19 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

Liberty Media se hace con la compañía comprada por Banesto en los 90 y donde seguirá como CEO Carmelo Ezpeleta, que levantó esta firma española

La historia oculta de Dorna tras el 'pelotazo' con MotoGP: Adquirida por Mario Conde y usada por Gil y Gil para conseguir el Atlético

El Cierre Digital en Carmelo Ezpeleta, Mario Conde y Jesús Gil y Gil.
Carmelo Ezpeleta, Mario Conde y Jesús Gil y Gil.
Liberty Media Corporation ha adquirido Dorna Sports, la compañía que poseía los derechos comerciales y televisivos de MotoGP. Con la compra, Liberty pasa a gestionar no solo las motos, sino también la Fórmula 1. Dorna Sports, cuyo CEO es Carmelo Ezpeleta, fue adquirida en los 90 por el Banesto de Mario Conde, que hizo otras incursiones en el mundo deportivo prestando un aval a Gil y Gil para convertir el Atlético de Madrid en S.A.D. e invirtió en el Centro Comercial Concha Espina del Bernabéu.

Llevaba meses en el aire, y finalmente la compañía estadounidense lo ha confirmado: Liberty Media Corporation ha adquirido el 86 por ciento de Dorna Sports, hasta ahora propietaria de los derechos comerciales y televisivos de MotoGP. Esto hace que Liberty, ya a cargo de la Fórmula 1, posea los dos grandes eventos del mundo del motor.

La transacción, avanzada por Expansión, se valora en 4.200 millones de euros que habrían ido a parar a la empresa con la que se ha firmado el acuerdo: Bridgepoint, accionista mayoritario de Dorna Sports. A pesar de haber recibido ofertas para adquirir la compañía de empresas de capital de riesgo (CVC, EQT o KKR) o del mundo del streaming (Amazon, Netflix o Disney), finalmente ha sido la propietaria del Gran Circo la que se ha hecho con la compañía.

A pesar de esta adquisición del 86 por ciento de Dorna, la cúpula directiva de la compañía sigue manteniendo un 14 por ciento. Se prevé que la adquisición se haga efectiva a finales de 2024 y Liberty ha confirmado que el equipo directivo, encabezado por el CEO de la compañía desde el año 1994, Carmelo Ezpeleta, seguirá en su puesto. La sede también se mantendrá en Madrid, como hasta ahora.

No obstante, tal y como afirman fuentes cercanas a la compañía a elcierredigital.com, el hecho de que tanto el CEO como la sede se mantengan podría ser “una fachada para hacer ver que todo sigue igual”. Estas mismas fuentes afirman que en Dorna “creen que podría haber una supuesta riada de despidos, porque imaginan que algunos departamentos serán absorbidos por Liberty Media, que quiere tener sinergias para ahorrar”.

Carmelo Ezpeleta.

En los últimos años, MotoGP ha demostrado ser un deporte más que rentable, ya que se estima que generó unos 430 millones de euros (casi el 95 por ciento de los ingresos de Dorna) a la compañía. Y aunque la Fórmula 1 incrementó en un cuarto sus ingresos en 2023, cayó en pérdidas de aproximadamente 184 millones de euros.

A pesar de las diferencias notables entre ambos deportes de motor, en los últimos años han ido adoptando estrategias similares, como ampliar el calendario de carreras (y los países a los que llegan) y las famosas carreras sprint, que se iniciaron en la Fórmula 1 y siguieron en MotoGP.

Aunque es de sobra conocido que Carmelo Ezpeleta lleva en Dorna desde que esta apostó por el deporte de motor, pocos conocen los inicios de Dorna Sports y su vinculación con uno de los banqueros más mediáticos de España: Mario Conde.

Mario Conde, Dorna Sports y Carmelo Ezpeleta

Dorna Sports tiene sus inicios en 1988, cuando se inscribió la ahora extinguida empresa Dorna Promoción del Deporte SA. Gestionada en un inicio por dos hermanos gallegos, la empresa finalmente fue adquirida por el banco Banesto, presidido por aquel entonces por Mario Conde.

La prensa de la época ya señalaba que la compra de Banesto del 50 por ciento de la compañía fue presuntamente fraudulenta, ya que se habrían invertido 10.000 millones de pesetas a pesar de que el patrimonio neto de la compañía rondaba los 1.100 millones, según informaba el diario El País en el año 1994. La que se conoció como ‘operación Dorna’ formó parte del caso Banesto’ por el que Mario Conde fue condenado a prisión.

Según explican fuentes conocedoras a elcierredigital.com, mientras Mario Conde todavía se encontraba al frente de Banesto (y con poder sobre Dorna), “se ocupó de que el cargo de CEO fuera para Carmelo Ezpeleta”. El catalán, que estudió Ingeniería, había sido piloto de coches y motos sin mucho éxito pasando a la creación de circuitos. En el año 1974 comenzó con el de Calafat (Tarragona) y de ahí pasó al del Jarama (Madrid) y al de Cataluña.

Competición de MotoGP.

En el año 1991, Dorna adquiría los derechos de explotación del Mundial de Motociclismo y fue entonces cuando entró Ezpeleta en la compañía. En el 1994, ya era CEO.

El deporte está presente en todo su historial empresarial, al que ha tenido acceso elcierredigital.com. Ezpeleta, además de haber sido consejero y apoderado de las empresas de los circuitos ya mencionados, es consejero de Diver Karting SL, encargada de la gestión de los Karts de Carlos Sainz padre; de la Fundación Ángel Nieto; y presidente, desde el año 2012, de Valle Galiana Golf SL, empresa que gestiona el campo de golf La Galiana (Carcaixent, Valencia).

Mario Conde y la gestión de Gil y Gil del Atlético de Madrid

También Mario Conde durante una época intentó introducirse en el mundo del deporte, conocedor de que es el opio del pueblo español. Comenzó, como ya hemos mencionado, con Dorna y sus recién adquiridos derechos de motociclismo, pero también se introdujo en el Real Madrid de Ramón Mendoza y en el Atlético de Madrid de Jesús Gil y Gil.

Tal y como cuenta Juan Luis Galiacho en sus libros ‘Jesús Gil y Gil, el gran comediante’ y ‘Gil, el gran comediante. La farsa continúa’, Mario Conde jugó un importante papel en la gestión de Gil y Gil del Atlético de Madrid, quien, recordemos, fue elegido presidente del club de fútbol Atlético de Madrid el 26 de junio de 1987.

Gil y Gil con una gorra del Atlético de Madrid en la mano.

Uno de los anhelos de Gil y Gil cuando llegó a la presidencia del club era convertirlo en una empresa más. Un club de fútbol puede convertirse en una Sociedad Anónima Deportiva (SAD), pero para ello tiene que presentar un aval. El Atlético de Madrid, con unas cuentas maltrechas a las que se sumó la deuda de su presidente, no podía ofrecer el aval de 1.950 millones de pesetas que se pedía. Y tenía como límite el 30 de junio de 1992.

Antes de las 12 de la noche de ese día, Jesús Gil presentó tres certificados. El primero, de 112 millones de pesetas aportados por los socios minoritarios del club; el segundo, de 713 millones puestos por el entonces vicepresidente del Atlético, Enrique Cerezo; y el tercero, de 1.500 millones a nombre de Jesús Gil. Sin embargo, todo fue una mera simulación.

Gil y Gil había acudido a Mario Conde para que autorizara un préstamo ficticio. No hubo problemas. Conde aceptó la propuesta a cambio de llegar a un acuerdo de colaboración con Dorna, empresa perteneciente al grupo bancario Banesto.

Dorna, a través de una entidad filial de Banesto, Banco de Vitoria, prestó a Gil el dinero necesario para hacerse con la mayoría de las acciones aparentando desembolsos que, en realidad, no fueron efectuados. Según rezaba la sentencia de la Audiencia Nacional que condenó a Gil y Gil a tres años y medio de cárcel por el denominado ‘caso Atlético’ (y que prescribió tras su muerte en 2004), “el dinero con el que se adquirieron las acciones no ingresó en el club ni sirvió para financiar sus actividades”, porque Gil devolvió el préstamo a Dorna ese mismo día utilizando una de sus cuentas personales.

A cambio de esta jugada de ingeniería financiera, la empresa ligada a Mario Conde pasaba a explotar la publicidad estática y los bares del Estadio Vicente Calderón, además de los acontecimientos musicales que se pudieran celebrar en él. Sobre el tapete quedaba la idea de construir un gran centro comercial en el Manzanares, al igual que la famosa esquina del Bernabéu (Centro Comercial Concha Espina), en el que la entidad bancaria entró y que también se investigó en el ‘caso Banesto’ que llevó a Conde a prisión.

La SAD Atlético de Madrid se inscribía en el registro mercantil en el mes de noviembre de 1992. Para entonces, Gil dominaba la sociedad gracias a la ayuda de Mario Conde.

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