26 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

Juan Francisco Vargas, en el foco desde que se perdió la pista de su hijo en 2007, podría entrar en prisión por una presunta agresión a su hija menor

Desaparición Yéremi Vargas: Su caso vuelve a escena dos años después de la detención de su padre por abuso sexual

Juan Francisco Vargas, padre de Yéremi.
Juan Francisco Vargas, padre de Yéremi.
Juan Francisco Vargas, el padre de Yéremi, desaparecido hace 14 años en Gran Canaria, tuvo que enfrentarse a varias denuncias por agresión sexual y violencia de género que salieron a la luz años después de la desaparición de su hijo. También estuvo relacionado con el menudeo de drogas, sin embargo, fue descartado rápidamente como sospechoso de la desaparición de su hijo Yéremi, ya que el día en que ocurrió varias personas le vieron en otra zona de la isla.

Este 31 de agosto se cumplen dos años desde que el padre de Yéremi Vargas, el niño de siete años cuyo rastro se perdió el 10 de marzo de 2007 en Vecindario (Las Palmas), fue detenido por presuntamente agredir sexualmente a su hija de 13 años. Por este delito, la Fiscalía solicitaba seis años de cárcel para Juan Francisco Vargas. Ese mismo año, 2021, también fue acusado de presuntos abusos sexuales a la hija de una de sus exparejas.

Juan Francisco se dio a conocer en 2007 por el terrible suceso que Itahisa Suárez y él tuvieron que afrontar, la desaparición del pequeño Yéremi. Años después el papel del padre de Yéremi daría un giro repentino y pasaría de víctima a posible delincuente. Juan Francisco ha tenido siete hijos con seis parejas diferentes y dos de ellas le han acusado de haber abusado sexualmente de sus hijos menores de edad.

El pequeño Yéremi días antes de su desaparición.

También estuvo relacionado con el menudeo de drogas en las 80 viviendas. La desaparición de su hijo hizo que parte del foco mediático se dirigiera a él, descubriendo su carácter y revelando parte de su vida y comportamientos. 

El año pasado Vargas quedó en libertad con cargos por violencia de género y se le impuso una orden de alejamiento de su pareja por aquel entonces que lo había denunciado por malos tratos continuados. A pesar de estos antecedentes, la vinculación de Juan Francisco con la desaparición de su hijo quedó totalmente descartada, ya que tenía coartada y varias personas aseguraron verle en otra zona de la isla diferente a la zona en la que desapareció su hijo Yéremi.

La desaparición de Yéremi y la reapertura del caso


Yéremi Vargas desapareció el 10 de marzo de 2007 mientras jugaba en un descampado cerca de la vivienda familiar en Vecindario, en Santa Lucía de Tirajana (Gran Canaria). El único sospechoso de la desaparición, Antonio Ojeda 'el Rubio', salía de la cárcel el año pasado tras cumplir una condena de cinco años por abusos sexuales a un niño de nueve años en 2012.

Aunque el caso del pequeño Yéremi se archivó el 25 de octubre de 2017 tras un auto dictado por el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana, en julio del 2019 el abogado Marcos García Montes anunció que un equipo de criminólogos y peritos iba a examinar todo el procedimiento con el fin de reabrirlo y así poder acusar al Rubio de la desaparición de Yéremi Vargas, alineándose con la hipótesis que manejaba la Guardia Civil.

Ithaisa, madre de Yéremi, junto a la imagen de su hijo

Ithaisa, madre de Yéremi, junto a la imagen de su hijo.

Según sostenía este letrado a elcierredigital.com, había indicios suficientes para reabrir el caso y explicaba que se basaba principalmente en tres circunstancias. La primera era que se mostraban convencidos de que las investigaciones de la UCO de la Guardia Civil no fueron reflejadas fehacientemente por el juez instructor. 

Otro de los indicios era que la familia contaba con un testigo fundamental, tal y como explicó elcierredigital.com. Un menor que en el momento de la desaparición de Yéremi vio a Antonio Ojeda merodeando por la casa del niño en un vehículo que luego resultó ser de su propiedad, afianzando su testimonio con una minuciosa descripción. Era entonces un niño de 12 años que ahora tiene 25 años.

El tercer indicio fue que el Rubio se ubicara a sí mismo en el lugar de la desaparición y que dijera que el niño estaba azul, ya que, según cuenta la familia, Yéremi era cianótico, una dolencia respiratoria que hacía que el chico se pusiera azul en una situación de estrés. Lo esencial es que este hecho, nadie fuera de la familia más cercana, podía conocerlo y mucho menos Antonio Ojeda, el Rubio.

Los momentos previos a las sospechas sobre Ojeda


Antes de sospechar de Ojeda se barajaron otras hipótesis que resultaron falsas. En 2012 la Guardia Civil investigó a 195 personas acusadas de pederastia, menores de 65 años y con delitos a niños menores de quince años, también a quince presos acusados de delitos similares y a varias personas de la isla de Gran Canaria vinculadas a este tipo delictivo. Se pensó desde que alguien de una vivienda cercana lo hubiese raptado a que se tratase de un caso de tráfico de órganos, o  que tres pederastas escoceses que estuvieron en la isla cuando el niño desapareció tuvieran relación con el caso.

En 2015 se encontró un cráneo en un parque de Vecindario. La familia estaba sobrecogida hasta que se determinó finalmente que no pertenecía al niño sino a una mujer de mediana edad. En 2010, la entonces jueza de San Bartolomé de Tirajana rechazó la petición de excavar en el jardín de la vivienda familiar en Agüimes, propiedad de Fernando Torres Baena, el principal acusado del denominado 'Caso Kárate' sobre presuntos abusos sexuales en una escuela de artes marciales en la isla.

Ithaisa Suárez y Marcos García Montes.

El caso de Yéremi conmocionó a todo el país en 2007. Cuando se conoció la desaparición del niño, que padecía de insuficiencia respiratoria y necesitaba de medicación, se inició su búsqueda. Hasta 400 personas participaron en un dispositivo de rastreo de los alrededores del lugar de los hechos.

Unas semanas después, el 19 de marzo, la Guardia Civil detuvo a un joven de 27 años, vecino de Agüimes, acusado de un supuesto delito de extorsión a la familia, aunque descartaron que estuviera relacionado con la desaparición. El detenido había pedido a la familia 6.000 euros a cambio de la liberación del niño, pero la investigación determinó que lo hizo con ánimo de lucro.  

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