La pensión del Imserso para las mujeres que hacen tareas del hogar: todos ganan
El Imserso ha lanzado una nueva pensión no contributiva de 500 euros mensuales. Descubre los requisitos y cómo pedirla
Las personas que se dedican al cuidado del hogar han sido históricamente invisibilizadas en España. A pesar de que su trabajo diario es extenuante y requiere una entrega total, tradicionalmente no han disfrutado de los mismos derechos y beneficios que otros profesionales. Sin embargo, esta realidad comienza a cambiar.
El Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) ha puesto en marcha una pensión no contributiva dirigida a aquellos que han dedicado su vida al cuidado del hogar. Esta pensión asciende a 500 euros mensuales, lo que se traduce en unos 7.250,60 euros al año.
Requisitos para acceder a la pensión no contributiva
El Imserso establece una serie de requisitos para que las personas dedicadas al hogar puedan acceder a esta pensión. En primer lugar, es necesario que el solicitante tenga al menos 65 años de edad. Además, debe residir en España.
De hecho, deben haber vivido en el país durante un periodo mínimo de 10 años. De los cuales dos deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de solicitud.
Otro aspecto clave para poder beneficiarse de esta pensión es la carencia de recursos económicos suficientes. Esto significa que las rentas o ingresos personales del solicitante no deben superar los 7.250,60 euros anuales en el cómputo global para el año 2024.
Condiciones adicionales en función de la convivencia
Si la persona que solicita la pensión vive con familiares, se aplican condiciones adicionales relacionadas con los ingresos del hogar. En los casos en que el solicitante conviva con un cónyuge o familiares de segundo grado, el límite de ingresos totales en el hogar varía según el número de convivientes.
Si en el hogar residen dos personas, los ingresos anuales no deben superar los 12.326,02 euros. Si son tres personas, el límite se eleva a 17.401,44 euros anuales.
En hogares de cuatro personas, los ingresos no pueden exceder los 22.476,86 euros al año. Por cada persona adicional en la vivienda, se suman 5.075,42 euros a este límite.
Requisitos para convivientes de primer grado
En los casos en que el solicitante viva con familiares de primer grado, como padres o hijos, los umbrales de ingresos son más elevados. Para un hogar de dos personas, los ingresos anuales no deben superar los 30.815,05 euros.
Si son tres personas, el límite asciende a 43.503,60 euros al año. En el caso de cuatro personas, los ingresos no deben superar los 56.192,15 euros anuales. Por cada integrante adicional, se suman 12.688,25 euros a este límite.
Compatibilidad de la pensión no contributiva con otras ayudas
Es importante tener en cuenta que la pensión no contributiva que ofrece el Imserso es incompatible con otras pensiones, como las de invalidez o las asistenciales. Por lo tanto, el solicitante solo puede optar por una de ellas, en caso de cumplir con los requisitos de varias prestaciones.
Esta medida supone un avance significativo en el reconocimiento del trabajo no remunerado que realizan las personas dedicadas al hogar. Con la implementación de esta pensión no contributiva, se les ofrece un apoyo económico que contribuye a mejorar su calidad de vida en la jubilación. Es una pequeña pero importante victoria para un colectivo que durante mucho tiempo ha sido ignorado y subvalorado.
Proceso de solicitud y plazos
El proceso para solicitar esta pensión es relativamente sencillo. El solicitante debe acudir a las oficinas del Imserso o tramitar la solicitud a través de su sitio web oficial. Es crucial asegurarse de cumplir con todos los requisitos antes de presentar la solicitud, ya que cualquier error puede retrasar el proceso.
Aunque la pensión no sea una gran cantidad de dinero, representa un reconocimiento a años de trabajo no remunerado. Además, para muchas personas, puede marcar una diferencia significativa en su calidad de vida durante la jubilación.
La nueva pensión no contributiva del Imserso es un paso adelante en el reconocimiento del trabajo doméstico. Es un ejemplo de cómo la sociedad comienza a valorar y apoyar a quienes han dedicado su vida al cuidado del hogar y la familia. Con esta ayuda, se ofrece un respaldo económico que puede aliviar las cargas de aquellos que, durante años, han trabajado incansablemente sin recibir remuneración ni reconocimiento.
Más noticias: