Pepe Isbert, el ‘abuelo’ de ‘La gran familia’: Tuvo aún más nietos en su vida real
El papel de Isbert en el filme navideño 'La gran familia' de Fernando Palacios ha pasado a la historia del cine español
Pocas películas españolas han conseguido capturar el espíritu navideño y perdurar en la memoria como 'La gran familia'. Tras más de seis décadas desde su estreno, la inolvidable escena en la que Chencho se pierde en la Plaza Mayor de Madrid sigue formando parte de la cultura popular española.
En ese momento cargado de emoción, un abuelo, interpretado magistralmente por Pepe Isbert, capitanea a sus nietos en la búsqueda del pequeño. Dejando un ejemplo de humanidad y ternura pocas veces igualado en el cine nacional.
'La Gran Familia' se estrenó en Madrid, en el Lope de Vega, el 20 de diciembre de 1962. Una entrañable comedia dramática dirigida por Fernando Palacios y protagonizada por Alberto Closas y Amparo Soler Leal. En ella Pepe Isbert ejercía de abuelo y como padrino el gran José Luis López Vázquez.
Estamos ante un retrato de la vida cotidiana de una familia numerosa en la España de los años 60. Marcada por la unión frente a las dificultades económicas. En la cinta, Alberto Closas interpreta a Carlos Alonso, un arquitecto que, junto con su esposa Amparo Soler Leal hace malabares para criar a sus 15 hijos en un modesto apartamento en Madrid.
La historia de esta cinta
A pesar de los retos logísticos y financieros que suponía una familia de este tamaño, el filme transmitía un mensaje optimista y lleno de humor sobre los lazos familiares. Muy pronto se convirtió en un clásico del cine español que dio pie a varias secuelas.
Y que fuera producida en el contexto de la España de la dictadura determina que la película ofreciera un trasfondo ideológico. Puesto que reflejó uno de los valores promovidos por el régimen al exaltar el concepto de la familia numerosa.
Sin duda, una de las escenas más memorables de 'La Gran Familia' es el episodio en el que Chencho se pierde en la Plaza Mayor de Madrid durante la Navidad. Este momento, lleno de tensión y emoción, muestra la desesperación de los padres y del resto de la familia mientras tratan de buscar al pequeño.
Finalmente, Chencho es encontrado gracias a la televisión, lo que genera un gran alivio y una escena profundamente conmovedora de reencuentro.
Del paso de la película por Albacete, tierra que tanto aprecio profesaba al actor -y viceversa- nos dice la hemeroteca que se proyectó en el verano de 1964. En concreto, en la Pantalla de los Grandes Éxitos, el Teatro Circo. Pero su permanencia en el imaginario del público se la debemos, sin duda, a que ha sido una película fija en la programación de TVE a lo largo de los últimos 60 años. Y ahora, con presencia perenne en determinadas plataformas.
Al abuelo Isbert le hubiera gustado encarnar en 1965 la segunda parte de esta película, 'La familia y uno más'. Sin embargo, para ese momento este albaceteño de corazón y tarazonero de adopción ya no podía hablar.
Uno de sus nietos recordaba: “Él murió en 1966 y yo tenía cinco años, lo traté muy poco. En esos últimos años estaba mudo, por eso no pudo hacer la segunda parte de 'La gran familia', tenía cáncer de garganta". Esta secuela de La Gran Familia también pasó por el Teatro Circo albaceteño, pero en 1967.
Pero ese entrañable papel de abuelo en La gran familia, con 15 nietos, no era solo fruto de su talento como actor, sino un reflejo de su propia vida. José Isbert fue en la vida real padre de cuatro hijos - Matilde, María, Julieta, y José- y abuelo de 16 nietos, y su labor consolidó esta película como uno de los mayores referentes del cine familiar español.
Claves en la vida de Pepe Isbert
La trayectoria de Pepe Isbert abarcó décadas de éxitos, en especial, en el teatro y el cine. Entrañable y auténtico, con su inconfundible voz ronca y desquebrajada y una personalidad genuina. Era el tipo de hombre que uno podía imaginar esperando el autobús, paseando por Albacete o esperando a ser atendido en una oficina.
Nacido el 3 de marzo de 1885 en Madrid, José Isbert Alvarruiz, comenzó su carrera cinematográfica en 1912 con 'Asesinato y entierro' de José Canalejas. Estuvo activo hasta que la salud se lo permitió, falleciendo en 1966. Ganador de múltiples premios, compartió su pasión por la interpretación con su familia.
Siendo el patriarca de una saga de grandes actores, como su hija María Isbert y varios de sus nietos, entre ellos Tony y Carlos Isbert.
La calidad de su trabajo quedó patente en sus más de cien películas, como 'El cochecito', 'El verdugo' o 'Bienvenido, Mr. Marshall'. Estos trabajos definen no solo su carrera, sino una época dorada del cine español. Y si duda, su voz, llamando desesperadamente a Chencho, suena todavía hoy en forma de recuerdo nostálgico entre millones de españoles.
Los últimos años de su vida los pasó comunicándose con una pizarra y una tiza. Sin embargo, estuvo rodeado de su gran familia.
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