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Edificio de departamentos en construcción con varias grúas y autos estacionados al frente en un día soleado
INVESTIGACIÓN

Alarma ante una posible crisis inmobiliaria en España: Las familias en problemas

El acceso a la vivienda es cada vez más difícil y los propietarios pueden afrontar hipotecas superiores al valor de su casa

Si volviera a estallar una crisis inmobiliaria en España, los grandes perjudicados serían quienes están comprando vivienda ahora. Pagan precios elevados sin saber si el coste de la vivienda seguirá en ascenso. Los economistas aseguran que no habrá una nueva crisis, insisten en que esta vez es diferente. Pero ¿y si se equivocan?

Hoy las familias tienen dos problemas para acceder a una vivienda: primero, los precios de compra están muy altos. Segundo, los precios del alquiler son aún peores.

Acceder a una casa en propiedad es difícil. Aun así, muchas familias optan por comprar. ¿Por qué? Porque la cuota de la hipoteca es más baja que un alquiler. En el corto plazo, esto parece razonable. La hipoteca permite pagar menos al mes y, además, la casa es propia.

Cartel de se alquila colgado en la barandilla de un balcón frente a una ventana cerrada
Situación de la vivienda en España. | Europapress

Sin embargo, la vivienda está en máximos históricos y no encaja con los ingresos reales de las familias. Muchas se apresuran a comprar por miedo a que los precios sigan subiendo. Este comportamiento recuerda al de los años previos a 2008.

Muchos economistas creen que los precios no caerán como entonces. Argumentan que no hay una burbuja inmobiliaria, puede ser cierto. Pero una caída de precios podría producirse por otras razones.

Hay inflación y conflictos armados activos y sus derivadas tensiones comerciales. La situación política es inestable y todo ello podría desencadenar una nueva crisis económica.

Si cae la demanda de compra y alquiler, los precios bajarán. Y de nuevo, las víctimas serán quienes compraron en el pico del mercado. Tendrían una hipoteca mayor que el valor de su vivienda.

Una inflación que recuerda al 2008

En 2008, la crisis fue multifactorial, pero los bancos jugaron un papel clave. Sus malas prácticas empujaron a miles de familias a perder su casa. El Estado rescató a los bancos, no a las personas. Hoy, muchos bancos siguen sin devolver el dinero cobrado con cláusulas abusivas. Quien no reclama, no recupera nada.

La confianza en el sistema económico e inmobiliario es baja y la experiencia reciente no ayuda. Pandemia, guerra, inflación... No sabemos qué será lo siguiente. Ni si el sistema resistirá más presión.

Lo cierto es que muchas familias no pueden pagar ni alquiler ni hipoteca y necesitan un techo. No es solo que las viviendas sean caras, es que lo son en comparación con los salarios.

Entrada de edificio con reja negra y letrero naranja de se vende piso
Situación de la vivienda en España. | @europapress

Si los sueldos hubieran crecido al mismo ritmo que la vivienda, no habría tanto problema. Pero no ha sido así. La nueva ley de vivienda tampoco ha solucionado nada. Al contrario, ha generado más descontento.

Entonces, ¿por qué los economistas siguen recomendando comprar? ¿Y si hubiera una nueva crisis? ¿Estamos preparados? Los mensajes que se lanzan son de aparente tranquilidad. Pero tal vez no sean realistas.

El mayor riesgo es pensar que los precios siempre suben. Esa idea se ha instalado en la mente colectiva. Pero no es sostenible. ¿Hasta cuándo subirán? Nadie lo sabe. Lo que sí sabemos es que muchas familias están al límite.

Hay quien no puede pagar un alquiler. Pero también hay quien se está hipotecando por encima de sus posibilidades. Si los precios bajan, su situación puede volverse crítica. El futuro de muchas familias depende de ello.

Edificio en construcción cubierto con andamios y una lona publicitaria, junto a otros edificios residenciales y árboles, con una grúa azul al fondo
Situación de la vivienda en España. | Europapress

¿Quién asumirá la responsabilidad si todo se desploma otra vez? Probablemente nadie. Como en 2008, cada familia tendrá que enfrentarse sola al problema. No hay campañas que llamen a la prudencia. Ni desde los medios ni desde la economía. El mensaje dominante es que hay que comprar cuanto antes.

Ese mensaje puede inducir a error. La gente compra creyendo que está invirtiendo con seguridad. Pero eso no es necesariamente cierto. Si los precios bajan, el resultado será trágico. Otro drama social. Otra oleada de ejecuciones hipotecarias. Otra vez familias perdiendo su casa.

Qué pasaría si entramos en otra burbuja

Puede que los precios no bajen este mes ni este año, pero pueden hacerlo en cualquier momento. Todo dependerá de factores externos. Una subida de tipos, un colapso económico global, una nueva crisis sanitaria. Cualquier circunstancia puede ser el detonante.

Y entonces, ¿qué dirán quienes ahora recomiendan comprar sin reservas? ¿No deberían advertir que la vivienda no siempre sube? Por lógica, el margen para que siga subiendo es muy limitado, los sueldos no lo permiten. Si la vivienda sube mucho más, estaremos ante una emergencia social.

Lo peor que puede pasar es que familias que ahora hacen un esfuerzo enorme para comprar, vuelvan a quedarse atrapadas. Como en 2008. Con casas que valen menos que lo que pagaron. Con hipotecas imposibles de afrontar y la incertidumbre de no saber qué hacer.

Fachada de edificio de apartamentos con varios balcones y barandales de diferentes estilos
Situación de la vivienda en España. | Europapress

Hoy nadie puede asegurar qué ocurrirá con los precios. Puede que suban algo más, puede que se mantengan o puede que bajen.  Lo que está claro es que el mercado ya no responde a la lógica de la necesidad, sino al miedo de quedarse fuera. Al impulso de comprar “antes de que suba más”.

Ese miedo es peligroso, es el mismo que dominaba antes de la gran crisis. Hoy, muchas familias están entrando al mercado sin pensar en las consecuencias. Sin margen de error. Si algo sale mal, no tendrán escapatoria.

El momento actual puede ser bueno para vender. Pero no está claro que lo sea para comprar. La relación entre precio e ingreso familiar está en su punto más crítico. Comprar vivienda no es una inversión segura cuando el contexto es tan volátil.

La experiencia debería habernos enseñado algo. Deberíamos ser más prudentes. Más conscientes de que el mercado inmobiliario no es infalible. Pero no lo somos. Seguimos actuando como si no pudiera volver a pasar.

Puede volver a pasar

La experiencia puede repetirse, por eso conviene ser cautos.  No todos los que compran ahora saldrán beneficiados, algunos pueden perder mucho. Puede que tarden años en recuperar lo invertido, puede que no lo recuperen nunca.

Varios edificios modernos de departamentos en construcción con una grúa al fondo bajo un cielo despejado
Situación de la vivienda en España. | Europapress

El sistema no está preparado para proteger a las familias ante estas situaciones. No lo estuvo en 2008 ni parece estarlo ahora. Si vuelve la crisis, volverán los dramas, volverán los desahucios y el miedo. Y, una vez más, no habrá responsables.

En conclusión, no estamos ante un mercado estable. No es momento de asumir riesgos sin medir las consecuencias. No se trata de sembrar alarma. Se trata de hablar con honestidad. De advertir que la vivienda no es una apuesta segura. Que puede bajar. Que puede ser un error comprar ahora.

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