05 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

La valoración del gigante catalán, que se aleja del ejemplo de los Grifols, se estrena en el parqué el próximo 3 de mayo rondando los 14.000 millones

Claves de la irrupción de Puig en Bolsa: El clan 'relaja' el control endogámico de la cosmética con fichajes externos

El Cierre Digital en
/ Marc Puig
El conglomerado de cosméticos y perfumería Puig saltará a Bolsa el próximo 3 de mayo con una valoración que podría rondar los 14.000 millones de euros. La familia propietaria de la compañía catalana va a 'relajar' su control para evitar que gestiones endogámicas, como la de la farmacéutica Grifols, puedan derivar a medio o largo plazo en sombras que faciliten operaciones de dudosa ética.

El salto a la Bolsa del gigante de la cosmética y la perfumería Puig podría seguir contribuyendo al rally alcista del que goza en 2024 el Ibex35, que inició el año sufriendo el resfriado de Grifols (que se hundió más de 40 por ciento de su valor en 24 horas tras un informe de Gotham City en el que denunciaban algunas sombras de su gestión) y ahora está a punto de acoger en su seno a Puig, una compañía que podría protagonizar el primer salto exitoso en el índice español desde hace varios años. 

El 3 de mayo, con acciones que se moverán en un rango entre los 22 y los 24,50 euros, y una valoración total estimada en una horquilla entre 12.700 y 13.900 millones de euros, saltará al parqué esta compañía que aterrizará con buen pie, ya que existe una sobresuscripción que le garantiza que todas las acciones en venta serán adquiridas

El ejemplo de Grifols, lastrada por unas sombras derivadas de la gestión endogámica de la familia propietaria, ha invitado a Puig a buscar fichajes externos como María Dolores Dancausa, presidenta de Bankinter, y Tina Müller, consejera delegada de la firma de cosmética natural Weleda.

A cambio, tres consejeros de la familia salen del máximo órgano de dirección. Es el caso de Marian Puig Guasch, hermano de Marc Puig Guasch, el actual presidente, quien también ha promovido la salida amistosa de sus primos Jordi Puig Alsina y Xavier Puig Alsina.

"En las empresas, y evidentemente yo soy un ejemplo, los miembros de la familia propietaria pueden formar parte del equipo directivo y hasta ahora ha sido así, pero cuando se llega a una cierta complejidad y cuando se empiezan a multiplicar los miembros de la familia, es mejor profesionalizar la gestión", señaló el pasado año Marc Puig en La Vanguardia

El CEO también reconoció los problemas que podría sufrir una compañía de las características de Puig: "Las empresas familiares tienen sus trampas. Cuando hay un cambio generacional hay riesgo de peleas por el liderazgo, de perder la pasión o de no encontrar la solución de gobernanza adecuada". 

Marc Puig advirtió que será el último de los Puig en dirigir la empresa: "El próximo relevo generacional de la familia, en principio no formará parte del equipo directivo, pero sí que estarán participando progresivamente en los órganos de gobierno". 

La clave del salto bursátil de Puig es el gran negocio que va a hacer la familia propietaria, ya que sus acciones están valoradas por encima de las de Inditex (en la métrica precio de acción por beneficio anual) y, además, retienen la vara de mando de la gestión y obtendrán recursos externos para intentar mantener su alto ritmo de crecimiento (que les llevó a facturar más de 4.000 millones de euros en 2023).

Voces bursátiles consultadas por Elcierredigital.com, sin embargo, critican que Puig haya repartido un dividendo histórico en 2023 "con el ánimo de cubrir los bolsillos familiares": 186,1 millones de euros de los 465 millones de beneficios fueron a sus accionistas, principalmente la familia fundadora. 

Además, otorgaron un premio especial superior a 80 millones de euros a su plantilla por el salto a Bolsa, premiaron con un bono extra de 9,3 millones a Marc Puig y cedieron una bolsa de 7,4 millones de euros a repartir a sus directivos. 

En total, el 'dispendio' aprobado el pasado 5 de abril rebasó los 280 millones de euros. "Este tipo de lluvia de premios arbitrarios no se puede dar en una empresa cotizada", advierten esas voces. 

Compras, reyes y bancos de inversión

En enero, prosiguiendo su dinámica compradora con la que han duplicado volumen de negocio en apenas siete años, Puig anunció la compra de la alemana Dr. Barbara Sturm, la marca premium de cuidado de la piel fundada en 2014 por Barbara Sturm, doctora de prestigio mundial y pionera en el campo de los tratamientos antiinflamatorios. 

Dr. Barbara Sturm cuenta con portfolio de productos que abarcan el cuidado de la piel, el cuidado del cuerpo y cabello y suplementos. La fundadora conserva una participación minoritaria y seguirá liderando el desarrollo de productos de la marca como directora estratégica y embajadora de la marca. 

Marc Puig. 

"La adquisición de Dr. Barbara Sturm refuerza la posición competitiva de Puig en el segmento de cuidado de la piel con una marca de lujo, mundialmente reconocida, y desarrollada a través de sus canales digitales y su red internacional de spas y boutiques, que ofrece tratamientos de alta eficacia basados en una larga experiencia en el cuidado de la piel", dicen desde Puig. 

En febrero, Puig proseguía con su 'fiesta' al inaugurar su segundo edificio corporativo en Barcelona, Torre Puig-T2, con la presencia de Felipe VI, doña Letizia, el president de la Generalitat, Pere Aragonès; el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu; el delegado del Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto; la alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín; y el primer secretario del PSC, Salvador Illa.

Tercera generación y 'mancha suiza'

El nieto del fundador del emporio, Marc Puig, dirige desde 2007 la empresa de cosmética y perfumería cuyo 100% del capital está todavía en manos de la empresa familiar, fundada en 1914 por Antonio Puig Castelló, que en los años 20 comercializó el primer pintalabios comercializado en España (Milady), en los 40 lanzó la popularísima colonia Agua Lavanda Puig y en los 60 internacionalizó la compañía con un salto a París. 

El portfolio de Puig incluye en la actualidad marcas propias de la talla de Rabanne, Carolina Herrera, Charlotte Tilbury, Jean Paul Gaultier, Nina Ricci, Dries Van Noten, Byredo, Penhaligon’s, L'Artisan Parfumeur, Uriage, Apivita, Dr. Barbara Sturm, Kama Ayurveda y Loto del Sur, así como las licencias Christian Louboutin, Banderas y Adolfo Domínguez, entre otras.

Este catálogo es la mejor garantía de Puig para saltar a la Bolsa, pese a que existe una mancha que podría generar desconfianza. Y es que la compañía está estructurada sobre una maraña de 22 empresas que están influidas, en mayor o menor medida, por Exea Ventures SA, radicada en un cantón suizo (Friburgo).

Esta empresa tiene sede social en un país de baja tributación tras haber estado hasta 2011 en una isla caribeña con más sombras que luces, Curazao. La empresa ejerce de matriz de Exea Ventures SL, creada en 1963, controladora de más del 48% de la compañía y con sede en Barcelona tras haber estado domiciliada hasta hace cuatro años en Países Bajos.

Algunas voces sostienen que Exea Ventures SA debería radicarse en Barcelona bajo la atenta mirada de Josep Oliu, presidente del Sabadell y consejero de Puig, que en los últimos tiempos se ha granjeado amplias simpatías en lo más granado del establishment político, mediático y empresarial de Cataluña, necesitada de alegrías económicas como la que está generando esta empresa. 

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