Si eres mayor de 60 años y no tienes pensión, esto te solucionará la vida
Descubre las ayudas disponibles para mayores de 60 años que no cuentan con una pensión y cómo puedes acceder a ellas
Llegar a la edad de jubilación sin contar con una pensión es una preocupación creciente en España. La incertidumbre sobre el futuro de las pensiones y la dificultad para alcanzar los años de cotización deja a muchas personas en una situación vulnerable.
Aunque las nuevas generaciones buscan alternativas como inversiones y ahorro, el problema persiste para aquellos que ya han llegado a la edad de retiro sin haber podido acumular suficiente cotización. Afortunadamente, existen ayudas y subsidios que pueden ofrecer un respiro financiero a quienes se encuentran en esta situación.
La realidad de los mayores de 52 años
Para entender mejor la problemática de los mayores de 60 sin pensión, es relevante considerar la situación de los mayores de 52 años. Quienes ya enfrentan serios desafíos en el mercado laboral.
Según la Encuesta de Población Activa (EPA), el desempleo de larga duración afecta al 50% de las personas mayores de 50 años. Este grupo se enfrenta a una serie de obstáculos para reinsertarse en el mercado laboral.
Las empresas suelen evitar contratar a personas de esta edad debido a su cercanía a la jubilación. Además, las expectativas salariales más altas y la demanda de mejores condiciones laborales, los coloca en desventaja frente a los jóvenes. Esta brecha digital y la percepción de menor rentabilidad por parte de las empresas se traducen en periodos prolongados sin cotización.
Opciones para quienes no tienen pensión
Para quienes han llegado a los 60 años sin haber acumulado la cotización necesaria, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ofrece varias alternativas. Una de las ayudas más importantes es el Ingreso Mínimo Vital (IMV).
Esta prestación se dirige a personas y familias que no alcanzan un mínimo de ingresos establecido por el INSS. El IMV fue creado durante la pandemia para prevenir que las familias cayeran en riesgo de exclusión social y pobreza extrema. Y aunque la situación de emergencia ha pasado, sigue siendo una ayuda crucial para muchas personas.
Otra opción es la ayuda familiar, que está destinada a aquellos que han agotado la prestación contributiva del paro y tienen cargas familiares. Los requisitos incluyen estar desempleado, inscrito en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), y no tener rentas que superen el 75% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Esta ayuda es especialmente útil para quienes, además de no tener una pensión, deben sostener económicamente a otros miembros de la familia.
La Renta Activa de Inserción (RAI) es otra alternativa disponible. Esta prestación tiene una duración máxima de 11 meses, aunque puede solicitarse hasta tres veces. Al igual que las otras ayudas, está diseñada para aquellos que han agotado la prestación del paro y se encuentran en situación de desempleo.
La pensión no contributiva: una salida para quienes no han cotizado lo suficiente
Uno de los mayores temores de las personas que no alcanzan los 15 años de cotización es no poder acceder a una pensión. Sin embargo, existe la pensión de jubilación no contributiva. Gestionada por el Imserso, esta prestación está destinada a quienes no han podido cotizar lo suficiente a lo largo de su vida laboral.
La cuantía de esta pensión es de 517,90 euros mensuales. Algo que, si bien no es una gran cantidad, puede ser un alivio significativo para quienes no tienen otros ingresos.
¿Qué hacer si estás en esta situación?
Si eres una de las personas que se enfrenta a la jubilación sin una pensión, lo primero que debes hacer es informarte sobre las opciones disponibles y los requisitos. Es crucial inscribirse en el SEPE, mantenerse actualizado sobre las novedades del INSS y considerar todas las alternativas que pueden ofrecerte un apoyo económico.
La situación es complicada, pero no insalvable. Con la información adecuada y un poco de planificación, es posible sobrellevar la falta de una pensión y asegurar un mínimo de estabilidad económica en la jubilación.
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