En la muerte de Manuel Hernández de León: Se nos va un amigo y gran fotoperiodista
El querido "Patolas" fue una de las miradas de la Agencia EFE y sentía una gran devoción por la Familia Real española
Escribo estas líneas ya pasados unos días desde la muerte de Manuel Hernández de León (75 años), el gran fotoperiodista español y mejor amigo. Era necesario dejar pasar la tristeza y escribir con el alma, pero también con la razón. Y al querido y recordado “Patolas” había que despedirlo como se merece, para que allá donde esté siga moviendo su cámara como nadie y nos aporte las primicias visuales que su objetivo siempre enfocaba.
Tuve la suerte de conocerle cundo me inicié en el periodismo activo allá por finales de los años 80 del pasado siglo, en esos pantanales de los muelles de Palma de Mallorca, siguiendo al yate Fortuna de la familia real española. Manuel era por entonces ya el Dios del fotoperiodismo, venía de haber triunfado con su célebre foto en el Congreso de los Diputados cuando un cargo de la Guardia Civil, Antonio Tejero, quiso privarnos un 23 de febrero de 1981 de la libertad que ansiábamos todos los españoles de bien, que buscamos la luz de la democracia.
Una amistad forjada desde los veranos en Mallorca
En esos veranos de los años de los 80 y 90 en Mallorca, donde de verdad se hacía periodismo de trinchera y de ‘guardias’ de casi 24 horas, entablé una buena amistad con querido “Patolas”, como todos en la profesión le llamábamos. Luego estos últimos meses de su vida, nuestra amistad se volvió a unir. Manuel tenía una serie de problemas y quería resolverlos para dejarles un futuro como “debía ser” a sus hijos y a su ya viuda. Pensaba que yo era la persona adecuada para resolvérselos, dada mi larga trayectoria en el periodismo de investigación para desenmascarar a unos sinvergüenzas que le estaban quitando la salud y el dinero. Lo conseguimos y Manuel respiró. Pero, no hay duda, que eso le ocasionó grandes disgustos y noches sin dormir. Pero sé que, al menos, se ha ido ya tranquilo, de que todo se resolvió.
Venia a verme con su pequeño coche, charlábamos, nos tomábamos una cervecita (sin alcohol), y luego seguíamos cada uno nuestra vida diaria. El pasado mes de octubre de 2023, estuve con él en la Exposición sobre la familia real española en la que participó y que tuvo lugar en la Galería Nikon, de Madrid, donde coincidió con la infanta Elena con quien Manuel tuvo la oportunidad de conversar largo y tendido. "Estaba encantado", ha revelado su comisario Bernardo Paz a elcierredigital.com.
Fue este mutuo cariño profesado, lo que me hizo miembro del ‘Club de los Amigos de la Boina’, un club señero de la boina en Madrid que montará allá por los años ochenta el gran periodista bilbaíno Alfredo Amestoy. Y Manuel consiguió que me nombraran socio y que me pusieran la mencionada boina, una prenda que guardo cómo oro en paño en mi vitrina del alma y en la terráquea de los trofeos.
Manuel me hizo para la ocasión un precioso álbum de fotos, dedicado, donde demostraba una vez más su gran profesionalidad y fantasía con su cámara. Me puso la boina el hijo de un gran periodista de TVE , como Celso García, y tuve de compañero de ceremonias a otro ilustre periodista de la televisión pública española como Jesús Álvarez, a su vez hijo de otro mítico presentador televisivo del mismo nombre.
Luego, Manuel quiso seguir agradeciendo mi cariño hacia él, algo que como le dije en muchas veces era mutuo, pero quizá en mi caso con el añadido del respeto y admiración hacia él, porque a su lado aprendí a ser reportero de calles y puertas. Manuel decidió que me tenían que dar el premio de ‘la amistad’ y ser distinguido como caballero de la ‘Muy Serena y Muy Noble Orden de la Amistad’. El acto celebrado en el pasado mes de abril de 2024 se celebró en la Residencia Militar Alcázar, de Madrid. Allí, coincidí con otro gran fotoperiodista de la Agencia Efe, Manuel Seixas. Le pregunté por qué no estaba con nosotros Hernández de León y ya me dijo que estaba ingresado en un hospital. Le llamé inmediatamente para darle ánimo y fuerzas. Tenía dolencias renales y, por ende, de todo tipo.
Manuel siguió varios meses en el hospital. Mi amigo Bernardo Paz, mi eterno compañero de fatigas periodísticas, otro grandísimo fotoperiodista criado en la Agencia Efe, me iba informando de todo. Manuel me veía desde su habitación en la pantalla de su televisor y me enviaba fotografías y ánimos cuando estaba en el plató. Sabía que estaba al pie del cañón desde el hospital. Su último mensaje escrito databa del 20 de julio cuando ganamos a Mar Flores en el Tribunal Supremo y desde elcierredigital.com creamos jurisprudencia. “Movámoslo”, me decía. Fue escueto. Y me preocupé y lo llamé. Hablé con él. Ya estaba en casa. Lo encontré un poco abatido, pero le envíe todas las fuerzas posibles y, sobre todo, mi inmenso cariño y gratitud hacia él. Alguien quiso que pudiera despedirme de él de propia voz. Gracias a quien lo permitió.
Calidad humana y profesional
Este pasado miércoles día 7 de agosto, otro gran fotoperiodista mallorquín como Pedro Prieto, me despertaba con la mala noticia: “Me han dicho que ha muerto Manuel Hernández de León, de Efe”. Llamé rápidamente a Bernardo Paz, que me lo confirmó. Desde elcirerredigital.com sacamos su última entrevista que se la hizo el redactor Alberto Galone dos meses antes. Ésta, representa todo lo que Hernández de León fue y el gran legado que nos ha dejado el siempre querido y recordado “Patolas”. El joven redactor de elcierredigital.com me dijo ese día: “No sabes Juan Luis lo que he disfrutado con esta entrevista. Este es el periodismo que yo busco y en el que quiero llegar a ser algo”.
No se la pierdan y recójanla de nuestra hemeroteca porque verán su calidad humana y profesional. Solo les dejo estas pequeñas pildoritas: "Mi primera fotografía fue a un taxi que se había accidentado, el coche estaba en bastante mal estado, pero mi padre no me dejó salir por la noche (momento en el que sucedió el siniestro), y tuve que esperar toda la noche en vela y con el primer rayo de sol ya estaba yo fuera buscando el taxi, que aún seguía allí”. Una fotografía que fue publicada en el diario Arriba. “Poco después de la fotografía del taxi, Entré como ‘botones’ a la Agencia EFE y allí era el ‘chico para todo’. Repartía cafés, ayudaba con el revelado de fotos etc. Allí me enamoré de este oficio, veía como mandaban a los fotoperiodistas a fotografiar los accidentes y atentados y para mí era realmente emocionante, luego veía las fotos reveladas y sentía una auténtica pasión”, recordaba Hernández de León sobre sus comienzos. “Siempre he llevado una cámara encima, y en muchas ocasiones he llevado cámaras escondidas en los pantalones o a la altura del tobillo, y también me he encontrado con famosos de casualidad mientras cenaba y he acabado fotografiándolos”.
Esta nostalgia al periodista que busca sin empeño y sin cesar la noticia me hace hoy, transcurridos ya cuatro días desde su muerte, que me ponga a escribir, como siempre digo, ante las frías teclas de un ordenador, donde debes volcar sentimientos, penas y alegrías.
Tuve la inmensa suerte de tratar a Manuel Hernández de León, quien se jubiló de la Agencia Efe en 2012. Sé que su desaparición es ley de vida. Pero mi época de aprendiz en el periodismo se está yendo también. Cuando se van maestros como Manuel, o antes grandes amigos en esta dura y amada profesión, echas la vista atrás, observas, analizas y meditas sobre todo lo vivido.
Y te da mucha pena y nostalgia. Pero quizá el hecho de tener una redacción tan joven como la que tiene elcierredigiatal.com, y el deseo de ayudarles en su trayecto vital hace que no me venza. Quizá por eso nunca caigo en eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Saben ellos que no lo acepto. Pero desgraciadamente la muerte de personajes como el querido “Patolas” hace que comparemos y veas que el periodismo de hoy es previsible, a veces hasta aburrido, y que en ocasiones no me dice nada por su falta de veracidad y contrastación, contra lo que luchamos desde este humilde, pero independiente periódico digital creado hace ya 6 años. Y como diría el gran Carlos Gardel, esto “no es nada”.
Con el adiós a Manuel Hernández de León se nos va un buen amigo, pero con él se entierra una parte fundamental del fotoperiodismo español. Nada menos que una persona que ha recibido innumerables reconocimientos, entre los que destacan el VI Premio IPCO de periodismo gráfico que recibió en 1980, el Premio Nacional de Periodismo del 81, el Premio Rey Juan Carlos de Periodismo Iberoamericano y el Premio Mingote de ABC de 1982. Además, a su nombre están añadidas varias medallas de oro en exposiciones internacionales, como el Premio mundial de fotografía World Press Photode Holanda en 1984, junto con el influyente Premio Fotopress del 85.
Descansa en paz Manuel, te lo mereces. Te vas con los deberes hechos. Tu mujer y tus hijos no te olvidarán, seguro. Pero también lo haremos muchos aprendices de periodistas que a tu lado hemos llegado a ser algo en esta querida profesión. No te olvides Manuel y sigue siendo tú, allá donde estés, y nunca abandones esa “mirada” que todo lo ve y lo retrata. Gracias Amigo por todo lo que nos ha dado. Descansa en paz
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