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Tren de alta velocidad AVE estacionado en una plataforma cubierta de una estación ferroviaria
INVESTIGACIÓN

Alerta ferroviaria en España: Varios trenes AVE retirados por defectos estructurales

Maquinistas denuncian chapuzas en los nuevos trenes y acusan a la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria de negligente

La retirada de tres trenes AVE de la serie 106 por fisuras en los bogies ha disparado las alertas en el sector ferroviario. Aunque Renfe lo ha tratado como una incidencia puntual, maquinistas y técnicos insisten: es solo un síntoma de un problema más profundo. El sistema arrastra años de desgaste, envejecimiento del material rodante y una gestión deficiente.

Las fisuras fueron detectadas en el bastidor de un bogie tractor durante una inspección rutinaria el 21 de julio.  A raíz del hallazgo, Renfe sacó de circulación tres trenes y limitó la velocidad máxima a 250 km/h en un tramo clave entre Madrid y Ariza. También suspendió la venta de billetes de Avlo en el corredor Madrid–Barcelona.

Tren de alta velocidad AVE detenido en una estación bajo un cielo despejado
Tren AVE. | Europapress

Maquinistas que pidieron no ser identificados aseguran que estos trenes nunca debieron circular. “No pasaron todas las pruebas. Se improvisaron arreglos sobre la marcha”, denuncia uno de ellos. El riesgo de accidente, advierten, es alto. “Si no se retiran todas las unidades afectadas, podemos acabar lamentando una tragedia”.

Los trabajadores también acusan a la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria de pasividad. Afirman que el organismo ignoró las advertencias. “Miraron hacia otro lado”, señalan.

Un parque ferroviario envejecido

Más allá de este incidente, el foco se desplaza al conjunto del sistema. Muchos trenes que aún circulan en líneas regionales superan los 30 años de antigüedad. Algunos datan de los años 80. Esto ocurre sobre todo en zonas rurales, donde la inversión pública ha caído en los últimos diez años.

Según datos de Renfe y Adif, más del 40 % del material rodante debería renovarse antes de 2028. Sin embargo, las licitaciones sufren retrasos. Los costes se disparan. Y la falta de trenes ha obligado incluso a alquilar unidades a Francia y Portugal.

El AVE low cost: entre el ahorro y el desgaste

El Talgo AVRIL, modelo base de la serie 106, fue presentado como la solución “low cost” para llevar la alta velocidad a más viajeros. Ligero, con carrocería de aluminio y mayor capacidad. Pero también más vulnerable al uso intensivo.

“El diseño priorizó el precio y la entrega rápida, no la robustez”, explica un ingeniero de mantenimiento. El bogie es una pieza clave. Si falla, el riesgo es grave. “No se puede improvisar en algo tan crítico”.

Tren de alta velocidad AVE circulando por una vía en medio del campo con vegetación y árboles al fondo
Tren AVE. | Europapress

Y no es un caso aislado. Los trenes Civia de Cercanías también sufren fallos frecuentes. Desde puertas que no cierran hasta sistemas de freno defectuosos. En Galicia y Asturias, varios Alvia híbridos han tenido que ser apartados por problemas con los motores y el sistema de cambio de ancho.

Una gestión sin estrategia clara

Los sindicatos y las asociaciones de usuarios coinciden: la gestión del sistema ferroviario español carece de rumbo. "Las decisiones son improvisadas. Falta una planificación a largo plazo. Se priorizan objetivos políticos sobre criterios técnicos", lamentan fuentes cercanas.

El caso de Talgo es revelador. Renfe le impuso una multa de 116 millones de euros por el retraso en la entrega de los AVRIL. El contrato se modificó varias veces. "Hubo presiones desde el Ministerio de Transportes. Y la coordinación entre Renfe, Adif y el fabricante fue mínima".

La Agencia de Seguridad Ferroviaria tampoco ha estado a la altura,  según las fuentes consultadas. Pese a su papel clave, no ha dado explicaciones públicas. Tampoco ha ordenado auditorías externas. La falta de transparencia refuerza la idea de opacidad institucional.

Un modelo saturado y vulnerable

España presume de tener una de las redes de alta velocidad más extensas del mundo. Pero los desequilibrios son evidentes. "Mientras unos corredores cuentan con trenes nuevos, otros siguen operando con unidades obsoletas", lamentan fuentes del sector.

Los nuevos trenes “low cost”, como los Avlo, han multiplicado la demanda. Pero el sistema no tiene capacidad para sostener ese ritmo. El desgaste es rápido. Y los recursos para mantenimiento y sustituciones no son suficientes.

“El problema no es que haya trenes viejos. Es que no hay un plan real para mantenerlos en condiciones”, afirma un portavoz sindical. Si no se actúa a tiempo, las averías pueden convertirse en accidentes.

Estación de tren con varias personas haciendo fila y varios trenes de alta velocidad en los andenes
Estación de trenes. | Europapress

La retirada de los AVE serie 106 ha puesto el foco sobre un problema más profundo. El sistema ferroviario español combina una red sobrecargada con decisiones técnicas forzadas y una gestión política fallida. Los trenes envejecen. El mantenimiento se retrasa. Y los organismos de control no reaccionan con firmeza.

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