
Lo oculto de Daniel Westling, el hombre que 'salvó' a la princesa Victoria de Suecia
El apoyo de Daniel, fundador de gimnasios en Estocolmo, ha sido clave para que la heredera supere la presión mediática
La princesa heredera Victoria de Suecia (1977, Solna) y el príncipe Daniel Westling (1973, Örebro) han celebrado, como cada verano, su traslado estival a la isla de Öland.
El Palacio de Solliden, la residencia estival construida en 1906 por la reina Victoria —la bisabuela del actual rey—, continúa siendo el “paraíso de verano” de la realeza. Es un lugar donde la historia familiar se entrelaza con la imagen pública.
La celebración del cumpleaños de Victoria, el 14 de julio, marca un momento clave. Acompañada de Daniel y sus hijos, Estelle y Oscar, la princesa acoge a los galardonados con el Premio Victoria. De este modo, transmite a las nuevas generaciones los valores de mérito y representación que la monarquía sueca encarna.
El verano de 2025, sin embargo, no fue un periodo de descanso continuo. Victoria y Daniel interrumpieron su estancia en Öland para asistir a actos oficiales de gran relevancia nacional. Entre ellos, el 800.º aniversario de la Catedral de Visby el 27 de julio y la conmemoración del 750.º aniversario de Gamleby el 22 de agosto.
Pero ¿cómo se conocieron Victoriade Suecia y Daniel Westling? ¿Cuáles son los orígenes del consorte de la futura reina de Suecia?
De los bosques de Ockelbo a la capital sueca
Olof Daniel Westling nació el 15 de septiembre de 1973 en Örebro y creció en la pequeña localidad de Ockelbo, en el seno de una familia de raíces agrícolas en Hälsingland. Hijo de Olle Gunnar Westling y Ewa Kristina Westling, empleados en los servicios postales y sociales, recibió una formación marcada por la vida cotidiana. Creció lejos de los salones de palacio.

Estudió en escuelas locales, se graduó en el instituto Hammargymnasiet de Sandviken en 1991 y trabajó en una residencia de ancianos, empleo que retomó antes de iniciar su servicio militar. Cumplió 15 meses en el Regimiento de Hälsinge en Gävle, donde alcanzó el rango de segundo teniente.
Tanto esa etapa en el ejército como su experiencia en el cuidado de mayores y niños con necesidades especiales consolidaron su disciplina y carácter. También reforzaron su vocación de servicio.
El ecuentro entre el empresario y la princesa
En 1994, Daniel Westling se mudó a Estocolmo para formarse en la Lillsved Sports Folk High School, especializándose en liderazgo juvenil con enfoque deportivo. Su pasión por la salud lo llevó a convertirse en instructor de fitness y, en 1997, fundó su propia compañía, abriendo junto a un socio su primer gimnasio, Master Training.

La expansión llegó con la creación en 2006 de Balance, una cadena de alta gama que alcanzó tres locales, 100 empleados y unos 5.000 socios. En ese entorno empresarial conoció en 2001 a la princesa heredera Victoria, quien lo contrató como entrenador personal. El vínculo profesional derivó pronto en romance, revelado por Expressen en 2002.
Tras vender Balance a SATS en 2018, Westling dejó la gestión diaria para dedicarse a sus deberes reales. Sin abandonar su vocación, impulsó programas como el Prince Daniel's Fellowship, que fomenta el emprendimiento, y la fundación Generation Pep, centrada en la salud juvenil.
Un romance desafiante
La relación entre la princesa Victoria y Daniel Westling estuvo marcada por la oposición inicial de la Casa Real. En especial, el rey Carlos XVI Gustavo se mostró reacio a aceptar a un plebeyo y “entrenador físico” como consorte de la heredera.

Durante años, la pareja afrontó disputas familiares y un intenso escrutinio mediático, reflejo del choque entre tradición aristocrática y valores modernos de igualdad.
Finalmente, el 24 de febrero de 2009 se anunció su compromiso, tras obtener el consentimiento del monarca y del Gobierno sueco. En paralelo, Daniel retomó los estudios en el Instituto Karolinska.

La boda se celebró el 19 de junio de 2010 en la Catedral de Estocolmo, con 1.200 invitados de toda Europa. Hubo un gesto simbólico de modernidad: el rey acompañó a Victoria solo hasta la mitad del altar, para que ella y Daniel completaran juntos el camino. Ese día, Westling recibió el título de S.A.R. el príncipe Daniel de Suecia, duque de Västergötland.
Desde entonces, ha apoyado a la princesa en su rol institucional, participa en actos como el Día Nacional y los Nobel, y lidera iniciativas de salud y emprendimiento. La pareja reside en el Palacio de Haga junto a sus hijos, la princesa Estelle (2012) y el príncipe Oscar (2016).
La lucha por la salud y su legado humanitario
Desde los 16 años, el príncipe Daniel ha convivido con una enfermedad renal congénita que en 2009 lo llevó a un trasplante.
El 27 de mayo de ese año, su padre, Olle Westling, le donó un riñón. La operación, mantenida en secreto hasta después del compromiso real, fue un éxito. Según sus propias palabras, se sintió “tan limpio y depurado, fue increíble”.

Aunque en un inicio consideraba el asunto demasiado íntimo para hablar en público, pronto comprendió su valor. Entendió que su experiencia podía visibilizar la donación de órganos. Desde entonces se ha convertido en un referente internacional: es patrón de la International Society of Nephrology y de la fundación More Organ Donation.
Con sentido del humor, suele recordar las bromas con su padre sobre la “calidad” del nuevo riñón, restando dramatismo a la experiencia. Su compromiso con la salud se ha ampliado a otros frentes.
Es presidente honorario de la Fundación Sueca del Corazón y el Pulmón. También recibió un doctorado honorífico del Instituto Karolinska por su labor en defensa de la salud pública.
Controversias, rumores y la transparencia real
Aunque la vida pública del príncipe Daniel ha estado mayormente libre de escándalos, no ha escapado al escrutinio mediático. En agosto de 2023 recibió una multa de tráfico por circular a 87 km/h en un tramo de 80 km/h. La Casa Real confirmó públicamente el incidente menor, demostrando su política de transparencia.

Más grave fue el rumor de divorcio que circuló a comienzos de 2022, con acusaciones de “traición” y supuesta aprobación del rey Carlos XVI Gustavo. La pareja respondió de manera directa a través de un comunicado en Instagram, calificando los rumores de “completamente infundados” y explicando que hablaban “para proteger a nuestra familia”.
Daniel Westling subrayó luego con humor: “no creo que quede una persona sensata que crea en ese rumor”. Este episodio refleja un enfoque proactivo de la monarquía sueca para enfrentar la desinformación y fortalecer la confianza pública.
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