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Una mujer de cabello blanco y gafas azules gesticula mientras habla frente a un fondo con estrellas amarillas.
INVESTIGACIÓN

Christine Lagarde, la presidenta del BCE estudia su candidatura al Elíseo en Francia

Lagarde, que ya ocupó varios ministerios durante el mandato de Nicolas Sarkozy, sería la alternativa a Le Pen y Bardella

El nombre de Christine Lagarde vuelve a resonar con fuerza en la escena política francesa. Fuentes cercanas al entorno de la exministra y actual presidenta del Banco Central Europeo (BCE) apuntan a un posible regreso a la primera línea de la política en Francia. 

Esta vez  Lagarde podría posicionarse como una figura clave en la coalición de centroizquierda. Sería un movimiento estratégico para enfrentar a los líderes de la extrema derecha, Marine Le Pen y Jordan Bardella, en las próximas elecciones presidenciales.

El contexto político actual en Francia está marcado por una creciente polarización. La extrema derecha, liderada por Le Pen y Bardella, ha consolidado su base de apoyo. 

Mujer de cabello blanco y gafas con traje rosa claro y pañuelo al cuello en un entorno interior.
Christine Lagarde | Europapress

Mientras,  las fuerzas centristas y de izquierda buscan una figura de consenso que pueda aglutinar votos y ofrecer una alternativa sólida. En este escenario, “Lagarde emerge como una opción potente debido a su prestigio internacional, su experiencia en la gestión de crisis económicas y su capacidad para dialogar con diferentes sectores políticos y sociales”, sostienen fuentes cercanas. 

Aunque no ha habido confirmación oficial por parte de Lagarde, su nombre se menciona cada vez más.  También como un recurso estratégico para revitalizar a la coalición en la que ya participó durante el gobierno de Nicolas Sarkozy.

Son cada vez más las voces que se suman al apoyo a Lagarde.

Fuentes cercanas recuerdan que “en su momento ocupó altos cargos ministeriales en Francia. Ahora podría aportar una combinación de credibilidad económica y liderazgo político. Una combinación que podría resultar crucial en la lucha contra la narrativa populista de la extrema derecha”. 

Los rumores sobre su regreso también reflejan una búsqueda de renovación en el centroizquierda francés. Una coalición que necesita reconfigurarse para competir eficazmente en un entorno electoral desafiante.

Los últimos compromisos de Lagarde

Desde 2019, Christine Lagarde se desempeña como presidenta del BCE. De hecho, fue la primera mujer en liderar esta institución, clave para la política monetaria de la zona euro. 

En este cargo Lagarde ha afrontado varios retos complejos. Incluyendo la pandemia de COVID-19, la inflación y la guerra en Ucrania, que han impactado significativamente las economías europeas. 

Su gestión ha estado marcada por mantener la estabilidad financiera mientras impulsaba políticas para fomentar el crecimiento sostenible y la transición hacia una economía verde.

Una persona de cabello blanco y gafas gesticula con la mano frente a un fondo con estrellas amarillas sobre un fondo azul.
Christine Lagarde | Europapress

Antes de asumir el liderazgo del BCE, Lagarde dirigió el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre 2011 y 2019. En esta etapa, también rompió barreras al convertirse en la primera mujer en ocupar este cargo. 

Durante su mandato, supervisó las políticas de rescate financiero para países como Grecia, Irlanda y Portugal. “Su trayectoria reciente ha consolidado su reputación como una líder global competente y experimentada”, refuerzan las fuentes consultadas.

Aunque su enfoque actual está en la economía europea, Lagarde ha mantenido un perfil activo en foros internacionales. En ellos ha destacado la importancia de abordar la desigualdad, promover la inclusión financiera y enfrentar el cambio climático.

La trayectoria de Christine Lagarde

Christine Lagarde nació el 1 de enero de 1956 en París, Francia. Desde temprana edad demostró un gran desempeño académico y una fuerte disciplina. Estudió Derecho en la Universidad de París Nanterre y más tarde se especializó en ciencias políticas y economía.

Su carrera despegó en el mundo del derecho corporativo. Concretamente, cuando se unió al bufete internacional Baker McKenzie en 1981. En 1999 Lagarde rompió el techo de cristal al convertirse en la primera mujer en presidir el comité ejecutivo global de la firma.

En 2005 Lagarde dio el salto a la política francesa. Fue nombrada ministra de Comercio Exterior bajo el gobierno de Dominique de Villepin. Su desempeño en este cargo le valió reconocimiento por su capacidad para negociar acuerdos comerciales y promover los intereses de Francia en el extranjero. 

Posteriormente, ocupó brevemente el Ministerio de Agricultura y Pesca. Todo antes de ser nombrada ministra de Economía, Finanzas e Industria en 2007, durante la presidencia de Nicolas Sarkozy.

Como ministra de Finanzas, Lagarde afrontó uno de los períodos más desafiantes de la economía global: la crisis financiera de 2008. Su gestión se caracterizó por una combinación de reformas económicas liberales y medidas destinadas a estabilizar el sistema financiero. 

Una persona de perfil con cabello canoso y gafas frente a una bandera de la Unión Europea.
Christine Lagarde | Europapress

Fue una de las principales arquitectas de las políticas de rescate financiero que permitieron a Francia y a la Unión Europea superar los peores efectos de la crisis.

En 2011 Lagarde dejó su cargo en el gobierno francés para asumir la dirección del FMI. Una institución que también se enfrentaba a un período crítico. Su liderazgo en el FMI fue ampliamente elogiado, consolidándola como una figura clave en la escena económica global.

A pesar de su éxito profesional, Lagarde también ha sufrido controversias. En 2016, fue declarada culpable de negligencia.

Se trataba de un caso relacionado con una indemnización multimillonaria otorgada al empresario Bernard Tapie durante su etapa como ministra de Finanzas. Sin embargo, no se le impuso ninguna pena, y su carrera internacional no se vio significativamente afectada.

Más allá de su trayectoria profesional, Lagarde es conocida por su estilo elegante y su capacidad para comunicarse de manera clara y directa. Habla francés, inglés y español con fluidez. Algo que le ha permitido construir una red de contactos internacionales que podría ser crucial en un eventual regreso a la política francesa.

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