02 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

El exministro del PSOE, que ya posee la nacionalidad dominicana, gozará así de privilegios como valija diplomática, libertad de tránsito y una oficina

El presidente Abinader nombra a José Bono cónsul honorario de la República Dominicana en Albacete

Exclusiva José Bono.
José Bono.
Después de que el pasado octubre de 2020 José Bono obtuviera la nacionalidad dominicana, ahora, el que fuera ministro de Defensa con José Luis Rodríguez Zapatero ha sido nombrado Cónsul Honorario del país caribeño en Albacete, tal y como adelantan fuentes del partido que preside Abinader a elcierredigital.com. El cargo, que solo es competente para ejercer un número limitado y secundario de las funciones consulares, le permite obtener, no obstante, ciertos privilegios.

José Bono, el que fuera presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, ministro de Defensa con José Luis Rodríguez Zapatero y presidente del Congreso de los Diputados, ha sido nombrado Cónsul Honorario de República Dominicana en Albacete, tal y como confirman fuentes del partido que preside Abinader a elcierredigital.com.

El nombramiento, que todavía no ha sido publicado de forma oficial por el Ministerio de Relaciones Exteriores de República Dominicana, sí ha sido comunicado por el presidente del país caribeño, Luis Abinader a su Gobierno. 

Tal y como avanzan las citadas fuentes a elcierredigital.com, el ex político socialista contará con despacho propio en la ciudad castellanomanchega y gozará de algunos privilegios diplomáticos asociados a este cargo. Entre ellos, tal y como establece la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, José Bono podrá beneficiarse de la valija diplomática o de la libertad de tránsito. 

Nacionalizado en República Dominicana

Elcierredigital.com adelantó en exclusiva el pasado 22 de octubre la nueva nacionalidad de José Bono quien, además de español, se convertía en dominicano.

Acta de naturalización de José Bono.

El presidente Luis Abinader, por entonces recién nombrado, le concedió la nacionalidad en virtud de la Ley 1863 del 16 de abril de 1948 sobre Naturalización y sus modificaciones. Así, a Bono se concedía la nacionalidad a "título de naturalización privilegiada". 

El propio Bono ofrecía explicaciones en esas fechas, aclarando que "con la República Dominicana, España mantiene convenio vigente de doble nacionalidad y son miles los ciudadanos que poseen ambas (...) Lógicamente no supone merma de mi condición de español en ningún ámbito y tiene carácter honorífico y sentimental". 

Una relación fraguada con el tiempo 

El exministro de Defensa ha frecuentado el país que preside Abinader con relativa periodicidad en los últimos años, tanto a nivel diplomático como particular. Es de sobra conocida su cercana amistad con Hipólito Mejía que, en su día, trabajó estrechamente con Abinader. En el contexto de la guerra de Irak, cuando Bono era ministro de Defensa, fue el encargado de coordinar la retirada de las unidades españolas.

Mejía, que por aquel entonces presidía la República Dominicana, decidió hacer lo propio con las tropas que había destinado al país asiático. Más de una década después, Bono protagonizó una de sus primeras acciones de colaboración con Abinader, tomando parte en la inauguración del Centro de Estudios de Políticas Públicas impulsado por el ahora presidente de la República Dominicana, en calidad de orador. Posteriormente, ya en febrero de 2020, Bono se personó en actos electorales de Abinader, como el organizado en Gurabo, una sección de la ciudad dominicana de Santiago donde apareció junto a Mejía.

Rodolfo Abinader

La historia de Luis Rodolfo Abinader Corona está ligada a una familia multicultural. Sus padres residían en la región de El Cibao, la más próspera económica y culturalmente de la República Dominicana, pero su ascendencia es especialmente diversa. Su padre, el expolítico José Rafael Abinader Wasaf, tenía alcurnia libanesa y su madre, Rosa Sula Corona Caba, antepasados canarios, población que formó una comunidad de gran relevancia cultural en la República Dominicana.

José Rafael Abinader Wasaf. 

Desde muy joven, Abinader recibió una esmerada formación orientada al mundo de la economía y las finanzas. Antes de involucrarse totalmente en política, se dedicó profesionalmente a la gestión del potente grupo Abicor, erigido por su padre y dedicado fundamentalmente al sector turístico, pero con otras importantes ramificaciones en la industria del cemento. Su padre, que llegó a ser vicepresidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), fue quien le introdujo en el mundo de la política, donde el elegante Abinader hijo, actual presidente de la República Dominicana, lleva desde 2005 instalado. De hecho, tras años como mano derecha del expresidente Hipólito Mejía, tomó el mando del PRM.

La ideología de este partido, fundado por Mejía como una escisión del PRD en 2014, es bastante difusa. Sobre papel, se trata de una formación progresista de carácter socialdemócrata. En consecuencia, ya han manifestado su intención de aumentar sensiblemente el gasto público. No obstante, el ascenso de un personaje como Abinader, que procede de un ámbito empresarial muy dado a la liberalización económica, ha dado un nuevo giro al partido, que también ha iniciado acciones concretas en esta línea, como la eliminación de múltiples instituciones estatales debido, según Abinader, a la corrupción interna.

Hipólito Mejía junto a Luis Abinader. 

Las elecciones de 2020 fueron los segundos comicios en los que Abinader aspiró a la presidencia como líder del PRM. Este reconocido empresario siempre ha subrayado la nítida separación entre sus negocios familiares y la financiación estatal. Según venía señalando desde la última campaña electoral, en su mandato, su gran objetivo es acabar con el entramado de redes clientelares y corrupción que, de acuerdo con su discurso político, había erigido Danilo Medina, su predecesor en la jefatura del estado, durante sus años al frente del país caribeño.

Sus primeros meses en la presidencia se han saldado con la confirmación de una hoja de ruta muy clara, el acercamiento a Estados Unidos, país fundamental en términos geoestratégicos y comerciales para la República Dominicana. De hecho, hace apenas una semana, Abinader suscribió un notable acuerdo de cooperación con los estadounidenses, en virtud del cual estos últimos se comprometen a reforzar la economía dominicana a través de la financiación de nuevas infraestructuras y el impulso de sectores de gran potencial en el país como el turístico o el energético.

Luis Abinader junto a su esposa, Raquel Arbaje. 

En lo personal, Abinader está casado con Raquel Arbaje, con la que ha tenido tres hijas, Graciela Lucía, Esther Patricia y Adriana Margarita. La ahora Primera Dama dominicana es hija de inmigrantes libaneses. Su padre fue Elías Arbaje Farah, fundador del grupo “Club Palestino, Sirio Libanés” y antiguo presidente de la empresa Arbaje Sony.

Este conglomerado de circunstancias empresariales y familiares ha llevado a Abinader y a los suyos a aglutinar una gran fortuna cuyas cifras se desconocen con exactitud, así como bienes materiales por valor de más de cuatro millones de pesos. Entre los principales, destacan una casa, dos apartamentos de lujo y varios vehículos de alta gama, incluido un coche modelo Tesla. Por supuesto, también hay que tener en cuenta las herencias legadas por el padre y el suegro de Abinader.

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