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Una persona con uniforme naval saluda frente a un barco de vela con la bandera de España y dos hombres mayores sonrientes.
INVESTIGACIÓN

Así vivieron el Emérito y Felipe VI dentro del 'Elcano': Qué espera a Leonor de Borbón

La Princesa Leonor se sube al buque escuela de la Armada Juan Sebastián Elcano como ya hicieron su padre y su abuelo

La princesa Leonor, heredera al trono, está preparada para embarcarse este sábado 11 de enero en una etapa crucial de su formación militar. Su llegada a Cádiz fue el pasado miércoles para embarcarse en el 'Juan Sebastián de Elcano', el ya icónico buque escuela de la Armada Española.

Esta nave se convierte nuevamente en el escenario de formación de un miembro de la familia real española. Consolida así una tradición que iniciaron su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I, y su padre, el rey Felipe VI. Una tradición que por primera vez incluye a una mujer heredera a bordo del Elcano.

La relación de la familia real con el Juan Sebastián de Elcano refleja compromiso y disciplina. En 1958, Juan Carlos I, entonces príncipe de 20 años, navegó por primera vez a bordo del buque durante su formación como guardiamarina. 

Dos personas en uniforme naval saludan en la cubierta de un barco.
La princesa Leonor en el Juan Sebastián de Elcano. | Europapress

Este viaje marcó un hito en su preparación para asumir futuras responsabilidades. Como ya revelamos en elcierredigital.com, la travesía de Juan Carlos I fue una experiencia transformadora. Convivió con la tripulación bajo las estrictas normas navales, adaptándose a la vida austera de un marinero. Estas experiencias moldearon su carácter y su sentido del deber.

Años después, en 1987, el entonces Príncipe Felipe siguió sus pasos. Su viaje a bordo del Elcano le llevó a recorrer América Latina, visitando países como Uruguay, Brasil y Argentina. Estas escalas no solo formaron parte de su instrucción militar. También tuvieron un carácter diplomático, reforzando la presencia de la Corona en el extranjero. 

En su paso por el buque, Felipe VI destacó por su capacidad para integrarse con el resto de la tripulación. Siendo reconocido por su dedicación y esfuerzo.

Ahora, Leonor retoma esta tradición familiar, embarcándose en el 97º Crucero de Instrucción. Este viaje tiene un doble propósito: continuar con su preparación militar y mantener viva la conexión entre la monarquía y las Fuerzas Armadas.

La travesía de Juan Carlos I en 1958

La vinculación de la familia real española con el buque escuela Juan Sebastián de Elcano no solo es una tradición simbólica. También es una etapa esencial en la formación de sus miembros como futuros monarcas. Las travesías realizadas por Juan Carlos I y Felipe VI marcaron momentos cruciales en sus vidas y en la historia de nuestro país.

En 1958, con 20 años, Juan Carlos de Borbón se embarcó en el Elcano como parte de su formación en la Escuela Naval Militar. Este viaje significó mucho más que un simple crucero de instrucción. Para el entonces joven príncipe, que había llegado a España desde el exilio solo unos años antes, esta experiencia representó un acercamiento a las raíces y tradiciones militares españolas. Así como una oportunidad de demostrar su capacidad para adaptarse a un entorno exigente.

La travesía de Juan Carlos I incluyó rutas por el Atlántico y escalas en puertos de Europa y América Latina. Según relatos recogidos por elcierredigital.com, el entonces futuro rey tuvo que ajustarse a las estrictas normas de vida a bordo. Compartió espacios reducidos con otros guardiamarinas, participó en maniobras de vela y navegación astronómica. También vivió de primera mano las dificultades de la vida en alta mar y cubrió las famosas guardias a bordo.

Un barco de vela con una bandera de España atracado en un puerto bajo un cielo azul.
El Juan Sebastián de Elcano. | Europapress

Estas guardias, las mismas que realizaría años después su hijo Felipe y que hará su nieta Leonor, se hacen durante las 24 horas del día. Los turnos son de cuatro horas cada guardia. En este ámbito naútico, el tiempo se marca cada media hora. De esta forma, el tripulante que realice el servicio debe escuchar las 8 campanadas que da un reloj marino para saber que ya han pasado las 4 horas. Y, por tanto, que su guardia ha concluido.

El paso del hoy rey Emérito por el Elcano también fue una experiencia diplomática significativa. Durante las escalas, el príncipe Juan Carlos representó a España en recepciones oficiales, reuniones con líderes locales y actos conmemorativos. Estos primeros contactos con la diplomacia internacional fueron fundamentales para forjar las habilidades que más tarde serían cruciales en su papel como rey.

Felipe VI: Un viaje diplomático y formativo en 1987

Casi tres décadas después, el príncipe Felipe siguió los pasos de su padre en el Juan Sebastián de Elcano. El entonces heredero a la Corona embarcó el 5 de enero de 1987, por lo que cumplió los 20 años a bordo del crucero el día 30 de ese mes. Según ha podido saber elcierredigital.com, Felipe VI celebró su aniversario brindando con vino español, que compartió con toda la tripulación.

El crucero formó parte de su instrucción en la Armada Española, en un momento clave de su juventud. Para Felipe, el viaje fue una combinación de formación militar rigurosa y experiencias diplomáticas de gran relevancia. Tal y como ha trascendido, el actual rey de España recuerda esta travesía como "una de las mayores aventuras de su vida".

Un grupo de cadetes navales sonríe mientras levanta sus gorras en señal de saludo.
Felipe VI tras embarcar en Elcano para su travesía. | Armada Española

A pesar de recordar este viaje con cariño, a Felipe VI "le costó adaptarse a tanta disciplina al principio". Fuentes cercanas a la Familia Real cuentan a elcierredigital.com que "Felipe caía rendido en su litera por la noche, tras todas las maniobras del día".

En un buque como Elcano se respira una disciplina férrea por parte de toda la tripulación. Por tanto, los arrestos o castigos por la falta de orden y rigor son exigentes. Como anécdota de sus guardias a bordo, estas fuentes revelan que Felipe VI "cometió una falta motivo de arresto. Fue tras llegar tarde por estar haciendo fotos". En otro de sus servicios, "se rompió algo del barco mientras el entonces príncipe cubría una guardia nocturna".

La travesía de Felipe VI a bordo del Elcano lo llevó a recorrer América Latina, una región con la que España mantiene profundos lazos históricos y culturales. Durante el itinerario, visitó puertos emblemáticos como Montevideo (Uruguay), Río de Janeiro (Brasil) y Buenos Aires (Argentina). En cada parada, el joven príncipe representó a España en actos oficiales. Allí destacó por su cercanía con las comunidades locales y su capacidad para conectar con las autoridades de cada país.

Jóvenes marineros tirando de una cuerda en un barco.
Felipe VI en 1987 a bordo de Elcano. | Armada Española

Uno de los momentos más recordados de este crucero fue su visita a Buenos Aires. Allí el joven Felipe, con su carácter afable y su disposición para interactuar con el público, reforzó los lazos entre España y Argentina en un contexto político y cultural significativo. Según destacan fuentes de la Armada, este viaje también fortaleció en el príncipe el sentido de responsabilidad y deber hacia las instituciones que más tarde lideraría como jefe de Estado.

A bordo del Elcano, Felipe VI vivió la  rutina diaria de un guardiamarina, participando en maniobras, clases teóricas y turnos de guardia. La vida en un entorno compartido con sus compañeros le permitió fortalecer valores como la humildad, el compañerismo y la disciplina. Su actitud proactiva y su disposición para aprender fueron reconocidas tanto por sus superiores como por sus compañeros de tripulación.

Felipe VI guarda buenos recuerdos de esta intensa experiencia. Prueba de ello son las palabras que pronunció en el discurso de celebración de la Pascual Militar el pasado 6 de enero. El monarca se dirigió a su hija, la Princesa Leonor. Y le aseguró que embarcarse en Elcano "quedará —como me pasó a mí (y también a tu abuelo)— entre tus mejores recuerdos de formación militar".

El Rey también reflexionó para los asistentes y su hija que "la mar es un aprendizaje y desafío permanente, en ocasiones intransigente y crudo, sin margen para excusas. Y el continente americano —sus países, sus costas y culturas, que empezarás a conocer, con tanta huella española— te enseñará mucho de lo que fuimos y también somos. Así que te deseamos, que aprovechéis al máximo —tú y tus compañeros y compañeras— el conocimiento y la experiencia marinera y humana que ofrece este viaje. Porque os seguirá valiendo, como me ha valido a mí, para toda la vida".

El 97º Crucero de Instrucción: Un desafío para Leonor

El crucero en el que participa Leonor tendrá una duración de seis meses y recorrerá alrededor de 18.000 millas náuticas. Visitará puertos en Iberoamérica y Estados Unidos. Este itinerario es una oportunidad única para que la princesa se familiarice con la navegación y la vida a bordo. Todo tras pasar cuatro meses de formación en la Escuela Naval de Marín en Pontevedra. 

Esta será la primera vez que el Elcano reciba a una mujer heredera en calidad de guardiamarina. Un hito que subraya la modernización de las tradiciones militares españolas.

Durante el viaje, Leonor participará en actividades propias de la formación naval. Tales como maniobras de navegación, turnos de guardia, y estudios de tácticas navales. Se espera que comparta literas y espacios comunes con el resto de los guardiamarinas, integrándose plenamente en la rutina de la tripulación.

Grupo de cadetes navales en uniforme formal durante una ceremonia en un barco.
La princesa Leonor en el Juan Sebastián de Elcano | Europapress

La vida en el Elcano es conocida por su rigor. Las jornadas comienzan al amanecer con ejercicios físicos y concluyen con clases teóricas sobre navegación astronómica, tácticas navales y liderazgo. 

La princesa, al igual que sus compañeros, deberá cumplir con turnos de guardia las 24 horas. También gestionar tareas en equipo y superar las adversidades que surgen en alta mar, como las inclemencias meteorológicas.

Esta rutina no solo fomenta habilidades técnicas. También desarrolla valores fundamentales como el compañerismo y la resiliencia. Los espacios compartidos, como los sollados y comedores, obligan a los guardiamarinas a adaptarse a la convivencia en condiciones limitadas. Un reto que Leonor asumirá como una más entre la tripulación.

Elcano como embajada flotante

Desde su botadura en 1928, el Juan Sebastián de Elcano ha sido más que un buque escuela. También es una embajada flotante que representa a España en todo el mundo. A lo largo de su historia, ha sido anfitrión de eventos diplomáticos, recepciones y visitas oficiales. Consolidándose como un símbolo de la presencia española en los océanos.

Para Leonor, este crucero es una oportunidad para familiarizarse con el legado histórico del buque. También para comprender su importancia en la diplomacia naval. Y conectar con las tradiciones que han definido a la monarquía española en el ámbito militar. Como ya hicieron su abuelo Juan Carlos I y su padre Felipe VI.

Estas travesías no solo forjaron su carácter y habilidades. También establecieron un legado que hoy inspira a la princesa Leonor. Ambas experiencias fueron mucho más que etapas de formación; representaron un compromiso personal con las Fuerzas Armadas. Un acercamiento a las tradiciones de España y una demostración de su capacidad para asumir responsabilidades más allá de su posición de privilegio.

Un hombre mayor con chaqueta gris saliendo de un coche mientras una mujer sonríe en el fondo.
Juan Carlos I | Europapress

Para Leonor, seguir estos precedentes no solo significa honrar una tradición familiar. También asumir el desafío de demostrar que está preparada para liderar en un mundo que demanda monarcas cercanos, modernos y comprometidos. El ejemplo de su abuelo y su padre le proporciona una base sólida sobre la que construir su propio camino como heredera al trono.

Con este marco de referencia, la travesía de Leonor se presenta como un momento histórico. Cargado de simbolismo y relevancia para el futuro de la monarquía española. Su paso por el Elcano no solo reforzará su formación militar, sino que también consolidará su papel como líder en ciernes.

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