La depresión y el suicidio, las lacras que han golpeado a los deportistas españoles de élite

La lista de los deportistas españoles que se han suicidado podría añadir una víctima más, tras la muerte voluntaria no accidental de Blanca Fernández Ochoa, la esquiadora española que consiguió el bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville de 1992. Blanca es y ha sido la única mujer en la historia de España en conseguir una medalla en unos juegos invernales.

Tras aparcar los esquís, la vida de la medallista olímpica ha tenido diferentes vaivenes  emocionales, además del trastorno de bipolaridad que le diagnosticaron cuando era pequeña y a pesar del cual hizo vida normal. La muerte de su hermano Francisco 'Paquito' Fernández Ochoa en 2006 a causa de un cáncer y la separación no amistosa que tuvo con su segundo marido David Fresneda fueron golpes muy duros para Blanca.

Además, recientemente conocíamos el presunto rechazo desde la Federación de Deportes de Invierno hacia ella en temas laborales. Según el periodista José María García, “hace unos meses fue a la Federación a pedir trabajo porque estaba en una situación terrible, porque había tenido juicios y demás, temas familiares. Y hasta hoy no tenemos nada”. 

Blanca Fernández Ochoa besa su medalla de bronce

Habrá que esperar al resultado final del examen forense para dictaminar si se trató o no de un suicidio voluntario. Lo que si quedó constado desde el principio es que Blanca ingirió varias pastillas de “Sinogan”, un antipsicótico de efecto sedante, sintetizado hace varias décadas para tratar la esquizofrenia y la psicosis, aunque ya se encuentra casi en desuso, tal y como publicamos en elcierredigital.com. Tras su trágica muerte, se sabe con seguridad que se construirá un recinto con su nombre.

La depresión y los suicidios en el deporte español

El waterpolista Jesús Rollán, el boxeador José Manuel Urtain y el ciclista Luis Ocaña, son algunos de los casos más famosos que coparon portadas debido a sus muertes. Todos ellos tocaron la cima en sus respectivas disciplinas, pero las depresiones y las deudas acabaron arrojándolos a una muerte precoz.

Forman parte de la fría estadística de las 800.000 personas que se quitan la vida anualmente en el mundo. Es decir, cada 40 segundos alguien se quita la vida en el en un cualquier lugar del planeta.

Un caso sonado fue el de Jesús Rollán, uno de los grandes porteros de la historia del waterpolo español. El barcelonés fue uno de los talentos de la década de los 90 y formó parte del “dream-team” de la selección española que logró la plata en Barcelona ’92 y el oro en Atlanta ’96.

Jesús Rollán jugando al waterpolo

Al igual que otros deportistas, no pudo superar su retirada del mundo del deporte. Según los rumores de la época, su muerte podría haberse incubado debido a que la Infanta Cristina, con quien tenía una amistad, prefirió al balonmanista Iñaki Urdangarín en vez de a Jesús.

Lo cierto es que la retirada del waterpolo, su adicción a las drogas y  el hecho de haberse separado de su mujer y  tener problemas para ver a su hija hicieron a Rollán caer en una profunda depresión que terminó con su vida en 2006, a los 37 años, sólo dos años después de despedirse del deporte acuático.

Falleció el 11 de marzo de 2006 en La Garriga (Barcelona), en el centro especializado en el tratamiento de adicciones donde se encontraba internado. El Comité Olímpico Español ayudaba a Rollán con los gastos del tratamiento. Fue hallado muerto después de caer desde una terraza. 

Otro caso sonado fue el del mítico púgil José Manuel Ibar, alias “Urtain”, que se suicidó en 1992, dejando un gran vacío en el boxeo español. Fue uno de los mejores boxeadores españoles de la historia, llegando a ganar hasta 56 combates. El vasco peleó en seis ocasiones por el título europeo, que levantó en tres ocasiones.

José Manuel Ibar "Urtain"

El 21 de julio de aquel año, Urtain, ahogado por las deudas con negocios que se habían evaporado y sin el respaldo de su mujer e hijo, decidió suicidarse arrojándose por el balcón del piso donde vivía.

Solo dos años después, en mayo de 1994, Luis Ocaña, un ciclista que glorificó el este deporte sobre ruedas en España, se suicidó en su finca localizada en Caupenne-d'Armagnac, una población ubicada en la región de Mediodía-Pirineos. Ya retirado, con 48 años, el que fuera segundo español en ganar un Tour de Francia tras Federico Martín Bahamontes, se mató de un tiro en la cabeza en el cobertizo que tenía cerca de su casa.

A la derecha Luis Ocaña con el maillot amarillo

Ocaña acabó con la supremacía del belga Eddy Merckx ganando el Tour de 1973, su segundo gran título después de obtener la Vuelta a España en 1970. Su reanimación en un hospital de Mont de Marsan fue imposible. Su muerte fue debida a la depresión que padecía tras dejar el deporte, así como por una cirrosis hepática producida por una hepatitis contraida por una transfusión de sangre.

Otros casos españoles

El ciclismo español es el que más ha sufrido con el tema suicidios. José María Jiménez Sastre, alias “El Chava”, fue uno de los mayores talentos que dio este deporte con varias victorias en la Vuelta a España. El corredor, nacido en Ávila, era uno de los mejores escaladores, pero fue su retirada la que trastocó completamente su vida.

José María "Chava" Jiménez

“El Chava” entró en una profunda depresión y tenía problemas de drogadicción.  Una embolia acabó con su vida en el año 2003, cuando se encontraba en una clínica de desintoxicación. Tenía 32 años y sólo llevaba un año retirado.

En enero de 2011, el ciclista de mountain bike Alberto León, uno de los imputados en las operaciones Galgo y Puerto, fue encontrado ahorcado en su domicilio madrileño de El Escorial. Fue campeón de varios rallies de BMX – Resistencia.

Alberto León

León, antes de quitarse la vida con 37 años, dejó una carta haciendo referencia a su reciente divorcio y las difíciles dificultades personales que le habían llevado a quitarse la vida, entre ellas un problema que tenía con las drogas.

En 2014 el mundo del atletismo quedó conmocionado con la muerte del que fuera su mejor saltador. Yago Lamela, medalla de plata en los mundiales de Sevilla en 1999 y que pasó a los anales de la historia del deporte por su salto histórico de 8,56, falleció a causa de un infarto.

Yago Lamela

Tras dejar el atletismo, Lamela, como tantos, entró en una profunda crisis que desembocó en una depresión. Intentó superar el vacío que le había dejado la retirada del atletismo en otras actividades como ser piloto de helicópteros, pero la muerte llamó a su puerta cuando sólo tenía 36 años.

Antes de la muerte de Yago Lamela, el atletismo ya había sufrido un duro golpe cuando en 2004 el atleta español especializado en pruebas de mediofondo, Teófilo Benito, decidió lanzarse al vacío desde la habitación del hotel Puerta Castilla en el Paseo de la Castellana de Madrid.

Teófilo Benito

Benito fue un brillante corredor en la década de los 80 y fue considerado como el sucesor de José Luis González y José Manuel Abascal por sus excelentes marcas en las categorías juvenil, júnior y promesas, en las que fue internacional, había nacido en Alcolea de Calatrava (Ciudad Real) y tenía 38 años. Este atleta fue campeón de España juvenil, junior y promesa en 1.500 metros, y también logró la mejor marca mundial junior en 1985 con 3:38.92.

Suicidios internacionales

El 30 de mayo de 1994, Agostino Di Bartolomei ex de la Roma y conocido como ‘Il Capitano’, se disparó en el corazón. El suceso conmocionó al mundo de fútbol y en especial al deporte italiano.

Era romano de corazón, pero tras ser rechazado por la propia Roma años atrás terminó  jugando para el Milán, algo que hizo que los tiffosi del conjunto italiano se sintieran culpables y le despidieran con la siguiente esquela: “Niente parole... solo un posto in fondo al cuore. Ciao, Ago” (Sin palabras... solo un lugar en el fondo del corazón).

Agostino Di Bartolomei

Uno de los rumores que circulaba es que cuando se retiró del fútbol quiso pertenecer al staff técnico de la Roma, pero nunca recibió ninguna llamada, algo que quizás le condujo hacia una muerte prematura.

Diez años después, en 2004, los aficionados italianos se quedaron sin uno de sus referentes en el ciclismo. Un día de San Valentín (14 de febrero) Marco Pantani apareció muerto en la habitación del hotel donde se hospedaba. La principal hipótesis apuntó a que fue un suicidio producto de una sobredosis de cocaína.

El ciclista Marco Pantani

 “El Pirata”, como se le conocía, en 1999 dio positivo por EPO (eritropoyetina) cuando iba a camino de su segundo Giro de Italia consecutivo. Esto dio un vuelco en su carrera y la puso cuesta abajo hasta que llegó el día de su muerte. El fallecimiento de Pantani siempre estuvo asociado con la Camorra italiana, por lo que todavía es un misterio, si fue un suicidio o un ajuste de cuentas.

El año 2009 el fútbol alemán sufrió un duro golpe cuando el portero de fútbol Robert Enke, conocido en España por haber sido guardameta del Tenerife y del FC Barcelona, se suicidó arrojándose a las vías del tren en un paso a nivel situado en la localidad de Neustadt am Rübenberge. Tenía 32 años y militaba en las filas del Hannover 96 de la Bundesliga alemana.

El portero Robert Enke

Después de la autopsia se supo que Enke sufría trastornos depresivos de los que no quería hablar, ya que entendía que eso podía perjudicar su carrera deportiva. Además, tenía mucho miedo de que le quitaran a su hija adoptiva. Una serie de problemas que llevaron a Enke a suicidarse.

Las muertes de estos deportistas dejan una cosa clara, que la depresión no es una algo pasajero ya que puede provocar que algunos que fueron ases del deporte decidan quitarse la vida haciendo caso obvio a los éxitos que tuvieron en el pasado.