15 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

Se abre un proceso de fusiones con Bankinter, Unicaja, Ibercaja o Abanca entre los posibles protagonistas que recuerda a los años 80 y 90 en el sector

El récord de beneficios de la Banca anima al BBVA a intentar asaltar el Sabadell pese a las reticencias de Josep Oliu

El Cierre Digital en
/ Carlos Torres
El proceso de fusiones en el sector bancario español parece haberse reanimado al calor del récord de beneficios motivado por la subida de tipos de interés impulsado por el Banco Central Europeo. Ayer el BBVA confirmó que recupera su viejo interés por el Sabadell, premiado ayer en la Bolsa y renuente a este tipo de operaciones por la desconfianza de su presidente Josep Oliu. Este ya negó en el pasado una posible integración con el BBVA.

La subida de tipos de interés impulsada por el Central Europeo para domar la inflación ha encarecido el precio del dinero para alegría de los bancos, que en el caso español se han mostrado renuentes a la hora de remunerar a sus clientes por el dinero que les guardan en sus cuentas corrientes. 

Esta 'anomalía' está generando una riada de beneficios entre las cinco principales entidades de crédito españolas (Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell y Bankinter), que dispararon sus ganancias un 26% en 2023 hasta desbordar los 26.000 millones de euros de beneficios.

El primer trimestre de 2024 ha comenzado incluso mejor, para alegría de+ compañías como el BBVA, que se quiere ir de compras con dinero fresco en el bolsillo (2.200 millones de euros de beneficios en 3 meses, lo cual supone un 19,1% más que en el mismo periodo de 2023). 

"En relación con las noticias aparecidas en prensa hoy, BBVA confirma que ha trasladado al presidente del Consejo de Administración de Banco de Sabadell el interés del Consejo de Administración de BBVA en iniciar negociaciones para explorar una posible fusión entre ambas entidades. BBVA confirma que ha nombrado asesores a tal efecto", avanzó ayer el banco presidido por Carlos Torres

El BBVA recupera su viejo interés por el Sabadell, al que en 2020 intentaron asaltar cuando la compañía de origen catalán y con sede en Valencia se encontraba en mínimos de valoración. 

El presidente Josep Oliu resistió el embate y, con la ayuda del nuevo CEO, César González Bueno, ha levantado al Sabadell hasta convertirlo en el banco autóctono con mayor crecimiento de los últimos tiempos

En 2020 el BBVA valoraba al Sabadell en 'apenas' 2.200 millones y ahora Torres estará obligado a elevar la oferta o apostar por un canje de acciones, tal y como apuntó ayer la cadena británica Sky News (que apunta que el segundo banco español ha contratado a JP Morgan y UBS para evaluar "una posible oferta total en acciones").

El Sabadell, en tono aséptico, confirmó el acercamiento de su rival. Desde la Capital del Turia anunciaron que habían "recibido a las 13:43 horas del día de hoy (por ayer) una propuesta escrita indicativa de BBVA para una fusión", y que "el Consejo de Administración analizará adecuadamente todos los aspectos de la propuesta".

Fuentes del sector advierten que Oliu podría oponer resistencia. Mientras, La Moncloa no se pronuncia. Ayer el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, se puso de perfil a preguntas de EFE y se limitó a lanzar buenos deseos futuros a la banca patria. "No solo hay que fundamentar y fomentar que el sector siga teniendo esos buenos niveles de rentabilidad y de solvencia".

Esas mismas fuentes recuerdan que el BBVA tiene "la fusión en su ADN", ya que el banco se erigió en 1980 sobre los hombros de los fusionados Banco de Bilbao y Banco de Vizcaya, engullidores a inicios de los 90 de la pública Argentaria y, tras la crisis de 2008, de hasta siete cajas catalanas agrupadas en Caixa Catalunya y Unnim.

Cabe recordar que los '7 magníficos' que protagonizaban el sector bancario en 1980 se agruparon en el BBVA y el Santander. Este último se hizo con el BCH (fusión del Banco Hispano Americano y Banco Central) o el quebrado Banco Popular (que había adquirido previamente el Banco Pastor). 

Ambos gigantes compiten con el tercer gran actor del sector, Caixabank, transformado en banco y comprador de Bankia. El Sabadell, por su parte, también absorbió Caja de Ahorros del Mediterráneo, Banco Guipuzcoano y Banco Gallego. 

Gráfico: Edufinet. 

En el sector no se descartan otras fusiones que podrían tener como protagonistas a Bankinter (único de los grandes que nunca ha protagonizado ningún proceso de integración), Abanca (que desea a Ibercaja) o Unicaja (convertida por algunos medios en el oscuro objeto del deseo del Sabadell).

La Bolsa premió ayer al Sabadell, que cerró con subida del 4%, y castigó al BBVA, que se desplomó más de un 6%.  

El Sabadell se resistió a comerse a Unicaja 

Unicaja también se elevó hace unos meses en la Bolsa tras varias informaciones mediáticas que señalaban que iba a ser digerido por el Banco Sabadell, que cambiaría la sede de Alicante a Málaga para compensar que pasaría a controlar la sexta entidad de crédito española por activos. 

No ven con malos ojos la operación en el Gobierno, que a través del Banco de España quiere promover fusiones bancarias al compás de las peticiones de Bruselas, ni en el Partido Popular, que ha celebrado que el clan malagueño haya recobrado el control de Unicaja y ahora celebraría que un banquero conservador como Josep Oliu ("Hace falta un Podemos de derechas", dijo en 2014) pasara a competir con los tres grandes (Santander, BBVA y Caixabank) con una operación de semejante envergadura.

Pero el cuarto banco no quiere saber nada de la operación, tal y como le señalaron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que había exigido información a ambas compañías tras la publicación de la noticia por parte de El Confidencial

Oliu, señalaron fuentes del Sabadell a elcierredigital.com, cree que el banco que lidera puede "seguir creciendo" tras haber disparado su capitalización de los 1.500 millones que cayó en 2020 (año en el que se llegó a hablar sobre una presunta quiebra del banco) hasta los 6.000 que ha superado tras obtener los mejores números, en términos relativos, de la banca española en los últimos tiempos. 

El banquero que cambió la sede de Sabadell a Alicante a cuenta del procés ya desechó en 2020 la posibilidad de integrar su banco en el BBVA, que quería dar menos dinero de lo que exigían los accionistas del banco de origen catalán. 

"No hay nada de nada, ni conversaciones ni nada. No tenemos nada, no hay ninguna operación encima de la mesa", dijo Oliu tras enfadarse por unas informaciones que han beneficiado a Unicaja, que esta semana ha liderado los crecimientos del Ibex35.

Su mano derecha, el CEO César González-Bueno, dejó claro en otoño que no tenían intención "de hacer ni compras ni ventas ni aquí ni fuera". Unicaja, por su parte, también ha desmentido la fusión que contaría con la bendición del presidente autonómico andaluz Juanma Moreno y el alcalde malagueño Francisco de la Torre.

Unicaja aparece en varias quinielas en plena renovación de su cúpula

Unicaja Banco acaba de nombrar presidente a José Sevilla, exconsejero delegado de Bankia entre 2014 y 2021 tras la jubilación anticipada de Manuel Azuaga, que tenía contrato hasta 2025. Azuaga ha dicho adiós tras solventar la crisis interna que sufría la quinta entidad de crédito español. Y lo ha hecho tras la vuelta de Unicaja a la senda de los beneficios, 267 millones de euros en el curso 2023.

La entidad crediticia de origen malagueño se pone en manos de su nuevo consejero delegado, Isidro Rubiales, cuya designación, según señaló Azuaga, "persigue dinamizar la actividad comercial y reforzar la capacidad de generación de resultados, dotando de continuidad la trayectoria de solidez financiera y de vinculación con los territorios en los que operamos, especialmente en los de origen, donde debemos seguir siendo entidad de referencia".

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