29 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

La entidad bancaria ya fue denunciada en febrero porque cobijó una cuenta de Irán en su filial en Reino Unido a pesar de las sanciones internacionales

Más ataques al Banco Santander de Ana P. Botín: Se filtran datos de clientes y trabajadores por un fallo de seguridad

El Cierre Digital en Ana Botín y un letrero del Santander de fondo.
Ana Botín y un letrero del Santander de fondo.
El Banco Santander informó ayer a la CNMV que ha sufrido un ciberataque que afecta a datos de clientes, trabajadores y exempleados. Este escándalo se suma al que se conoció en febrero sobre la facilidad que tuvo Irán para esquivar las sanciones internacionales gracias a un error del Santander, que durante un tiempo cobijó una cuenta bancaria del Régimen islámico en su filial de Reino Unido.

El Banco Santander disfruta del gran momento del sector en el que opera tras mejorar sus beneficios un 11% en el primer trimestre de 2024, alcanzando los 2.852 millones de euros de ganancias, mientras su reputación se ve comprometida por asuntos relacionados con la seguridad. 

La entidad de crédito presida por Ana Patricia Botín informó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ha tenido "recientemente conocimiento", sin especificar la fecha, de un acceso no autorizado a una base de datos de la entidad alojada en un proveedor. 

El Santander se puso la venda para evitar la herida bursátil al afirmar que "implementó de inmediato medidas para gestionar el incidente, como el bloqueo del acceso a la base de datos y un refuerzo de la prevención contra el fraude para proteger a los clientes".

Tras la investigación llevada a cabo, la multinacional confirma que los hackers han accedido a información de clientes de Santander Chile, España y Uruguay, y de todos los empleados y algunos exempleados del grupo. "En el resto de mercados y negocios de la entidad no hay datos de clientes afectados", apuntan. 

Al menos, en la base de datos no hay información transaccional ni credenciales de acceso o contraseñas de banca por internet que permitan operar con el banco, por lo cual las operaciones y los sistemas de Santander no están afectados y los clientes pueden seguir operando con seguridad. 

El Santander lamenta la situación y asegura estar informando "proactivamente a los clientes y empleados directamente afectados". "Hemos notificado oportunamente a reguladores y fuerzas de seguridad, y continuaremos colaborando con ellos", apostillan

El año empezó mal para el Santander

2024 arrancó con duro revés para el Banco Santander a cuenta de una información del Financial Times sobre la filial británica del banco presidido por Ana Patricia Botín, Santander UK, que cobijó una cuenta bancaria que facilitó que el Régimen iraní sortease las sanciones internacionales para mover dinero a nivel global. 

El Gobierno de Estados Unidos lleva varios años denunciando que Irán extiende su poder a nivel global utilizando compañías petroquímicas pertenecientes al Régimen islámico, que cuenta con empresas pantalla en países occidentales que se nutren de operaciones surgidas en Asia. 

Tal y como informó el emblemático diario británico, Santander UK y su principal competidor (el banco Lloyds) tuvieron una cuenta de Pisco UK, que supuestamente era propiedad en su totalidad de un ciudadano británico llamado Abdollah-Siauash Fahimi y, tal y como ha probado la web opositora iraní WikiIranPisco está bajo el control de Petrochemical Commercial Company (PCC). 

Esta última es propiedad del Estado iraní y "formaba parte de una red a la que EEUU acusa de recaudar cientos de millones de dólares para la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Iraní y de trabajar con agencias de inteligencia rusas para recaudar dinero para las milicias iraníes", cuenta Financial Times

El medio explica que la división británica de PCC ha seguido operando desde una oficina en Grosvenor Gardens, en el barrio londinense de Belgravia, recurriendo a una compleja red de empresas pantalla en Gran Bretaña y otros países.

Ana Patricia Botín. 

Otros escándalos similares relacionados con fallos de seguridad que favorecieron a Irán le costaron sanciones a bancos como Standard Chartered, que tuvo que pagar más de 1.000 millones de dólares, y UniCredit, que tuvo que abonar 1.300 millones. 

El Santander ha filtrado que ha cerrado la cuenta de Pisco UK pese a señalar que no puede "hacer comentarios sobre relaciones específicas con clientes. Santander cumple con sus obligaciones legales y reglamentarias, y estamos muy centrados en el cumplimiento de las sanciones".

Posteriormente, la multinacional ha cambiado el silencio por el desmentido: "Santander no ha incumplido la normativa estadounidense sobre sanciones impuestas a terceros de acuerdo con nuestra investigación. El banco cuenta con políticas y procedimientos para asegurar que se cumplen los requisitos relativos a las sanciones. Santander continuará colaborando proactivamente con las autoridades británicas y estadounidenses". 

Un informe de Bankinter explica que "el problema es que este tipo de noticias suele conllevar una investigación por parte del supervisor bancario que audita los procedimientos de control y cumplimiento normativo de las entidades", lo cual facilita que se muestren "deficiencias en el control de las operaciones, lo que podría traducirse en sanciones económicas".

La seguridad como bandera

Los problemas del Santander golpean contra el discurso de Ana Patricia Botín, que alardeaba de la seguridad de la compañía que preside y que ahora está centrada en remover su cúpula tras el nombramiento de Petri Nikkilä, nuevo consejero delegado global de Openbank y responsable del negocio de consumo no-auto de Digital Consumer Bank.

La noticia sobre Irán y la pérdida de datos también 'arruina' el bombo generado por el propio banco tras conocerse que es una de las empresas más admiradas del mundo, según el ranking anual publicado por la revista estadounidense Fortune

La lista reconoce a las empresas mejor valoradas entre las firmas más grandes del mundo tras hacer encuestas a más de 15.000 directivos, consejeros y analistas. Santander ocupa el séptimo lugar entre los bancos más admirados del mundo.

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