La ayuda de 7.000 euros de la Seguridad Social para estos españoles: date prisa
La Seguridad Social ofrece una ayuda económica a quienes han trabajado en el hogar sin cotizar, garantizando un ingreso
El trabajo en el hogar suele ser invisible en términos económicos, aunque es vital para la sociedad. Esta realidad ha llevado a la Seguridad Social en España a crear ayudas específicas para quienes han dedicado su vida a las tareas domésticas. Conocidas como pensiones no contributivas, estas ayudas brindan un ingreso básico en la jubilación a quienes no alcanzaron los años de cotización exigidos.
¿Qué es una pensión no contributiva?
Las pensiones no contributivas son prestaciones diseñadas para personas sin los años necesarios de cotización. La Seguridad Social las gestiona a través del Imserso.
Todo ello con el fin de ofrecer un ingreso a quienes no pueden acceder a una pensión contributiva ordinaria. Están dirigidas a mayores de 65 años y buscan garantizar que quienes han trabajado en el hogar puedan vivir con dignidad.
Requisitos para acceder a una pensión no contributiva
Para ser beneficiario, se deben cumplir ciertos requisitos. Primero, la edad mínima es de 65 años; también es obligatorio residir en España, con una permanencia de al menos 10 años. Eso sí, dos de los cuales deben ser continuos y anteriores a la solicitud.
Además, el solicitante no debe superar ciertos límites de ingresos: si vive solo, no puede tener ingresos mayores a 7.250 euros anuales. Este límite sube si se convive con familiares, en función del número de personas en el hogar.
El importe de la pensión no contributiva depende de la situación económica y familiar del solicitante. Para una persona sola, puede llegar a 7.250 euros anuales, en 14 pagas, lo que supone unos 517 euros al mes.
Si existen otros ingresos, esta cantidad se ajusta. Bajando a un 25% del total en caso de tener recursos adicionales, con un mínimo de 1.812 euros anuales.
El rol crucial de las personas cuidadoras
Las personas dedicadas al cuidado y las labores domésticas, ya sean hombres o mujeres, realizan un trabajo que no siempre se valora y en el que las mujeres son mayoría. Tradicionalmente, ellas han asumido el papel de cuidadoras sin obtener una retribución ni derechos de cotización. La pensión no contributiva intenta, en cierta medida, compensar esta labor silenciosa, proporcionando apoyo económico.
Además de las pensiones no contributivas, existen otros subsidios que buscan ayudar a las familias en situación vulnerable. Entre ellos, el Plan de Fomento de la Natalidad ofrece hasta 500 euros al mes para personas con hijos menores de 25 meses. Esta ayuda adicional está diseñada para quienes han dedicado sus vidas al hogar, aportando un alivio temporal en los ingresos familiares.
Cómo solicitar esta pensión
La solicitud de una pensión no contributiva se realiza en las oficinas del Imserso, la Seguridad Social, o su sede electrónica. Presentar documentos como la identificación, certificado de residencia y los datos económicos agiliza el trámite. También es posible tramitarla en línea para mayor comodidad.
Las pensiones no contributivas representan un reconocimiento parcial a quienes han trabajado en el hogar sin remuneración. Estas ayudas alivian la carga económica de quienes llegan a la jubilación sin recursos. Este avance social reconoce el valor de un trabajo que, aunque no remunerado, resulta esencial para las familias y la sociedad en general.
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