
Lo más oculto de Audrey Hepburn: Un traje y unas lámparas, sus tesoros mejor valorados
El mítico vestido de la actriz frente a la tienda Tiffany se subastó por más de 600.000 euros así como joyas y lámparas
Nueva York de madrugada, un día cualquiera. La 5ª Avenida esta en silencio, con un cierto murmullo de hojas al fondo batidas por un ligero aire y un ruido de gotera de un canalillo con poca densidad de agua. La frenada de un coche, se percibe fácilmente, es un taxi amarillo. Se detiene frente a la joyería de Tiffany.
Una mujer ataviada con un traje negro está abriendo la puerta y desciende una pierna para dejarla caer en el asfalto. Un zapato negro con alto tacón contrarresta su esbelta pierna con la chapa amarilla del vehículo. Es Audrey Hepburn, que se baja, con un vestido de tubo negro de una sencillez espectacular, para disfrutar de un escaparate lleno de piezas coronadas en su mayor parte con diamantes. Situada frente a esta exposición de joyas, observa el brillo estrellado de algunas, en especial, las que contienen los brillantes que desea poseer.
Todo un momento histórico, que plasmó en el cine, para la eternidad el famoso director, Blake Edwards. Todo estaba coordinado, la hora, el taxi, la actriz, el escaparate y el traje, que en estos momentos ha salido a subasta por una cifra increíble, para un “simple traje de satén”.

Este atuendo, ahora legendario, es obra de Hubert de Givenchy. Un vestido de satén, hecho a medida para la actriz. Elegantemente vestida, -Holly Golightly– su personaje en la película, también lucía un collar de Tiffany con múltiples filas de perlas. Y un broche en el pelo que atestiguan la probable noche social que acaba de pasar.
Los complementos tampoco eran para despreciar, y no se quedaron atrás por su espectacularidad. Eran unas joyas que Tiffany & Co facilitó a la productora para la imagen promocional de la cinta. El collar disponía de un diamante amarillo. El más grande jamás encontrado que solo se utilizó dos veces desde que fue descubierto en una mina sudafricana.
Blake Edwards estrenó esta película en 1961. Es, ha sido y será siempre un referente en el cine con la escena detallada de la actriz en el escaparate de Tiffany. Creando una postal en la imaginación de los espectadores para siempre, como sucede en otras películas. Y es que una “una escena vale, más que mil películas”. Escenas de segundos, que quedan para la posteridad, como el caso de “Lo que el viento se llevó”, con el juramento de Olivia de Havilland. “… Juro por Dios que no volveré a pasar hambre” y un brazo extendido con arena en el puño hace fuerza hacia el cielo, advirtiendo que su vida iba a cambiar radicalmente.
También digno de recordar, la ducha de “Psicosis” de Alfred Hitchcock, y el desgarrador cuchillo. O más actual la escena de "Los puentes de Madison". En su final con una lluvia intensa, con Clint Eastwood, metido en su coche y frente a un semáforo y en otro vehículo, Meryl Streep y dejándonos la duda de, ¿se bajará o no, o se irá con su marido o no?. Es el semáforo el que crea la intensidad de la escena, su luz roja nos paraliza y nos sobrecoge a la espera de la luz verde que dará paso a la situación. Son segundos intensos, “un mundo”. El resto, ya es historia. Todos sabemos cómo acaba y donde lleva el amor, al placer o la tortura.
Muchas han sido a lo largo de la historia del cine, las escenas que nos hacen recordar toda una película. Es ese sentimiento emocional que nos hace sentirnos protagonistas del momento, o envidiar el no serlo.
El vestido negro de Audrey Hepburn
En el caso que nos ocupa, “el vestidito negro de Audrey Hepburn” pertenece al concepto del "little black dress" que nació en los años 20 bajo el impulso de Coco Chanel. Fue para “Diamants sur canapé” (título en francés) y su musa de toda la vida. Hubert de Givenchy retomó la idea de una pieza atemporal de innegable elegancia imaginando un vestido tubo con aberturas minimalistas en la espalda.
Riccardo Tisci, director artístico de Givenchy & Co, describe el vestido como un ejemplo perfecto de los años 60. Austero en la parte delantera, delicado, sensual y parisino en la parte trasera. Aunque el peculiar atuendo de Holly Golightly no se parece en nada al que te pones en las mañanas en las que falta inspiración, este vestido icónico ha anclado el pequeño vestido negro en la mente de todos como un básico atemporal. Para la película, Hubert de Givenchy creó otro vestido, también negro y sin mangas, hecho de seda ampollada. Y llevado por Audrey Hepburn con un sombrero de ala ancha y su tradicional par de guantes negros.

Cuando Truman Capote escribió “Desayuno con diamantes” estaba lejos de imaginar a Audrey Hepburn en el papel de Holly. En la mente del autor, esta Marilyn Monroe, rubia y menos tersa que la primera, era quien encarnaría a la prostituta. Sin embargo, ella fue la elegida por Blake Edwards cuando Marilyn Monroe rechazó el contrato. Después de interpretar a una princesa en la película, “Vacaciones en Roma”, o a la hija de un conductor en “Sabrina”, la actriz recibe con los brazos abiertos la oportunidad de expresarse en un papel más excéntrico. En sus propias palabras: “Fue agradable alejarse de este aspecto tan decente de una princesa".
Para darle a Holly ese toque de locura, Audrey Hepburn se deja teñir de rubio unos mechones de pelo. El personaje de Capote organiza fiestas locas en el corazón de su apartamento de Nueva York y no duda en hacer todo lo posible cada vez. Y el vestido negro de Givenchy pone el tono de su personalidad glamurosa al extremo.
Tres ejemplares del icónico vestido negro de “Desayuno con diamantes”, circulan por todo el mundo. Uno se conserva preciosamente en la casa de Givenchy. Otro se exhibe en el Museo del Traje de Madrid. Y el último fue vendido en una subasta por Christie's por más de 607.000 euros en 2006. Esta cantidad es la más alta hasta la fecha de subasta por un traje. Las ganancias fueron donadas por Givenchy, para los Niños de la “Fundación City of Joy”, en Calcuta.
La historia de Tiffany, sus joyas y lámparas de lujo
Tiffany no solo era moda, perfumes y joyas. Su origen data del siglo XIX. Concretamente, fue Charles Lewis Tiffany, diseñador de joyas de alta calidad, quien inició lo que se empezó a llamar Tiffany & CO.
Y su hijo un pintor, Louis Comfort Tiffany, nacido en Nueva York en 1848, fue destacado artista diseñador, pintor, fotógrafo, decorador, vidriero de joyas. Muy conocido por sus trabajos en vidrio y es el artista de Estados Unidos que más se asocia con el movimiento “art nouveau”.

Su primer entrenamiento artístico fue como pintor, estudiando con George Inness y Samuel Coleman en la ciudad de Nueva York y con León Bailly en París.
Registró el término “favrile” el 13 de noviembre de 1894. Luego extendió la utilización de este vocablo a toda su producción de vidrios, esmaltes y cerámicas. Las primeras lámparas producidas comercialmente son aproximadamente del año 1895. Gran parte de la producción de su empresa se centraba en la realización de vitrales para ventanas y la creación de lámparas. Aunque su compañía diseñaba una completa gama de objetos de decoración para interiores. En su momento cumbre, su fábrica tuvo más de 300 artesanos.

Las lámparas Tiffany son un estilo de la lámpara originalmente diseñadas y pupularizadas por Louis Tiffany. Era el hijo de Charles Lewis Tiffany, famoso por ser el propietario de la firma de joyería, Tiffany y Co. Entre sus clientes se incluye a aristócratas, presidentes y hasta la Reina Victoria de Inglaterra.
Louis C. Tiffany se negó a seguir los pasos de su padre. Le encantaba viajar, y sus viajes influyeron en su obra. Sobre todo cuando comenzó a interesarse por el vidrio medieval.

Este interés por la fabricación del vidrio trabajado llevó a Tiffany a otro de sus intereses: el diseño de interiores. El objetivo de Tiffany era aumentar y difundir el estado de las artes decorativas al nivel de las bellas artes. Puso en el mundo entero, sus célebres lámparas en las mesillas de noche, con su peculiar forma de seta y de pantalla multicolor de cristales emplomados.
Este nuevo estilo de iluminación es una invasión. Incluso se llegan a montar restaurantes, salones de té y discotecas. Se incorpora a los estilos que van naciendo y se acopla perfectamente en sus diseños al resto como en el “art Nouvole”. Perdurando el estilo “Faverce” por tiempo ilimitado, entrando en lo que sería adquirido por la nueva progresía de la posguerra en 1945.

Igualmente se mezcla con el “art decó” que se incorpora desde 1930 a 1939. Volviendo a resurgir de forma total, en todos los conceptos de creación de lámparas, vidrieras, cuadros en la década de los 50.
Igual que el traje de Audrey Hepburn, subastado por más de 600.000 euros. Existen lámparas guardadas por “avispados coleccionistas”, que gozan de un valor incalculable. Hay que tener en cuenta que la fabricación de estas lámparas era de una a una. Para ello Louis Tiffany, tenía una plantilla de 600 empleados.
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