
Alberto Guijarro, el 'rey de los remolques': Su dominio con Granalu en 20 países
El vallisoletano dirige el grupo familiar con 3 líneas de negocio, más de 200 empleados y una facturación de 40 millones
La Federación Empresarial Segoviana (FES) ha concedido el Premio José María Antona al Empresario del Año a Alberto Guijarro Román, director del grupo Granalu. El galardón reconoce su labor al frente de un conjunto empresarial multisectorial con una facturación consolidada de cerca de 40 millones de euros y actividad en más de veinte países.
La decisión fue adoptada por el Comité Ejecutivo de la FES y la entrega del premio se realizará el 3 de julio en el enlosado de la Catedral de Segovia.
El ganador de este año, Alberto Guijarro Román, nació en Valladolid en 1981, en el seno de una familia emprendedora de Castilla y León. Es diplomado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Valladolid y completó su formación con diversos programas de especialización en dirección financiera y gestión industrial. Desde joven estuvo vinculado a la empresa familiar impulsada por su padre, Luis Guijarro, quien fundó la compañía Granalu en 1984.

Guijarro Román se incorporó de forma activa a la empresa en 2002. Primero en el Área de Producción y, posteriormente, en la gestión comercial y financiera. En 2015 fue nombrado director general del grupo, momento a partir del cual se ha consolidado como el principal responsable de la estrategia de diversificación y crecimiento de la compañía.
Su estilo de gestión se ha caracterizado por la apuesta por la internacionalización y la integración de innovaciones tecnológicas en el sector industrial. Además de la creación de nuevas unidades de negocio en ámbitos no industriales, como el turismo rural y la alimentación. En algunos círculos del sector, se le conoce informalmente como el 'rey de los remolques' por su capacidad para posicionar al grupo en sectores ligados al transporte y la maquinaria pesada.
En 2022 fue reconocido por el Club CEO España con el premio al Joven CEO del Año, distinción que valoraba su capacidad de liderar un grupo empresarial familiar con proyección internacional. Ese mismo año, el grupo ya comenzaba a ser identificado como uno de los referentes industriales de la provincia de Segovia. Esto, por su volumen de exportaciones y capacidad de generar empleo estable.
El abanico empresarial de Alberto Guijarro
El grupo empresarial dirigido por Alberto Guijarro Román está estructurado en torno a tres sociedades con actividades diferenciadas pero complementarias: Granalu, Grucase y Terrabuey. Esta configuración le ha permitido consolidar una estrategia de diversificación sectorial. Esta abarca desde la industria del transporte hasta la construcción industrial y la producción agroalimentaria.
Granalu es la empresa matriz y principal motor económico del grupo. Está especializada en la fabricación de semirremolques de aluminio destinados al transporte de mercancías a granel. Con sede en Segovia, dispone de 50.000 m² de instalaciones y una plantilla de 170 trabajadores. Exporta a más de veinte países y alcanza una cuota del 35% en el mercado nacional. Su facturación anual ronda los 40 millones de euros. La compañía ha desarrollado modelos propios como Omega, G-Aero y OP-Alpha, incorporando avances en eficiencia energética y aerodinámica.
También mantiene colaboraciones con centros tecnológicos y universidades para el desarrollo de soluciones que cumplen con las normativas europeas en materia de sostenibilidad. En 2023, un incendio en una de sus naves obligó a reorganizar temporalmente la producción. Aunque la solidez demostrada durante esta crisis ha reforzado la imagen del grupo y del propio Guijarro Román.

Grucase es la división centrada en la construcción de naves industriales, estructuras metálicas y soluciones adaptadas a explotaciones agroindustriales. Con una plantilla de 24 empleados y una facturación estimada de 4 millones de euros anuales, opera principalmente en Castilla y León. La empresa ha orientado su estrategia hacia la eficiencia constructiva, ofreciendo proyectos tanto para el sector agrario como para el logístico e industrial.
Terrabuey, por su parte, representa la vertiente más innovadora del grupo en cuanto a diversificación de modelo de negocio. Se trata de un complejo ubicado en Cuéllar (Segovia) que integra ganadería extensiva de bueyes y un restaurante. Además incluye hospedaje rural y una tienda online de productos cárnicos.
Con 20 empleados, ha sido reconocida con el Premio Castilla y León Económica a la Empresa Rural en 2023. También forma parte del programa PYME Rural Leader de la Junta de Castilla y León. Su propuesta combina experiencia turística, trazabilidad alimentaria y promoción del medio rural, incorporando también actividades divulgativas y pedagógicas sobre la vida en el campo. Este modelo de gestión ha contribuido a reforzar la imagen de Guijarro como un empresario versátil y pragmático.
La expansión y consolidación del grupo
A lo largo de la última década, el grupo empresarial liderado por Alberto Guijarro Román ha experimentado una evolución sostenida. Una etapa marcada por el crecimiento en cifras de negocio, el refuerzo de su plantilla y una estrategia clara de posicionamiento nacional e internacional. Actualmente, el conjunto del grupo ronda los 200 empleados directos y mantiene relaciones comerciales activas en más de una veintena de países.
Una de las claves del modelo de Guijarro ha sido su capacidad para mantener un equilibrio entre las raíces locales del proyecto y su apertura a mercados exteriores. Granalu, como firma matriz, ha logrado incrementar su cuota de mercado en España hasta alcanzar un 35%. También afianzar su presencia en países clave como Francia, Alemania, Portugal, Italia y diversas economías del Este de Europa.

Además, el grupo ha apostado por la especialización y por el desarrollo de soluciones propias, respaldadas por patentes y certificaciones técnicas. Esto le permite competir en el sector del transporte de mercancías a granel con productos de alto valor añadido. La inversión en I+D y la colaboración con centros tecnológicos forman parte estructural de su política empresarial.
La diversificación hacia sectores como la construcción industrial (con Grucase) y la ganadería y restauración (con Terrabuey) no ha sido meramente oportunista, sino estratégica. Grucase ha permitido al grupo consolidar su presencia en la economía regional mediante proyectos dirigidos a explotaciones agrarias e industrias logísticas. Por su parte, Terrabuey se ha convertido en una referencia de cómo integrar producción agroalimentaria, turismo rural y comercialización directa, generando empleo y actividad económica en zonas rurales.
El impacto del grupo en el tejido productivo de la provincia de Segovia ha sido significativo. Además de la generación de empleo estable, las empresas bajo su dirección han contribuido a dinamizar sectores clave y a retener talento en entornos rurales. Así, evitan la dependencia exclusiva de grandes núcleos urbanos. Su modelo de negocio ha sido citado como ejemplo de empresa familiar adaptada al siglo XXI. Capaz de operar en sectores tradicionales bajo criterios de innovación, eficiencia y sostenibilidad.
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