
'España Mejor', la formación de la sociedad civil que busca ética en la Administración
El movimiento fundado por la abogada Miriam González nace sin apoyos institucionales y busca cambio en la moral política
El panorama político español ha visto surgir plataformas ciudadanas que buscan influir en la administración pública. Un ejemplo reciente es ‘España Mejor’, un movimiento impulsado por la abogada Miriam González. Su objetivo es promover la transparencia y la ética en las instituciones gubernamentales.
A pesar de su ambicioso propósito y de enviar un código ético con 99 medidas a 400 administraciones públicas, ninguna lo ha firmado.

Este movimiento recuerda los inicios de Ciudadanos (Cs). Cs comenzó como una plataforma cívica en Cataluña antes de convertirse en un partido con representación en el Congreso.
Como en el caso de Cs, ‘España Mejor’ afronta el reto de hacer que su mensaje cale en la sociedad. También busca evitar que sus propuestas sean rechazadas por los partidos tradicionales, que suelen ver estas iniciativas con escepticismo.
Un movimiento desde la sociedad civil
Fundado por Miriam González, ‘España Mejor’ busca dinamizar la sociedad civil española. Su meta es impulsar una España "moderna, participativa y ética en la gestión pública". Su código ético propone reformas en la contratación de asesores, la relación con los medios de comunicación, la gestión de regalos y viajes de funcionarios y el compromiso de no mentir al Parlamento.
A pesar de reunirse con responsables del Gobierno central, ministerios, comunidades autónomas y ayuntamientos, la respuesta ha sido de cortesía, pero sin compromisos reales. Algunas instituciones afirman que ya cuentan con mecanismos de control ético. Otras simplemente han mostrado indiferencia.

En la Comunidad Valenciana se les dijo que los asesores son competencia del gobierno autonómico. En Galicia, el PP los recibió con interés, pero luego la Xunta emitió un comunicado asegurando que su transparencia era suficiente. En Aragón, la política de transparencia sigue igual que con el anterior gobierno socialista.
A nivel nacional, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, les aseguró que su ministerio ya aplicaba principios éticos. En Cantabria, la vicepresidenta del Gobierno regional les convocó junto a la prensa para mostrar su apoyo, pero no concretó acciones.
El código ético de ‘España Mejor’ se basa en modelos de países como Estados Unidos, Irlanda, Reino Unido, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Bélgica. La OCDE recomienda estas normas en el ámbito gubernamental. La Comisión Europea tiene un Código Ético para su presidente y comisarios desde 1999. En España, se aprobó un Código de Buen Gobierno en 2005, pero su impacto fue limitado y se derogó en 2015.
Los paralelismos con el nacimiento de Ciudadanos
El caso de ‘España Mejor’ recuerda el origen de Ciudadanos. En 2005, un grupo de intelectuales y profesionales catalanes creó ‘Ciutadans de Catalunya’. Rechazaban el nacionalismo predominante y buscaban una opción constitucionalista.
Un año después, en 2006, la plataforma se convirtió en partido político con Albert Rivera como líder.
Ciudadanos se presentó como una formación liberal progresista y constitucionalista. Quería representar a quienes no se sentían identificados con los partidos tradicionales. Su crecimiento fue rápido y logró escaños en el Parlamento catalán y más tarde en el Congreso de los Diputados.

Con el tiempo, el partido sufrió una crisis de identidad y perdió apoyo electoral. En 2019 alcanzó un récord de 57 escaños. Sin embargo, en los comicios siguientes se desplomó. Perdió casi toda su representación en el Congreso y varios líderes abandonaron el proyecto.
La evolución de Cs es una lección para ‘España Mejor’. Transformar un movimiento cívico en partido político implica riesgos. La gestión del crecimiento y la adaptación a la dinámica electoral son claves. Queda por ver si ‘España Mejor’ seguirá un camino similar o si se mantendrá como plataforma cívica.
La percepción ciudadana y el futuro de ‘España Mejor’
Una de las iniciativas clave de ‘España Mejor’ fue una macroencuesta entre 11.000 jóvenes sobre política. Los resultados muestran un alto nivel de desconfianza en las instituciones. El 80% pide más canales de participación democrática. El 72% cree que los políticos no se preocupan por ellos. El 73% opina que se da más voz a otros grupos de interés. El 76% dice que no se dan soluciones a sus problemas.
Estos datos reflejan el desencanto juvenil con el sistema político. También subrayan la necesidad de más transparencia y rendición de cuentas. La pregunta es si ‘España Mejor’ logrará convertir este malestar en una fuerza con impacto real.

La aparición de plataformas cívicas como ‘España Mejor’ muestra la vitalidad de la sociedad civil española. Para algunas voces también deja claro que la transparencia y la regeneración democrática son preocupaciones latentes. Sin embargo, la falta de respuesta de las administraciones a su código ético muestra la resistencia de los partidos tradicionales.
El caso de Ciudadanos demuestra que los movimientos ciudadanos pueden transformarse en fuerzas políticas influyentes. No obstante, su consolidación no está garantizada y conlleva riesgos de adaptación y gestión interna. Aún es pronto para saber si ‘España Mejor’ seguirá un camino similar o si permanecerá como un movimiento independiente.
La iniciativa de Miriam González ha abierto un debate necesario: el papel de la ética y la transparencia en la administración pública. También cuestiona hasta qué punto la sociedad civil puede presionar para que los políticos rindan cuentas.
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