Alerta por sustracciones parentales: Se vulneran los derechos de los niños.

En lo que respecta a desapariciones, la  sustracción parental está en boga. Según el último informe anual publicado por el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), solo en  2022 se registraron un total de 428 casos de sustracción parental. El salto vertiginoso se produjo en 2020, cuando este tipo de desapariciones alcanzó los 294 casos, la cifra más alta desde 2010. Desde entonces la escalada se mantiene.

Sin embargo, se quejan las asociaciones de desaparecidos, estos datos no hacen más que confirmar lo que venían notando desde hace tiempo. Y recuerdan que, además, el dolor que provoca en sí mismo el suceso se multiplica cuando el progenitor sustractor logra salir de España. En estos casos, la pesadilla se alarga para el progenitor afectado, que ve cómo el proceso se complica y se ralentiza.

"Hacen falta medidas sólidas e inmediatas"

Elcierredigital.com ha contactado con Joaquín Amills, presidente de SOSDesaparecidos, que manifiesta que “las sustracciones parentales aumentan cada vez más y van con argumento. Muchas veces nos encontramos que un caso de sustracción va precedido de muchas denuncias y con un guion aprendido de cómo salir y burlar todas las leyes de España y refugiarse en países donde el convenio de la Haya es papel mojado o no son firmantes. Esta problemática demuestra que estamos fallando a nivel de educación”. 

En línea con esto, Joaquín Amills sostiene que llevan “mucho tiempo diciendo que la situación es grave y solo va a peor. Detrás del sufrimiento de uno de los progenitores que se queda sin tener contacto con su hijo está lo fundamental, que es el derecho del niño a tener un padre, una madre y una familia. Este derecho se vulnera por odio, venganza e inmadurez al pensar que los hijos son propiedad de uno de los dos. Por desgracia, asistimos al sufrimiento del progenitor que se encuentra con las manos atadas en un montón de burocracia, papeleo y juicios que no resuelven nada”.

“Si los niños han salido de nuestras fronteras es muy difícil devolverlos. También llevamos tiempo diciendo que hacen falta medidas urgentes en cuanto a la protección de los niños, haciendo efectivo que no puedan salir del país sin la firma de ambos progenitores. Hace falta que se tomen las  medidas de forma inmediata cuando hay una sustracción parental, basándose en un control de los puestos fronterizos. Estas medidas deben ser adoptadas por el Ministerio de Justicia, el de Exterior y el de Interior conjuntamente, para que realmente se aborde el tema. Además, el daño y el miedo que hay tras una sustracción es irreparable”, concluye Amills.

El menor sustraído por su madre y retenido en Tailandia

Son muchos los casos de sustracciones parentales que cuentan con importantes complejidades, lo que ralentiza el retorno del niño sustraído a su hogar. En el último año elcierredigital.com se ha hecho eco de algunos de estos casos que varios meses después siguen sin resolverse. 

El 10 de enero de 2015 S.A.K. y su madre Parichat Kaewphanchoung  eran vistos en España por última vez en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Aquel día la madre se fue con el pequeño a visitar a sus familiares y a realizar una supuesta entrevista de trabajo a Tailandia. Parichat llevaba dos años casada con José, padre del pequeño, vivían en Íscar, Valladolid, y aparentemente todo iba bien.

El padre del pequeño y su familia fueron quienes pagaron el viaje a ambos y quienes les acompañaron al aeropuerto. Una vez allí, Parichat apagó el teléfono y se esfumó. Tal y como narró Nuria Agüera, la hermana del padre del pequeño, Parichat ha vuelto en varias ocasiones a España pero sin el niño. Según Agüera,  “vino a España en varias ocasiones para verse con otros hombres y estuvo un tiempo viviendo aquí. Dejó al pequeño solo en Tailandia y lo metió en un internado”.

En conversaciones posteriores, Parichat aseguraba que traería al niño a España si le retiraban las denuncias. “Antes de que la madre se fuera, la relación era perfecta, no había ningún problema entre ellos. Siempre que le hemos preguntado por qué hace esto se excusa en que mi hermano no tenía trabajo. Esto nos lleva a pensar que  lo único que quería era utilizar a mi hermano para su propio beneficio y conseguir los papeles, porque en cuanto los tuvo se fue de España”, narraba la hermana del progenitor.

Ya  han pasado ocho años y José sigue sin poder ver a su hijo y estar con él. Finalmente, la abogada del padre del pequeño solicitó el divorcio para facilitar el acceso al niño. Debido a que la madre está en paradero desconocido el proceso fue complicado, hasta que el Juzgado de Instrucción nº1 de Valladolid le concedió  el divorcio y la custodia a José.

La desaparición de Emily Vaquero y su vida en Ucrania

Otro caso especialmente complicado es la desaparición de Emily Vaquero Palii y su madre, Iryna Palii, el pasado 19 de mayo de 2023 en Zaragoza. La situación en casa no estaba bien y Alejandro, padre del menor, e Iryna estaban en pleno proceso de divorcio. El día de la desaparición Alejandro llegó a casa y se percató de que faltaba un maleta, ropa de Iryna y de Emily, objetos personales y dispositivos electrónicos. 

Desde entonces Alejandro no supo nada de Emily ni de su madre. El 24 de mayo la juez del Juzgado de Instrucción de Zaragoza estableció varias medidas cautelares urgentes para proteger a la menor. Se le atribuyó a su padre la guarda y custodia de la menor, así como el ejercicio en exclusiva de la autoridad familiar sobre la misma. Asimismo, se prohibió la salida del territorio nacional de Emily. Estas medidas pasaron a ser firmes en la última vista ocurrida. 

Sin embargo, el 22 de mayo  Iryna logró cruzar la frontera con Emily y llegaron a Ucrania, donde han permanecido hasta el día de hoy. El 24 de julio Iryna llamó dos veces a Alejandro y este pudo ver a su hija y saber que al menos estaba bien físicamente. Poco después, Iryna volvería a cortar todo tipo de comunicación con Alejandro, quien asegura estar “viviendo un infierno que parece que no vaya a terminar nunca”.

La sustracción parental de Saray Muñoz

El viernes 28 de abril de 2023 Saray Muñoz Gorreta desaparecía en Tavernes Blanques, Valencia. Su padre, José Manuel, estaba llevando a la pequeña al colegio San Rafael junto a su abuelo. En la puerta del centro escolar se encontraron con individuos de la familia materna de la menor, quienes comenzaron a “forcejear con ambos para quitarles a la niña. Estos individuos eran el abuelo materno de Saray y cuatro hombres más. Venían armados y me la quitaron a golpes”.

Pocos días después la Guardia Civil localizaba a Saray junto a su madre en la localidad francesa de Nimes. José Manuel ha podido hablar con ella en varias ocasiones y asegura que su hija está “siendo manipulada” y que está expuesta a situaciones anormales para una niña. Estas afirmaciones se basan en unos vídeos de Saray conduciendo un coche y tomando medicamentos sin que su madre se de cuenta. 

El Juzgado nº2 de Moncada dictaminó tres semanas después de que Saray saliera de España la retirada de la custodia y patria potestad a la madre —por lo que se le otorgará al padre—, así como que Saray tendría que regresar a España. No obstante, aunque el auto fue traducido y enviado a París y Nimes, donde llegó el 12 de junio, la niña todavía sigue con su madre en tierras francesas.

José Manuel asegura sentirse “impotente” al ver que la situación no se solventa y que lleva todo agosto sin poder saber si su hija está bien. “La madre de mi hija me ha bloqueado de todos los sitios e imposibilita que me comunique con mi pequeña”; explica José Manuel.