
Los hijos de Julio Iglesias le 'ganan' en amores: El romance de Miguel en Marbella
Miguel Iglesias, empresario inmobiliario, vive un verano de amor con Julie Steen mientras su padre se aleja de los focos
Bajo el sol del Mediterráneo y la mirada curiosa de los medios, Miguel Iglesias (27), el primogénito de Julio Iglesias (81) y Miranda Rijnsburger (59), ha reaparecido este verano en Marbella. Lo hizo junto a su pareja, la elegante empresaria noruega Julie Steen (23). La joven pareja, que alterna Miami con visitas periódicas a la finca familiar de Ojén, Málaga, se ha convertido en el rostro más visible de la nueva generación del clan Iglesias.

Su escapada romántica fue documentada en redes con declaraciones como “te quiero mi amor”. También compartieron imágenes de lujosos obsequios de Fendi. Esto ha despertado nuevamente el interés por una familia que, pese al paso del tiempo, no deja de generar titulares.
Julie, fundadora de la firma de moda Stella Marzena, representa esa mezcla de discreción y sofisticación. Esa combinación parece haberse convertido en la nueva seña de identidad de los hijos menores del artista. Sin embargo, el idilio de verano en la Costa del Sol es apenas una pincelada dentro del gran retrato familiar de Julio Iglesias. En 2025, a sus 81 años, vive alejado de los escenarios en Punta Cana, entre rumores de salud y un silencio mediático casi total.
Julio Iglesias: el patriarca que observa en silencio
Retirado de la vida pública desde hace más de un año, Julio Iglesias afronta su vejez con serenidad. Según fuentes cercanas, aunque padece de problemas de columna y cierto desgaste físico, se encuentra “de buen humor” y mantiene una relación estrecha con sus hijos más pequeños.

Esta cercanía contrasta con el vínculo más distante, y en algunos casos prácticamente inexistente, que mantiene con sus hijos mayores, especialmente Enrique, con quien no tiene contacto desde hace años.
Dos ramas, dos mundos: la familia Preysler y los Rijnsburger
La vida del cantante se bifurca claramente en dos ramas familiares. De su matrimonio con Isabel Preysler nacieron Chábeli, Julio José y Enrique. De su relación con Miranda Rijnsburger, en cambio, surgieron cinco hijos: MiguelAlejandro, Rodrigo, las gemelas Cristina y Victoria, y Guillermo.

Los hijos del primer matrimonio crecieron bajo el escrutinio mediático y han tenido carreras más vinculadas al espectáculo. Julio José, por ejemplo, ha combinado la música con la televisión y actualmente presenta junto a su hermana el programa ‘Hermanos a la obra’ en TVE. Por su parte, Chábeli, instalada en Miami, ha optado por la discreción mientras mantiene un próspero negocio de decoración.
Enrique Iglesias, el más exitoso a nivel musical, cumple este año 50 y ha confirmado su regreso a los escenarios españoles con un concierto en Las Palmas de Gran Canaria. No obstante, sigue firme en su decisión de blindar su vida personal. Vive con Anna Kournikova y sus tres hijos en la exclusiva isla de ‘Indian Creek’ (Miami). Poco se sabe de su relación con sus hermanos o con su padre.
La nueva generación: entre la discreción y la reinvención
Los hijos de Miranda Rijnsburger han optado por una vida más reservada, aunque algunos comienzan a trazar sus propios caminos públicos. Miguel, centrado en el sector inmobiliario, es quizás el más expuesto mediáticamente por su relación con Julie Steen. Rodrigo, guitarrista aficionado y decidido a seguir el legado musical familiar, aspira a hacer carrera propia en la música. Sueña con ser la “siguiente generación de los Iglesias”.

Cristina y Victoria, las gemelas, intentaron abrirse paso en las redes sociales y la moda. Tras un negocio fallido, han optado por centrarse en sus estudios universitarios en diseño y moda, respectivamente. En 2025, residen entre Nueva York y Miami, alejadas de los focos.
El benjamín, Guillermo, acaba de cumplir 18 años. Aunque mantiene un perfil bajo, muestra dotes musicales, especialmente con la batería, que podrían convertirlo en el próximo heredero del talento artístico familiar.
Una fractura emocional que persiste
Pese a la fama y los lujos, la familia Iglesias no ha estado exenta de fracturas emocionales profundas. Una de las más evidentes es la falta de relación entre los hijos de Isabel Preysler y los de Miranda Rijnsburger. Según ha revelado el propio Julio José, no existe prácticamente contacto entre ambos núcleos familiares, y tampoco lo hubo en eventos clave como su boda.
Esta distancia parece tener su origen en los años ochenta. Isabel Preysler, tras el secuestro de su suegro el doctor Iglesias Puga a manos de ETA, decidió enviar a sus hijos a vivir con el cantante a Miami. El traslado forzoso fue, según los protagonistas, “muy duro” y dejó una huella emocional que aún persiste.

A medio camino entre el ‘glamour’, la discreción y los vínculos rotos, el clan Iglesias sigue cautivando al público. Mientras algunos de sus miembros encuentran en el apellido una plataforma para reinventarse, otros lo llevan como un peso del que prefieren apartarse.
Con Julio Iglesias en un retiro cada vez más profundo y silencioso, sus hijos escriben sus propias historias. Algunas, como la de Miguel y Julie en Marbella, son de amor moderno bajo el sol de la Costa del Sol. Otras, como las de Enrique, Julio José o Chábeli, son relatos de éxito, independencia o reconciliación con su identidad.
Lo cierto es que, cuatro décadas después del inicio del fenómeno Iglesias, esta dinastía sigue demostrando que, en el terreno de la fama, el apellido puede ser tan determinante como impredecible.
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