Estas son las pensiones que tendrán una fuerte subida en 2025: alegría para muchos
El Gobierno anuncia un aumento de casi 350 euros para las pensiones no contributivas a partir de enero de 2025
A partir de enero de 2025, se avecinan cambios significativos en el panorama de las pensiones en España. Especialmente para aquellos jubilados que no han alcanzado los 15 años de cotización y, por ende, dependen de las pensiones no contributivas. Y es que estas pensiones, concebidas como un ingreso de último recurso para los jubilados más vulnerables, experimentarán un aumento considerable que se traducirá en casi 350 euros más al año.
Este incremento es parte de una reforma que se viene gestando desde 2023. ¿El objetivo? Elevar las pensiones no contributivas hasta el 75% del umbral de pobreza para una sola persona de aquí a 2027.
Una subida necesaria para reducir la brecha con el umbral de pobreza
Las pensiones no contributivas tienen un carácter esencialmente asistencial. Son diseñadas para aquellas personas que no cuentan con los recursos necesarios ni con el derecho a una pensión contributiva. Debido a que no han cotizado los 15 años mínimos requeridos a la Seguridad Social.
Por esta razón, estas pensiones han sido históricamente más bajas en comparación con las contributivas. Lo que ha generado una brecha significativa respecto al umbral de pobreza.
Para el año 2025, se espera que la pensión de jubilación no contributiva ascienda a 542,85 euros mensuales, lo que se traduce en 7.599,9 euros anuales. Este incremento es solo el primero de una serie de ajustes anuales que se llevarán a cabo hasta 2027. En ese año, la pensión no contributiva debería alcanzar el 75% del umbral de pobreza.
¿Quiénes pueden acceder a esta subida de la pensión no contributiva?
Para poder beneficiarse de esta pensión, es necesario cumplir ciertos requisitos de ingresos. En 2025, una persona que viva sola podrá acceder a la pensión no contributiva si sus ingresos anuales no superan los 7.250,6 euros. Este límite de ingresos aumenta si la persona vive con su cónyuge o con parientes consanguíneos de segundo grado, como hermanos.
Por ejemplo, si convive con una sola persona, los ingresos conjuntos no deben superar los 12.326,02 euros anuales. Este umbral continúa incrementándose conforme aumenta el número de convivientes, alcanzando los 22.476,86 euros si viven cuatro personas o más en el mismo hogar.
Además, se deben tener en cuenta otros factores, como el parentesco de los convivientes. Si entre ellos se encuentran padres o hijos, los límites de ingresos son aún más altos. Llegando a los 30.815,05 euros anuales para dos convivientes y hasta los 56.192,15 euros para cuatro convivientes o más.
Otro requisito fundamental para recibir la pensión no contributiva es tener más de 65 años. Para aquellos que no cumplen con este requisito de edad, existen otras ayudas, como el subsidio de desempleo para mayores de 52 años, que ofrecen un apoyo económico mientras alcanzan la edad de jubilación.
Una reforma con vistas al futuro
El incremento de las pensiones no contributivas en 2025 es solo un paso dentro de un plan más amplio que busca mejorar la calidad de vida de los pensionistas más desfavorecidos. A medida que se acerque 2027, la cuantía de estas pensiones seguirá aumentando. Acercándose al objetivo de cubrir el 75% del umbral de pobreza.
Esta serie de incrementos responde a la necesidad de ajustar las pensiones a la realidad económica actual, en la que el costo de la vida ha aumentado considerablemente. El Gobierno, al mantener estas subidas por encima del IPC, reconoce la importancia de garantizar que las pensiones no contributivas ofrezcan un nivel de vida digno a quienes más lo necesitan.
En resumidas cuentas, 2025 traerá consigo un alivio económico para muchos pensionistas en España, especialmente aquellos que han vivido en la precariedad. Esta subida en las pensiones no contributivas es un reflejo del compromiso del Gobierno con los jubilados más vulnerables, y un paso crucial hacia la reducción de la pobreza entre los mayores.
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