'Qué fue del verano de..., 1990': La matanza de Puerto Hurraco
El 26 de agosto de ese año, Antonio y Emilio Izquierdo acabaron con la vida de nueve personas e hirieron a otras seis
En el verano de 1990 todos los ojos del mundo estaban puestos en la creciente tensión del Golfo Pérsico. Irak tomó la decisión de invadir Kuwait y el conflicto tenía visos de convertirse en un conflicto a nivel mundial. Era la génesis de la que se conocería como Guerra del Golfo. Un conflicto armado que fue retransmitido en directo por las televisiones.
Más allá de la política, el mundo vivía pendiente del Mundial de Fútbol celebrado en Italia donde se reabrió el debate sobre los grupos ultras de fanáticos, en especial de los británicos. Mientras, la prensa del corazón francesa se enfrentó a varias demandas por desvelar las juergas fuera del campo de algunos de los astros balompédicos que se habían trasladado el país transalpino y acabaron contratando los servicios de prostitutas. Alemania se alzó con la copa del mundo casi al mismo tiempo que se firmaba el tratado de Unión entre la República Federal Alemana y la República Democrática Alemana y renunciar la Unión Soviética, ya en descomposición, a sus intereses territoriales en Alemania.
Sangre en Puerto Hurraco
A pesar del panorama internacional, en España ese verano se habló sobre todo de Puerto Hurraco. La Matanza de Puerto Hurraco traería las reminiscencias de nuestra etapa más oscura. Los acontecimientos tuvieron lugar en una pedanía de la localidad de Benquerencia de la Serena (Badajoz), de nombre Puerto Hurraco. Allí, dos familias de gran relevancia en la zona llevaban años pugnando por la supremacía. Por un lado, los Izquierdo. Por otro, los Cabanillas.
En el contexto local era bien conocida la guerra entre ambos clanes. Los Izquierdo, o “Los patas pelás”, y los Cabanillas, o “Los Amadeos”, llevaban peleando desde 1967, cuando Amadeo Cabanillas entró con su arado en el territorio de Manuel Izquierdo. Craso error. La situación no mejoró cuando Amadeo, tras tener un romance con Luciana Izquierdo, decidió finalmente rechazarla. No hubo perdón. El hermano mayor de Luciana, Jerónimo, asesinó a Amadeo. Por tal crimen, cumplió una condena de 14 años. La sangre corría por primera vez y no sería ni mucho menos la última.
En 1984 la casa de los Izquierdo ardió con su madre dentro, que falleció en la vivienda. Nunca se pudo demostrar la implicación de los Cabanillas y los Izquierdo juraron venganza contra todo el pueblo de Puerto Hurraco porque creían que los estaban encubriendo, como una Fuenteovejuna moderna. Tras la muerte entre llamas de la matriarca de los Izquierdo, les tocaba devolver la estocada. Fue ese fatídico agosto de 1990. Las féminas de la familia, Luciana y Ángela, prepararon las armas de sus hermanos que se despidieron diciendo: “Vamos a cazar tórtolas”.
A las 22:30 de la noche, Emilio y Antonio Izquierdo llegaron desde Monterubio de la Serena (Badajoz) a Puerto Hurraco, a diez kilómetros. La familia Cabanillas celebraba una fiesta. En la calle jugaban las niñas Encarnita y Antonia, de doce y catorce años. Fueron las primeras víctimas mortales. Todo el pueblo se llenó de tensión y olor a muerte. Unos vecinos llamaron a la Guardia Civil que se trasladó rápidamente hasta la localidad. Dos de ellos fueron abatidos por los hermanos Izquierdo, quienes posteriormente se dieron a la fuga.
Durante nueve horas, los agentes de la Benemérita hicieron una batida por el monte para encontrar a los asesinos. Los hallaron a primera hora de la mañana descansando debajo de un árbol después de haber acabado con la vida de nueve personas. No mostraron arrepentimiento. Llegaron a afirmar que estaban esperando a bajar al pueblo el día del cementerio para matar más gente. Tras el crimen, las hermanas Izquierdo, permanentemente vestidas de negro y hablando entre dientes, como salidas de una pintura de Gutiérrez Solana, huyeron a Madrid para evitar el linchamiento popular.
El juicio se celebró en enero de 1994 y aunque la defensa intentó demostrar que los hermanos Izquierdo actuaron bajo enajenamiento, ellos no mostraron arrepentimiento. “Ya puedo descansar porque madre está vengada”, llegó a declarar Emilio. Los hermanos fueron condenados a 350 años de prisión cada uno. Por su parte, las famosas hermanas Izquierdo fueron condenadas como inductoras y recluidas en el Psiquiátrico de Mérida. Fueron separadas por la ascendencia negativa que tenía Luciana sobre Ángela. La primera falleció en 2005. Diez meses después lo hizo Ángela.
En cuanto a los hermanos, Emilio falleció el 13 de diciembre de 2006 a los 72 años. En 2010, Antonio apareció muerto en su celda de la cárcel de Badajoz. Se había ahorcado. Un día después tendría que haber salido a la calle por la aplicación de la Doctrina Parot. Ninguno de los hermanos Izquierdo tuvo hijos con lo que su estirpe se ha perdido, aunque no el recuerdo del terrible crimen que cometieron.
Más noticias: