27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El presidente de Cantabria ha cambiado otra vez de parecer después de haber mostrado su enfado por el pacto entre el Ejecutivo y los independestistas

Miguel Ángel Revilla: De obstaculizar la investidura de Sánchez a defender al Gobierno del PSOE y Unidas Podemos

Miguel Ángel Revilla en El Hormiguero, hablando sobre Pedro Sánchez.
Miguel Ángel Revilla en El Hormiguero, hablando sobre Pedro Sánchez.
De su vida, un espectáculo. Ese podría ser el camino elegido por Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria y secretario general del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). Tras pasar más de la mitad de su vida enfrascado en la política española, el también economista ha tomado decisiones opuestas en según qué momentos, desviando una y otra vez su camino en base a sus propios intereses. Esto, junto a su vena de 'opinólogo', le ha permitido triunfar en televisión.

Presidente de Cantabria y secretario general del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). Él es Miguel Ángel Revilla, cuya trayectoria política y a sus 77 años de edad, ha atravesado la época de la dictadura franquista y ha superado los años de democracia española. Habiendo adquirido notoriedad mediática en el país, el también economista es conocido por su apariencia multifacética y su gusto, o incluso atracción, por el espectáculo político.

No en vano ha participado en multitud de programas televisivos, algunos tan conocidos como ‘El Hormiguero’, ‘Mi casa es la tuya’ o ‘La Sexta noche’. Programas en los que el showman se anima y la motivación le lleva al límite que separa las declaraciones de las faltas de respeto. Unas ‘salidas de tono’ que ya llamaron la atención del Gobierno de Cantabria y el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), que comparte el poder autonómico con el PRC.

De hecho, se instauró cierto distanciamiento entre ambos partidos tras la decisión del grupo regionalista de no apoyar, en su momento, la investidura de Pedro Sánchez. Revilla dio un ‘no’ tajante ante un “inasumible” pacto entre los socialistas y ERC (Esquerra Republicana de Catalunya). En juego estaba, decían, “la unidad de España y la igualdad de los españoles”, que se pondrían sobre la cuerda floja en caso de que el Ejecutivo negociara el pacto con ERC.

Miguel Ángel Revilla y Pedro Sánchez.

Sin embargo, atrás quedaron esos meses. Revilla, que en muchos casos hace girar su ideología en favor de sus intereses más particulares, pasó de negarse en rotundo a apoyar al Gobierno central durante la investidura, con quienes gobernaban en su comunidad, a convertirse en uno de los mayores defensores del actual presidente de España. El ‘no’ se convierte en agua pasada y Sánchez, ahora, vuelve a ser un fuerte aliado.

En la entrevista para elDiario.es ya lo dejó claro adelantando que ahora "hay buena comprensión". Lo que podría haber roto lazos es ahora una buena relación que fluctúa correctamente, motivo por el que no duda a la hora de expresar las bondades de la gobernanza socialista, palabras que contrastan directamente con lo sucedido hace tan solo unos meses.

Un pasado de inclinaciones

Esa especie de enajenación que mueve hacia un lado u otro las decisiones de Miguel Ángel Revilla existe ya desde hace tiempo. El mandatario autonómico, que se ha definido a sí mismo como “demócrata de toda la vida”, llegó a delegar el Sindicato Vertical franquista en los años 70 para, posteriormente, asegurar que había estado al frente de un sindicato antifranquista.

El alarde exhibicionista de Revilla le llevó a montar escenas parecidas ya entrado el siglo XXI. Por ejemplo, tras haber estrechado sus relaciones con el PNV y apoyarles indefinidamente, llegó el año 2008 con unas nuevas declaraciones del político en las que relacionaba al Partido Nacionalista Vasco con los atentados de ETA.

No olvidemos, tampoco, que se asoció con José María Aznar en una época, 1995, en la que el PP (Partido Popular) recuperaba Cantabria junto al PRC de Revilla. Ascendió a vicepresidente y no dudó, más adelante, en darle la espalda a todos esos años de centro derecha para abrazar la izquierda inminente de José Luis Rodríguez Zapatero, con quien también se asociaría.

Los pasos del actual presidente cántabro fueron, de esta manera,  dando tumbos de aquí para allá, en función de pisar donde más le convenía. Esto le trajo problemas, pues no pudo evitar ver cómo sus relaciones con el PSOE y con el PP se rompían durante los años de crisis económica y en adelante. Fueron momentos convulsos para Revilla, quien esta vez tendió la mano al partido de Albert Rivera e incluso trató de encajar con Pablo Iglesias y Podemos, a quienes criticaría en los años posteriores.

Esa improvisación política que tanto éxito le ha dado en televisión ha llevado al locutor Walter García, gran conocedor del político, a categorizarle como “el mayor estafador social de España”: “Vive de llenarse los bolsillos de millones de euros con los libros, la televisión y la parafernalia en general”.

Espectáculo y televisión

La incertidumbre social, los pasos en falso, o una proyección política inesperada. El espectáculo creado por Miguel Ángel Revilla ha abierto la puerta a las críticas y el odio, pero también le ha permitido triunfar en los programas televisivos. Su fama mediática le ha convertido en un personaje conocido a nivel nacional y destaca por reflejar, normalmente sin tapujos, su opinión política y social, terreno donde se siente más cómodo.

Su vida ya gira más alrededor del show que sobre los cimientos del Gobierno, aunque siempre irán relacionados. Entre sus últimas aportaciones está la entrevista para elDiario.es, donde asegura que sería capaz de ponerse la vacuna para la Covid-19 “en un plató de televisión delante de toda España”.

Habiéndose convertido en ‘opinólogo’, manifestó su intención de abandonar la política hace ya 36 años, en 1984. Ciertamente, no cumplió con sus palabras. Décadas después, volvió a ‘amenazar’ con su cese en 2015, cuando aseguró que sería su última candidatura, mas esta vez se hizo con la victoria. Un triunfo que repetiría el pasado 2019 y que arrastra hasta el presente.

Ahora, lejos de querer jubilarse, Revilla continúa con su juego ‘apolítico’ y sus cambios de discurso mientras se lucra con sus apariciones en televisión. Sus zigzags políticos, no obstante, han quedado grabados en la historia social de España.

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