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Un hombre pensativo con la mano en la barbilla y una mujer de cabello largo y suelto en una calle iluminada por la noche.
INVESTIGACIÓN

Albert Rivera se reinventa: Debuta como promotor de conciertos tras su etapa con Malú

El fundador de Ciudadanos compatibiliza esta tarea con la consultoría y la docencia tras pasar por el bufete Echeverría


Albert Rivera lleva años rondando las zonas VIP de múltiples espectáculos musicales y por fin va a dedicarse profesionalmente a la organización de espectáculos de la mano de la compañía Haciendo Malabares AIE, en la que ha adquirido una participación a través de Aldaluri SL (acrónimo de Albert, el nombre de su sus hijas Daniela y Lucía y el apellido Rivera).

El objeto social de la compañía madrileña es  "la producción, realización, distribución y comercialización tanto en el territorio nacional como en el extranjero de espectáculos en vivo de artes escénicas y musicales". 

Haciendo Malabares AIE, según datos que constan en el Registro Mercantil y han sido consultados por Elcierredigital.com, está dirigida por Rafael González Villanueva, perteneciente a una larga saga de profesionales ligados con el mundo del circo. 

La empresa radicada en Barajas facturó 2.479.754 euros en 2023, obtuvo unos beneficios de 96.345 euros y cuenta con activos por encima de los 1,8 millones de euros. Esta empresa está relacionada con la compañía Productores de Sonrisas, propiedad de González Villanueva y productora de espectáculos como  'Circo de los Horrores', 'Manicomio', 'Cabaret Maldito', 'David Larible', 'Navidad Circo Price' y 'The Cirkid'

Rivera conoce las entretelas de la organización de espectáculos a través de su ex, Malú, y de su íntimo amigo Rafael Cobo, representante de Miguel Poveda (también íntimo del fundador de Ciudadanos) y propietario de la productora Crazy4fun. 

Pese a su inexperiencia en televisión, Crazy4fun fue contratada por parte de RTVE cuando la mayoría del Gobierno del Partido Popular dependía de Ciudadanos. Esta factoría puso en marcha el espacio musical 'La hora musa', que  fichó a la entonces novia de Rivera, Beatriz Tajuelo, a pesar de que su dedicación habitual era la de azafata. El programa fue retirado tras solo 2 temporadas. 

Ni jarrón chino ni abogado

Rivera dirige con su eterna mano derecha política, José Manuel Villegas, la consultora RV+, dedicada a "la actuación, como mediadora en la prestación de servicios de carácter jurídico y legal. La prestación de servicios de asesoría y consultoría a particulares, empresas y organismos de toda clase, en aspectos jurídicos, fiscales, laborales, económicos y sociales". 

RV+ ha sido noticia por cerrar una alianza con el club de negocios madrileño Raheem. "Desde RV+ nos complace anunciar que hemos unido fuerzas con el Club Raheem GL mediante un acuerdo estratégico cuyo objetivo es potenciar el crecimiento mutuo y enriquecer la calidad de los servicios que prestamos a nuestros clientes y socios respectivamente", aseguraron. 

Otros proyectos del expolítico tras dejar Ciudadanos han sido firmar el libro 'Un ciudadano libre' (con el que se llevó un millonario contrato con Planeta e intentó sin suerte que la ciudadanía creyese que fue Pedro Sánchez el que se negó a pactar con él en el verano de 2019), fichar por el digital The Objective (donde tan solo ha firmado dos artículos en dos años) y cerrar un acuerdo con el Instituto Universitario de Liderazgo Cardenal Cisneros para dirigir un máster de Liderazgo. 

Hombre sonriendo con un suéter de cuello alto blanco y un saco marrón, sentado frente a una ventana con un fondo de vegetación.
Albert Rivera. | YouTube de CineTrailer

Rivera, bien relacionado con personajes como el Turronero, ha dejado atrás el mundo político. Tras su marcha ya advirtió de que no le gustaban ni "las tutelas" ni quería convertirse en "un jarrón chino" que molestase a sus sustitutos (pese a que Inés Arrimadas acabó atestiguando lo contrario). 

"Saben que yo no aguanto ni un minuto apoyando cosas en las que no creo. Uno puede ser flexible, laxo, tener cintura, pero tiene que tener dignidad. Y cuando la dignidad en la vida la pierdes, eso no se recupera. Sinceramente, veo todo lo que pasa y digo: ¡ay por Dios, menos mal que dimití!", señaló. 

El abogado siguió cargando contra la política española: "Esto es peor de lo que advertimos (...) Menos mal que dimití, porque si tengo que aguantar todo esto tengo que ir escoltado, pero frente a mis votantes. Uno puede ser laxo, pero tiene que tener dignidad".

Martínez-Echeverría, una de sus grandes batallas

Tras el hundimiento de Ciudadanos, que camina a la extinción, Rivera ha tenido dos grandes campos de batalla: la prensa rosa, que le ha seguido sus andanzas con Malú o su actual pareja (la influencer Carla Cotterli), y el influyente despacho de abogados Martínez-Echeverría. 

"Entramos con mucha ilusión al salir de la política y se incumplieron los contratos", aseguró Rivera tras publicarse que el bufete había roto sus vínculos con él por faltar al trabajo. Él, dolido,  demandó al despacho por incumplimiento de contrato (ya que le habían prometido el 5% del capital social y bonus por beneficios) y sus exjefes hicieron lo propio por comportamiento desleal. 

El Juzgado número 17 de lo Mercantil de Madrid dio la razón recientemente a Rivera, a quien le pedían 1,6 millones euros por impulsar "una campaña en los medios de comunicación destinada a favorecer su imagen pública y denigrar la del despacho Martínez-Echevarría Abogados, difundiendo muy amplia y detalladamente los gravísimos incumplimientos contractuales que imputa públicamente al despacho". 

El fallo dice que "no puede estimarse que la atribución de incumplimientos contractuales sea denigrante u ofensivo para el despacho" y que  "no puede considerarse que la resolución (del contrato) se efectuara para generar una ventaja competitiva, que afecte al mercado ni que tenga una finalidad anticoncurrencia". 

"El hecho de aludir públicamente a desavenencias derivadas de una terminación contractual no determina que tenga una finalidad anticoncurrencial. Ello por cuanto con carácter principal se estima que las manifestaciones que se hayan realizado o podido realizar por el demandado son en interés propio, es decir, a los efectos de defender sus motivos de terminación del contrato y su retribución, especialmente teniendo en consideración el ataque mediático público y recíproco, no así con una finalidad concurrencial", añade. 

Rivera guarda silencio sobre este caso y salta a la organización de eventos. 

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