Los secretos del actor de Hollywood James Dean, el icono gay encubierto
Un nuevo libro revela que el actor James Dean sufrió chantajes sobre su sexualidad, que aún así ocultó
Una muerte inesperada acabó con el actor de Hollywood de los años 50 James Dean. Una vida breve pero intensa, tanto delante como detrás de las cámaras.
Dean, al que llamaban Jimmy, consiguió abrirse camino en el mundo del cine y triunfar. Algunas de sus interpretaciones siguen siendo recordadas. Entre ellas, Al este del Edén, Rebelde sin causa o Gigante.
Además del cine, Jimmy era un apasionado de los coches y las carreras. De hecho, con las ganancias de su interpretación en Al este del Edén se compró varios coches, entre ellos, un Porsche 356. Su deseo era dedicarse al mundo de la velocidad de manera más profesional, aunque al principio tuviera que compaginarlo con su trabajo como actor.
Y parecía no irle mal. Dean participó en varias carreras consiguiendo buenas puntuaciones.
El legado de James Dean en el automovilismo, aunque breve, refleja su espíritu indomable y su amor por el riesgo. Una faceta que complementa su iconografía como uno de los rebeldes más recordados del cine y la cultura.
Sin embargo, su trayectoria automovilística se vio interrumpida cuando Warner Brothers le prohibió participar en competiciones mientras grababa la película Gigante, película que coprotagonizó con Rock Hudson y Elizabeth Taylor. Dean accedió, pero para compensar el "disgusto" se compró otro Porsche. Un 550.
Un accidente mortal
A mediados de septiembre de 1955 Dean participó en una campaña publicitaria en la que instaba a los jóvenes a conducir con prudencia. A pesar de sus propias advertencias, su pasión por la velocidad lo llevó a competir en una carrera en Salinas, cerca de San Francisco, al acabar el rodaje de la película.
Para llegar a Salinas, el 30 de septiembre Dean decidió conducir el Porsche desde Los Ángeles. Su intención era rodar el coche y acostumbrarse a su motor de alto rendimiento. Iba acompañado de Wütherich, su mecánico, con quien tomó la carretera costera.
En el cruce de las rutas 41 y 46, en Cholame, California, un Ford Tudor 1950, conducido por un joven, se cruzó en su camino a gran velocidad. Dean intentó esquivar el impacto, pero fue en vano. El Porsche chocó frontal y lateralmente contra el Ford.
Testigos del accidente, incluidos transeúntes y una enfermera que llegó al lugar, encontraron a Dean con el cuello fracturado y un pulso débil. Perdió la vida de manera instantánea. Tenía 24 años.
Su mecánico, Wütherich, salió despedido del coche, sufriendo múltiples fracturas, mientras que el conductor del Ford sobrevivió con heridas leves.
La muerte de James Dean marcó el fin de una prometedora carrera cinematográfica y quién sabe si automovilística. En 1977, se inauguró un memorial en su honor cerca del lugar del accidente.
Otras teorías sobre su muerte
Su muerte desde entonces ha dado pie a especulaciones y teorías durante décadas.
En 2005, el canal británico Channel 5 emitió un documental que reabrió el debate sobre los hechos que rodearon su fallecimiento. En dicho programa se presentaron nuevos detalles que pusieron en duda la versión oficial.
Según el documental, Dean no intentó esquivar el Ford Tudor, sino que frenó abruptamente el Porsche 550 Spyder que conducía. Los análisis sugieren que Jimmy no murió instantáneamente, como se creía, sino que salió despedido del vehículo, impactando contra el parabrisas del Ford. Su cuerpo rebotó en el Ford y cayó hacia el interior del Porsche, quedándose en el asiento del copiloto.
Bill Hickman era amigo cercano del actor y fue uno de los primeros en llegar al lugar del accidente. Afirmó que encontró a Dean aún con vida y que este murió en sus brazos minutos después.
El conductor del Ford declaró que no vio el vehículo de Dean aproximarse y que observó cómo dos cuerpos salían del Porsche durante el choque. El del mecánico Rolf Wütherich, que fue arrojado a la cuneta, y otro que, según él, impactó sobre su coche antes de caer nuevamente al interior del Spyder.
A raíz de los datos que arroja el informe del documental, algunos empezaron a especular si el actor buscaba suicidarse. Una teoria que se basaba en detalles de la tragedia, como que Dean no maniobró para esquivar al Ford, según declaraciones de su mecánico.
Además, días antes del accidente visitó a amigos a modo de 'despedida'. E incluso dejó a su gato al cuidado de Elizabeth Taylor, por si le pasaba algo en la carrera.
Sin embargo, esta teoría no cuenta con muchos apoyos. Consideran improbable que Dean arriesgara intencionalmente la vida de su copiloto y la del conductor del otro vehículo. Además, los frenazos registrados en la carretera indican que el actor intentó evitar el impacto.
Rebeldía, experimentación y amores secretos apasionados
El carácter de Dean, sus relaciones y su manera de ver la vida y el amor continúan siendo objeto de estudio y fascinación.
Casi siete décadas después de morir sigue estando presente por su idea de la sexualidad. Siempre que se le preguntaba si era o no homosexual respondía que no, pero que no iría “con una mano atada a la espalda”. Una visión que en aquella época era mucho más abierta de lo normal, y más aún en el universo Hollywood.
Aunque fue conocido su apasionado y tenso romance con la actriz Pier Angeli, el director Nicholas Ray afirmó que Dean era gay. Sin embargo, el autor John Howlett dijo que era bisexual. George Perry, en la biografía que escribió, se plantea que Dean estaba simplemente explorando y experimentando.
La actriz Elizabeth Taylor, amiga cercana de Dean durante el rodaje de Gigante, aseguró en 2001 que era gay.
Tras publicarse el libro 'Jimmy: The Secret Life of James Dean', de Jason Colavito, se conocieron más detalles de su comentada sexualidad. En él se narra una supuesta relación con el ejecutivo Rogers Brackett, quien le habría chantajeado con destruir su carrera. Dean conoció a Brackett, un importante empresario, cuando trabajaba como aparcacoches.
Antes de que se estrenase su primera película con un papel importante, Al Este del Edén, Brackett le habría exigido 1.200 dólares como compensación al apoyo económico que él le había brindado en sus inicios como actor. Brackett denunció, lo que ponía en peligro la carrera de Dean, que acordó pagar 800 dólares para guardar su silencio. Un chantaje que conocían varias personas que evitaron con esfuerzo que saliese a la luz.
En el libro publicado en 2016, 'James Dean: Tomorrow Never Comes', de Darwin Porter y Danforth Prince, se habla de una relación meramente sexual y con aires sadomasoquistas con el conocido actor Marlon Brando.
Algunos piensan que sus prácticas gays se debían únicamente al interés profesional. Otros lo catalogan como bisexual y otros tantos de gay, como es el caso de su íntima amiga Elizabeth Taylor.
Lo cierto es que su espíritu libre y su capacidad para desafiar las normas lo han convertido en un icono de rebeldía y autenticidad. Hoy, más que una estrella de cine, James Dean es un símbolo de desafío a los convencionalismos de la época, cuya influencia trasciende generaciones.
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