Abusos en la Iglesia: El líder anglicano Welby dimite a diferencia de cargos católicos
El exarzobispo de Canterbury, Justin Welby, ha sido señalado por no actuar ante la denuncia de 130 menores en 2013
Los casos de abuso sexual continúan azotando los cimientos de la Iglesia. Tanto de la católica, con cientos de denuncias en España, como de la anglicana.
La última evidencia de que este escándalo sigue latente ha sido la dimisión del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, el máximo representante de la Iglesia de Inglaterra. Este martes anunciaba que se aparta del arzobispado por no haber actuado hasta hoy tras conocer un caso de abusos infantiles en 2013. Los obispos ingleses le empujaron a retirarse tras conocer que hasta 130 niños fueron víctimas de un pederasta y que Welby lo sabía.
Welby, líder espiritual para alrededor de 85 millones de creyentes en el mundo, ha asumido su responsabilidad en este caso. Según el informe revelado la pasada semana, la institución que representaba Welby habría encubierto durante más de una década los "violentos abusos físicos y sexuales cometidos por el abogado John Smyth a más de 100 víctimas".
Smyth, declarado "pederasta" por la Justicia y fallecido en 2018, fue conocido por dirigir campamentos de verano durante la década de los 70 y 80. Además, fue miembro de alto rango de la organización benéfica cristiana Iwerne Trust.
Esta misma organización fue la encargada de iniciar una investigación interna en 1982 contra el letrado. Sin embargo, los hechos no salieron a la luz hasta 2013, cuando las denuncias llegaron a manos de la policía.
Smyth fue acusado de someter a sus víctimas a ataques físicos, sexuales, psicológicos y espirituales traumáticos. También se descubrió que conducía a los alumnos a su casa, cercana a Winchester, y les azotaba en su cobertizo.
Justin Welby, de tesorero de una empresa metalúrgica a arzobispo
Justin Welby, arzobispo de Canterbury desde frebrero de 2013, es un teólogo londinense de 68 años. Es hijo de un empresario y de la exsecretaria privada del primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill. Completó su educación entre las paredes del Eton College y en el Trinity College, donde estudió Historia y Derecho, respectivamente.
Los sacerdotes anglicanos pueden casarse y Welby tiene cinco hijos con su esposa Caroline Eaton. Antes de entregarse a la religión, trabajó en París en la compañía petrolera de Elf Aquitaine y hasta 1987 fue tesorero del grupo distribuidor de fluidos de aviación Enterprise Oil. Comenzó sus estudios de Teología en el St John's College de la Universidad de Durham y en 1992 fue ordenado sacerdote.
Posteriormente, ocupó el puesto de rector de la iglesia de St James, vicario de Ufton. Además, en 2007 fue nombrado decano de la Catedral de Liverpool y en 2011, obispo de Durham. Fue así como accedió a la cámara alta del Parlamento de Westminster como 'Lord espiritual'.
El mandato de Welby como arzobispo de Canterbury, puesto que ocupó desde 2013, ha estado marcado por grandes retos. Entre otros, Welby lidió con disputas por la aceptación de los derechos de los homosexuales. También los de las mujeres clérigas entre las iglesias más liberales, principalmente en América del Norte y Gran Bretaña, y sus contrapartes más conservadoras, especialmente en África.
Su ya extinto cargo llevó a Welby a asumir el oficio de la coronación del rey Carlos III de Inglaterra en mayo de 2023. También fue el sacerdote encargado de conducir los enlaces matrimoniales de los príncipes Guillermo y Enrique con sus respectivas esposas.
La lacra de los abusos sexuales en la Iglesia en España
Welby era el homólogo del actual arzobispo de Valladolid, Monseñor Luis Argüello García. Argüello fue elegido el pasado mes de marzo presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) para el cuatrienio 2024-2028. El creciente número de denuncias de presuntas víctimas de abusos por la Iglesia en nuestro país, la situado a la CEE en uno de sus momentos más 'críticos'.
Fuentes de eclesiásticas denuncian que "dimisiones como las de Welby no se ven en España, a pesar de todos los casos de pederastia que salen".
Precisamente, esta semana en el Congreso de los Diputados se ha decidido estudiar una reforma legislativa que evite que estos delitos sexuales no prescriban. La gran mayoría son denunciados muchos años después de haber sido cometidos.
Tal y como está ahora formulada la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia (de 2021), la mayoría de los casos de pederastia prescriben cuando la víctima tiene entre 40 y 45 años. Solo en una minoría de casos, calificados como 'graves', el afectado puede denunciar hasta que cumple los 55 años.
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