La 'retirada' de Biden abre una gran incertidumbre a los retos económicos de EEUU

Como ya informó este lunes elcierredigital.com, el presidente estadounidense Joe Bidenha decidido no postularse para la reelección en las próximas elecciones presidenciales de noviembre, una noticia que ha sacudido el panorama político norteamericano e internacional.

Esta decisión, tomada en medio de crecientes preocupaciones sobre su edad y salud, ha reconfigurado el campo de juego para las próximas elecciones presidenciales.  Biden, de 81 años, afirmó que ha tomado su decisión pensando en lo mejor para el país, destacando la necesidad de pasar la antorcha a una nueva generación de líderes.

El expresidente demócrata Barack Obama, que ha sido uno de los más críticos con su mandato, ha elogiado la carrera de Biden y su decisión de dar un paso a un lado demostrando, según sus palabras, su "patriotismo y dedicación al país". A pesar de no mencionar cuál sería para él el sucesor ideal, Obama expresó su confianza en que el Partido Demócrata encontrará un candidato sobresaliente para 2024.

Más allá de las reacciones dentro del partido, el retiro de Biden plantea desafíos logísticos y legales para los demócratas. Aunque las leyes estatales varían, en general permiten la sustitución de candidatos bajo ciertas condiciones. Los expertos en leyes electorales han señalado que, aunque podría haber disputas legales, es improbable que la Corte Suprema prohíba a los demócratas sustituir a Biden como su candidato presidencial.

Como ya señaló este medio, Kamala Harris, la actual vicepresidenta, ha recibido el respaldo de Biden y de otros líderes demócratas, pero todavía se espera un proceso interno para determinar el candidato final. Otros posibles contendientes, además de los ya conocidos, podrían emerger en los próximos días, lo que sugiere un periodo de intensa actividad política dentro del partido.

En paralelo a la situación de los demócratas norteamericanos,  la Bolsa de Nueva York afronta una situación de riesgo sin precedentes, con una volatilidad creciente y preocupaciones económicas que afectan la estabilidad del mercado. Diversos factores como la decisión de Biden, el intento de asesinato de Trump, la inflación persistente, las políticas de la Reserva Federal y las tensiones geopolíticas están contribuyendo a esta incertidumbre.

La inflación sigue siendo un problema significativo en Estados Unidos, lo que ha llevado a la Reserva Federal a aumentar las tasas de interés. Este aumento  ha desacelerado el crecimiento económico y ha elevado los costes de endeudamiento para las empresas. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, junto con la guerra en Ucrania, han añadido una capa adicional de complejidad al panorama financiero.

Un informe de BlackRock subraya que, a pesar de estas preocupaciones macroeconómicas, las acciones estadounidenses han mantenido sus valores gracias a sólidas ganancias trimestrales, especialmente en empresas de mega-capitalización. 

Ante esta situación,  los analistas financieros están alertando a los inversores sobre la posibilidad de una recesión y sugieren medidas preventivas como la diversificación de carteras y la inversión en activos más seguros, como los bonos del Tesoro.  La volatilidad del mercado y las políticas económicas y geopolíticas seguirán siendo factores determinantes en los próximos meses.

Los futuros retos económicos y sociales en EE.UU.

La combinación de incertidumbre política y financiera crea un panorama complejo y desafiante para Estados Unidos en este momento crucial tras la 'retirada' electoral de Joe Biden. En el frente financiero, los inversores “deben estar preparados para enfrentar una mayor volatilidad y posibles correcciones en el mercado”, o al menos así lo afirman los principales analistas norteamericanos.

Los próximos meses serán cruciales para determinar el rumbo de la política y la economía en Estados Unidos. Y no es para menos, pues la economía del país afronta una serie de desafíos significativos en esta recta final del 2024. La Reserva Federal ya alertó de la desaceleración del PIB del 2.6% en 2023 al 1.4% en 2024, una desaceleración que podría empeorar y que viene impulsada por factores como la inflación persistente y las políticas monetarias restrictivas​.

Y aunque la inflación ha mostrado señales de moderación, sigue siendo un desafío. El crecimiento del gasto de los consumidores podría ralentizarse debido a la disminución de los ahorros excesivos, el estancamiento de los aumentos salariales y el aumento de las deudas, como préstamos estudiantiles y tarjetas de crédito.

Aunque el mercado laboral estadounidense ha sido robusto en los últimos años, se esperan signos de normalización con un crecimiento más lento de las nóminas y un aumento moderado del desempleo.  Se prevé que la tasa de desempleo podría alcanzar el 4.5% para finales de 2024  debido a la rotación laboral y la disminución de la demanda de trabajo.

Por otra parte, la actividad en el sector de la vivienda ha caído significativamente por el aumento de las tasas hipotecarias y la baja asequibilidad. Sin embargo, se espera que el mercado de la vivienda mejore ligeramente en esta recta final de 2024 a medida que se estabilicen los precios y se recupere la inversión residencial​.

También está previsto que el déficit fiscal disminuya ligeramente, pero seguirá siendo significativo. La deuda nacional y los compromisos financieros futuros, como las pensiones y la atención médica, representan un desafío a largo plazo para la estabilidad económica del país​​.

Los posibles sustitutos de Joe Biden

En lo que respecta a la 'guerra' por liderar el Partido Demócrata estadounidense, el nombre más repetido es  Kamala Harris, la actual vicepresidenta. Harris ha jugado un papel activo en la administración de Biden y ha ganado experiencia en temas clave como la reforma migratoria y la justicia social. Su candidatura podría consolidar el apoyo de diversas comunidades, especialmente de las minorías, dado su historial como primera mujer afroamericana y sudasiática en ocupar la vicepresidencia.

Por su parte, Gavin Newsom, el gobernador de California, es otro nombre que suena con fuerza. Newsom ha sido un defensor acérrimo de políticas progresistas, incluyendo la expansión de la atención médica y las iniciativas medioambientales. 

El Secretario de Transporte, Pete Buttigieg, que destacó en las primarias demócratas de 2020, sigue siendo una figura prominente. Su capacidad para conectar con los votantes jóvenes y su enfoque en la modernización de la infraestructura le han dado una ventaja en las encuestas preliminares. Además, Buttigieg, como el primer candidato presidencial abiertamente gay de un partido importante, representa una nueva era de inclusión en la política estadounidense.

Elizabeth Warren, senadora de Massachusetts, también podría considerar la carrera hacia la Casa Blanca. Conocida por su enfoque en la reforma financiera y su lucha contra la corrupción corporativa, Warren sigue siendo una figura influyente dentro del ala progresista del Partido Demócrata. Su experiencia y conocimiento en políticas económicas son vistos como activos importantes en un momento de incertidumbre económica global.

Amy Klobuchar, senadora por Minnesota, se presenta como una opción más moderada, que podría atraer a votantes de ambos lados del espectro político. Klobuchar ha trabajado incansablemente en el Senado para promover legislaciones bipartidistas, especialmente en áreas como antimonopolio y agricultura. 

Gretchen Whitmer, gobernadora de Michigan, es vista como una estrella en ascenso y proviene de un estado clave para las elecciones. Whitmer ha logrado éxitos significativos en su ámbito territorial, aunque ha expresado dudas sobre postularse para las presidenciales de este 2024​.

Otro nombre que suena con fuerza es el de Josh Shapiro, gobernador de Pensilvania, un político moderado que ha demostrado su capacidad para atraer a votantes independientes y republicanos, según reseñan los principales medios norteamericanos.

Por su parte, Cory Booker, senador de Nueva Jersey y exalcalde de Newark, tiene una fuerte presencia mediática y ha sido un claro defensor de reformas sociales y justicia racial. 

Quizá una de las más comentadas ha sido Michelle Obama. Aunque ha negado repetidamente tener interés en postularse, la ex primera dama sigue siendo una figura extremadamente popular. Su entrada a la carrera presidencial sería vista como una jugada estratégica fuerte para los demócratas.

Por último,  J.B. Pritzker, el gobernador de Illinois, ha ganado atención por su liderazgo en temas progresistas y su capacidad para recaudar fondos. Sin embargo, su gestión del crimen en Chicago podría ser un punto de ataque para los republicanos​.