La otra cara de Serrano-Arnal, el juez que investiga el caso del abogado Conde Pumpido hijo

El pasado 3 de noviembre era detenido en su chalet en el barrio madrileño de San Blas el abogado penalista Cándido Conde-Pumpido Varela, hijo del presidente del Tribunal Constitucional. Una scort brasileña (A.M.) le denunció a él y a otros dos amigos suyos (uno español, el otro, venezolano) por una presunta agresión sexual “en manada”. Conde-Pumpido y sus amigos fueron detenidos y el domingo la jueza titular del Juzgado de Instrucción nº44 de Madrid —que se encontraba de guardia en el momento de los hechos— los dejó en libertad sin medidas cautelares.

Conde-Pumpido habría presentado ante la jueza el circuito de cámaras de seguridad de su casa para demostrar que lo que la brasileña denunciaba no era cierto. “El circuito de cámaras de seguridad que tiene en su casa el abogado ha demostrado que la denuncia de la mujer era falsa. No existió violación grupal”, confirmaba a elcierredigital.com el director de Confilegal, Carlos Berbell.

El abogado Cándido Conde-Pumpido Varela.

No obstante, la presunta víctima ha declarado recientemente al diario Vozpópuli que los amigos de Conde-Pumpido tan solo la “molestaron”, pero no la agredieron sexualmente. Pone el foco, de este modo, el abogado. La brasileña A.M. ha presentado denuncia contra Conde-Pumpido y estará defendida por la letrada Beatriz Uriarte Arreba del bufete Ospina Abogados, como ha podido saber elcierredigital.com.

Desde el bufete, han negado "categóricamente que la relación con el denunciado fuera fruto de una contraprestación económica" y han afirmado que "se interpondrán las acciones civiles o penales necesarias ante cualquier deshonra o ataque contra el honor" de su defendida.

La abogada Beatriz Uriarte Arreba, del bufete Ospina Abogados.

Por su parte, y tal y como indicaba también el diario ya mencionado, el encargado de investigar la denuncia será el juez Antonio Serrano-Arnal, titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid. El nombre de Serrano-Arnal es conocido en prensa debido a los numerosos casos mediáticos que ha llevado a lo largo de su carrera profesional.

Antonio Serrano-Arnal, juez del ‘Delcygate’ y del ‘caso Rato’

Uno de los últimos casos por los que Serrano-Arnal protagonizó titulares fue por el denominado ‘Delcygate’. El caso se abrió ante una denuncia del Partido Popular, Ciudadanos, Vox y la formación Partido Laócrata sobre una reunión que tuvo lugar en la terminal de vuelos privados del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas entre el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y la vicepresidenta del Gobierno de Venezuela —y persona de confianza del presidente Nicolás Maduro—, Delcy Rodríguez.

El encuentro tuvo lugar la noche del 19 al 20 de enero de 2020 a pesar de que Rodríguez tenía prohibido pisar territorio de la Unión Europea. A pesar de las versiones ofrecidas, la causa fue archivada y lo último que se supo del caso es que el juzgado permitió que las imágenes grabadas por AENA pudiesen ser destruidas. Para la investigación, se solicitó que se conservaran mientras esta durara.

Delcy Rodríguez y el ministro Ábalos.

Antonio Serrano-Arnal Domper también es famoso en los medios de comunicación por haber instruido la 'Operación Puerto', la lucha policial contra el dopaje en el deporte, haberla sobreseído y haber provocado que la Audiencia Provincial la reabriese.

También fue el juez que condenó al entonces magistrado del Tribunal Constitucional, Enrique López al pago de una multa de 1.440 euros y a la retirada del carné de conducir durante 8 meses tras haber dado positivo en un control de alcoholemia. Además, Serrano-Arnal fue juez instructor del 'caso Rato', que le supuso una advertencia del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por el largo retraso en la instrucción de este caso.

Pareja de la Gran Duquesa María I de Rusia

Pero lo más curioso, quizá a modo de anécdota, que hay contar del juez Serrano-Arnal, a pesar de su discreción, es que presume en privado de su actual pareja sentimental, la aristócrata con reminiscencias reales rusas María Vladimirovna Romanova, conocida como la Gran Duquesa María de Rusia.

María Vladimirovna Romanova.

Esta descendiente de zares nació en Madrid el 23 de diciembre de 1953, donde residían por entonces sus padres exiliados de Rusia. Sus antepasados emparentaron con los zares de Rusia y ahora María Vladimirovna se ha autoproclamado emperatriz y autócrata de Todas las Rusias, bajo el título de Maria I de Rusia, con el apoyo de los legitimistas. Si bien sus reclamaciones dinásticas son muy discutidas por otras facciones pretendientes al trono de Rusia.

La pareja sentimental del juez Serrano-Arnal, que lleva la investigación del caso del abogado Conde-Pumpido, es tataranieta por dos veces, ya que sus abuelos paternos Cirilo Vladimirovich y la princesa Victoria Melita de Sajonia eran primos, de Alejandro II de Rusia, el antepenúltimo emperador ruso. Y por parte de la línea materna desciende de los antiguos reyes de Georgia que perdieron su corona con la anexión de sus territorios al imperio ruso a principios del siglo XIX. 

Pero en todo esto hay un enfrentamiento de opiniones con las tesis mantenidas desde el Palacio de la Zarzuela, ya que sería la infanta Sofía de Borbón, tataranieta y biznieta de los zares y del Káiser alemán Guillermo, nieta e hija de los Reyes de España, la única heredera legal en todo caso de la monarquía rusa, si hubiera algo que heredar. Un derecho que sí reclama la Gran Duquesa María de Rusia.

Antes de unirse sentimentalmente con el titular del Juzgado de Instrucción nº 31 de Madrid, estuvo casada desde 1963 hasta 1982, año en el que se separó, con el príncipe Francisco Guillermo de Prusia, perteneciente a la dinastía de los Hohenzollern, con el que tiene un hijo llamado Jorge Mikáilovich y a quien su abuelo le concedió el título de gran duque de Rusia.

A pesar de defender en todo momento su patria, se mostró a favor de la paz en Ucrania una vez estalló su guerra con Rusia. “Es algo tan monstruoso y antinatural como si los miembros de una familia se matasen entre sí”, declaró sobre la guerra, afirmando que ambos países no debían ser enemigos. Unas declaraciones que sorprendían ya que la duquesa siempre se ha caracterizado por no hacer declaraciones sobre política.