26 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

El club blaugrana pagó más de 7 millones de euros al vicepresidente arbitral durante 17 años y el cuadro rojillo se quedará fuera por amañar un partid

La UEFA castiga a Osasuna, pero permite que el Barça jugar la Champions League pese al 'caso Negreira'

/ Laporta
El Fútbol Club Barcelona previsiblemente jugará la Champions League 2023-2024 a pesar que pagó más de 7 millones de euros al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira. Sin embargo, la UEFA ha propuesto la exclusión de Osasuna de la Conference League porque amañó un partido hace nueve años.

El Fútbol Club Barcelona jugará previsiblemente la próxima edición de la Champions League a pesar que la Fiscalía sostiene que pagó 7,3 millones de euros al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira. 

Este hecho causa indignación en Navarra porque el Club Atlético Osasuna, tras una temporada heroica, previsiblemente quedará excluido de la Conference League por amañar un solo partido hace nueve años. 

La UEFA se pronuncia

Un informe de los inspectores de la UEFA afirma que el amaño de un partido de Osasuna en la temporada 2013-2014 contraviene elartículo 4.1g del reglamento de la competición.  El texto dice que para jugar en Europa no se debe haber "estado directa y/o indirectamente involucrado, desde la entrada en vigor del Artículo 50(3) de los Estatutos de la UEFA, es decir, el 27 de abril de 2007, en ninguna actividad destinada a organizar o influir en el resultado de un partido". 

El cuadro navarro dice que "no comparte el criterio de la UEFA, recurrirá ante el Comité de Apelación y anuncia que luchará legalmente, hasta las últimas consecuencias, por defender sus derechos", creyendo que la organización es "fuerte con los débiles y débil con los fuertes". 

"La justicia de la UEFA no ha querido tomar en consideración que han sido los propios tribunales españoles de justicia quienes han declarado, literalmente, que Osasuna ha sido víctima del desvío de dinero realizado por algunos de sus exdirectivos a espaldas del máximo órgano de gobierno de la entidad, la Asamblea, y de los mecanismos de control del propio club", añade. 

Osasuna dice que "la UEFA pretende castigar nuevamente a Osasuna en la figura de sus actuales gestores, que son precisamente quienes presentaron una denuncia en el juzgado dando comienzo al procedimiento judicial para recuperar el dinero ilícitamente sustraído de las cuentas de la entidad y restaurar su buen nombre". 

También aseguran estar "preparados para lo peor, pero no para dejar de lado el lema que nos ha acompañado en la reconstrucción del club durante los últimos nueve años: Osasuna nunca se rinde. Defenderemos nuestros derechos y los de nuestra afición con el mismo ahínco con el que nos animan cada fin de semana, con el mismo esfuerzo con el que nuestros jugadores y cuerpo técnico se han ganado, con todo merecimiento, estar en la próxima edición de la Conference League". 

El papel de la RFEF

Osasuna dice que el daño se produce "con el silencio de los principales organismos del fútbol español, entre ellos la RFEF. Durante las últimas semanas hemos asistido a continuas filtraciones interesadas, en clave nacional, a ciertos medios de comunicación y periodistas para construir un relato que sacrificase al débil para favorecer al fuerte". 

El organismo presidido por Luis Rubiales ha contestado, asegurando que la postura osasunista "es una infamia, una falta de respeto y una actuación muy grave que el club pretenda implicar a la RFEF en este asunto, curiosamente dejando de lado, siempre de manera sutil, el origen de las denuncias, y es de una gravedad extrema querer hacer creer a su digna y magnífica afición que la RFEF no ha apoyado o no apoya a su club, refiriéndose en esa visión acusatoria única y exclusivamente a la RFEF y obviando, como siempre, a otras entidades, instituciones y representantes de instituciones que asesoraron en el pasado precisamente sobre este tema a los directivos inculpados y al propio club, asegurándoles que nunca sería sancionado". 

"El comunicado también obvia intencionadamente que la RFEF no actuó en ningún momento en este procedimiento como acusación particular porque entendió y defendió en todo momento la necesidad de preservar la inocencia del club y no siguió la estrategia de denuncias de otras instituciones a los que ahora intencionadamente los autores del comunicado ni los mencionan", señalan. 

Camp Nou. 

La RFEF dice que defiende "los intereses del club y de la afición en todo momento y ha respaldado la tesis del CA Osasuna, como podrá acreditar de manera indubitada cuando corresponda y, cuando lo haga, espera que los autores de este comunicado y sus inductores pidan perdón públicamente a la RFEF".

"Peor que hace dos años"

El Barça también es noticia porque sigue reforzando su plantilla con fichajes estrella como el de İlkay Gündogan y los recortes solo se vislumbran en su sección de basket (véase la decisión de 'echar' a Nikola Mirotic por su alta ficha). 

El opositor a Joan Laporta, Víctor Font, asegura que el equipo está "peor que hace dos años". "Se ha vendido patrimonio con las palancas y se ha aumentado el gasto, las pérdidas y las deudas. A lo que se suma la masa salarial, que es de 650 millones y ha aumentado 30 más que con Bartomeu", afirma. 

Font cree que el Barcelona se encamina a convertirse en sociedad anónima deportiva y que la moción de censura contra Laporta "es la última herramienta que tienen los socios y esperamos que no sea necesaria utilizarla". 

También cree que el presidente culé tiene intereses en dejar el Camp Nou por una temporada: "Nosotros no hubiésemos ido a Montjuïc, nos hubiésemos mantenido en el Camp Nou y lo hubiésemos reformado por partes. El problema es que quieren terminar el estadio rápido y barato y por eso lo hacen con la constructora turca Limak. Tienen prisa por acabarlo porque quieren conseguir ingresos, pero luego firman un plan de financiación que hará que no se generen ingresos por el nuevo estadio hasta dentro de 30 años".

Mala situación

Joan Laporta sigue con su estrategia de tapar escándalos y problemas con fichajes. El presidente culé pretende que el Barça vuelva a ser fuerte en Europa tras unos años de crisis en los que se han coleccionado varias decepciones en la máxima competición de clubes. 

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