida en Villaviciosa de Odón (Madrid) y que llegó a facturar unos 250 millones actuales de euros. 

Con este buque insignia la familia Monje Muñón comenzó a estar presente en la producción de áridos, cemento, hormigón, mortero y prefabricados, fundamentalmente en Madrid, Castilla-La Mancha, Valencia y Castilla y León. En 2008, vendieron la empresa al gigante galo Lafarge para con las plusvalías crear Essentium. 

En Brasil, Essentium llegó a adentrarse en la división de ingeniería de la promotora WTorre Properties, una de las firmas brasileñas más destacadas del sector inmobiliario. Con esa operación se estimó que los Monje se desembolsaron la cantidad de unos 100 millones de euros, adelantándose en la jugada a otro conocido empresario español, el valenciano Enrique Bañuelos –también conocido por sus negocios en este país sudamericano–. Desde entonces el holding de Monje comenzó a desarrollarse por todo el mundo con importantes negocios.

Una mujer con cabello castaño claro y largo está hablando frente a un micrófono, con una bandera colorida en el fondo.
Susana Monje. | Archivo

Tras estos cuantiosos éxitos, los negocios de Monje Tuñon prosperaron hasta llegar a la cúpula de Essentium su hija Susana, que había aprendido lo necesario de su exitoso padre para poder adentrarse en el business de la construcción. Sin embargo, los problemas no tardarían en llegar.

La llegada de Susana al poder de Essentium

Susana Monje Gutierrez nació en 1972 en Oviedo y es licenciada en Administración de Empresas y diplomada en Empresariales por la Universidad de Barcelona. En 2006, Susana Monje ya estaba situada en los puestos de mando del holding familiar y en el grupo se dio entrada al gigante egipcio Orascom con el fin de crecer en otras actividades. 

Tres años después, Susana decidió cambiar la cúpula directiva y adquirió el 100 por 100 de la Constructora Hispánica (CH), una de las compañías constructoras inmersas en el caso Gürtel. Así, CH fue objeto de pesquisas judiciales por el magistrado Baltasar Garzón  al descubrir el pago de una comisión de 29.300 euros a Francisco Correa, conocido como 'el Bigotes', por mediar en la adjudicación a Constructora Hispánica del Parque de Bomberos de Alcalá de Henares (Madrid).  

Pero tras adquirir Constructora Hispánica (CH), Susana Monje descubrió que el balance de la empresa no reflejaba la realidad, ya que los ingresos previstos estaban inflados, y el presidente de la compañía, Alfonso García Pozuelo, al que tenían intención inicialmente de mantener en el cargo, se había construido supuestamente una casa de alto standing a costa de la empresa. 

Pero los Monje vieron una oportunidad en esta empresa constructora y decidieron relanzarla bajo otro nombre menos salpicado: Assignia Infraestructuras. Así, antes y después lograron concesiones y obras, como la señalización del aeropuerto barcelonés de El Prat, un tramo del AVE a Galicia o la ampliación del Hospital Costa del Sol (Marbella), así como proyectos fuera de España en el metro de Caracas, un hospital en México o una presa en Turquía.

Un grupo de personas aplaudiendo a un hombre frente a un fondo con el logo del FC Barcelona y el lema
Sandro Rosell, tras ganar la presidencia del FC Barcelona. | Archivo

Su exito empresarial continuaba. Y así Susana Monje consiguió hacerse también con el contrato de suministro de todo el material quirúrgico de alta tecnología con el que se dotó al Hospital de Son Espases, el centro sanitario de referencia de las Illes Balears. El contrato fue de 12,2 millones de euros. 

Vicepresidenta del FC Barcelona con Rosell

Los negocios internacionales de la familia Monje en Brasil les unió al que luego fue todopoderoso presidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, un poderoso intemediario en todo tipo de negocios en el pais caribeño. Cuando Rosell llegó a la poltrona del club culé, Susana Monje también penetró con él en las entrañas del equipo blaugrana.

Así, durante la época de Sandro Rosell, entre 2010 y 2015, fue tesorera y controladora de las finanzas del Barça junto a Javier Faus, el hombre fuerte en el área económica del club blaugrana durante esos años. Era la mano derecha de Rosell y la máxima responsable del dinero culé. Además, en la temporada 2014-15 se convirtió en la directiva responsable de la sección de balonmano. Pero ahí no quedó la cosa. Durante la presidencia del FC Barcelona de  Josep María Bartomeu, Susana Monje se convirtió en vicepresidenta del FC Barcelona. 

Fue en noviembre de 2016 cuando Susana Monje decidió renunciar a la vicepresidencia del FC Barcelona alegando motivos personales. La realidad era que los chantajes sufridos para que corroborara mentiras sobre delitos graves ocurridos en Cataluña y la campaña de desprestigio del excomisario José Manuel Villarejo, tras negarse a dar veracidad a hechos que no eran ciertos, hundieron, en teoría, a la dueña de Essentium y provocaron que tratase de alejarse del escenario mediático al que le llevaba día tras día el FC Barcelona. 

En 2016 Essentium ya debía 125 millones de euros, se encontraba en quiebra técnica y negociando con los bancos acreedores para no tener que cesar sus actividades. En 2022, Susana Monje justificaba que tuvo que tirar la toalla por culpa de la mano negra del excomisario Villarejo, harta del "chantaje" al que la sometieron para que corroborara unas informaciones contra los Pujol.

La caída de Essentium 

Después de ponerse al frente de Essentium en 2006 y adquirir la Constructora Hispánica, Susana Monje se vio años después rodeada de todo tipo de problemas.

Supuestamente, el excomisario Villarejo recibió un encargo para hacerle la vida imposible y pidió un millón de euros por hundir la empresa de Monje, que terminó cerrando.  Villarejo se encontraba por entonces involucrado en numerosas tramas delictivas, por ejemplo, la Operación Cataluña, donde estaba involucrado el expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell.

Un hombre con gorra y gafas sostiene una carpeta frente a su rostro mientras camina por una calle.
El excomisario Villarejo. | Archivo

Según afirman fuentes internas de la empresa de los Monje a elcierredigital.com, "Villarejo trató de desprestigiar por todos los medios a Susana Monje después de una conversación con el abogado Javier Iglesias. Los Monje tuvieron que hacer frente a un aluvión de ‘noticias falsas’ que relacionaban a Susana con los Pujol y que provocaron el cierre de Essentium, que entonces facturaba 500 millones de euros", señalan.

Todo comenzó en 2014, cuando una serie de supuestas noticias sobre la constructora Assignia fueron apareciendo en diversos medios de comunicación. Esas informaciones, filtradas por Villarejo, decían que los éxitos de Assignia, empresa de Susana Monje, se debían a los Pujol, aunque Susana Monje siempre ha asegurado no conocer a nadie de la familia del 'expresident'.

Verdad o mentira, el caso es que ahora los hermanos Susana y Diego Monje Gutierrez han sido condenados por el Juzgado de lo Mercantil nº 9 de Madrid a indemnizar con 40 millones de euros a los acreedores de su buque insignia Essentium. Quebrado y pasando del cielo al abismo.

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