
La 'guerra' de los Caballé: Así viven hoy de distanciados los familiares de la soprano
La división familiar tras la muerte del mito de la ópera deja a su hermano Carlos al borde del desahucio y al clan roto
La polémica en torno a la herencia de Montserrat Caballé sigue generando interrogantes siete años después de su muerte. A pesar de que durante décadas generó un importante patrimonio gracias a su carrera , el paradero de parte de su fortuna continúa sin esclarecer. ¿Dónde está el dinero de Caballé?. La pregunta resurge con fuerza tras conocerse el inminente desahucio de su hermano Carlos, quien además fue su representante artístico.
En medio de este proceso judicial, afloran viejas rencillas familiares. Una gestión desigual del legado y un clima de distanciamiento entre los herederos que pone en duda la continuidad de la obra que la soprano quiso proteger.
La figura de Montserrat Caballé, una de las sopranos más destacadas del siglo XX, sigue brillando en los escenarios y las discografías. Pero su legado familiar afronta ahora una de sus mayores crisis. La sede de la fundación que lleva su nombre y la vivienda de su hermano Carlos afrontan un desahucio por impago de más de 41 000 €.

Al mismo tiempo, diversos miembros de la familia Caballé permanecen alejados del foco mediático. Entre tensiones internas, disputas patrimoniales y un creciente distanciamiento entre generaciones que pone en riesgo la continuidad de su legado artístico y humano.
La soprano falleció en octubre de 2018, dejando un legado artístico de enorme valor cultural, acompañado por un patrimonio estimado de 30 millones de dólares.
Su voluntad fue preservar su obra a través de una fundación que llevara su nombre. La distribución legal de sus bienes se realizó entre sus herederos forzosos: su esposo, el tenor Bernabé Martí (fallecido en 2022), y sus dos hijos, Montserrat y Bernabé Jr. No se conocen disposiciones testamentarias específicas que beneficiaran a su hermano Carlos, ni a otros miembros colaterales.
Montserrat "Montsita" Martí Caballé: Música y gestión desde las sombras
Hija mayor de la soprano, Montsita ha desarrollado su propia carrera como cantante lírica, aunque a menor escala que su madre. Actualmente, ejerce también como administradora única de Forestal Sannari S.L., sociedad que gestiona la finca de Les Llosses (Barcelona), propiedad familiar de 354 hectáreas.

Pese a su rol como gestora de un importante activo patrimonial, su implicación pública con la Fundación Montserrat Caballé ha sido discreta. No ha realizado declaraciones respecto al desahucio de su tío Carlos ni a la difícil situación financiera de la fundación. Algo que según muchas voces es síntoma de la brecha familiar existente entre los Caballé
Bernabé Martí Caballé Jr.: Discreción empresarial
El hermano menor de Montsita, Bernabé Jr., mantiene un perfil aún más bajo. Aparece vinculado a sociedades patrimoniales junto a su hermana, con actividades inmobiliarias. Pero no figura como portavoz ni responsable de la fundación.

Su ausencia pública frente a los impagos que afectan a la entidad y a su tío han sido interpretados como una muestra del distanciamiento operativo dentro del clan.
Carlos Caballé Folch: El hermano desahuciado
Carlos Caballé es el hermano menor de Montserrat Caballé, fue durante décadas su representante artístico. Tras la muerte de la soprano, cofundó la Fundación Privada Montserrat Caballé en 2019. Ha sido una figura clave en la gestión diaria de la sede ubicada en la calle Muntaner de Barcelona, que también ha sido su residencia.

Actualmente, a sus 81 años, afronta una orden judicial de desahucio junto a la fundación por impagos acumulados. Según su abogado de oficio, vive con menos de 1.000 euros mensuales y no cuenta con alternativa habitacional. Lo que ha motivado una petición de suspensión del lanzamiento por vulnerabilidad social.
Montserrat Caballé Claus: La sobrina gestora
Hija de Carlos y sobrina de Montserrat, ejerce como presidenta de la fundación desde su creación. También participó en la reactivación del Concurso Internacional de Canto Montserrat Caballé en 2021 y 2022.

Es, junto a su padre, la figura más visible en la defensa del proyecto. Emitió recientemente un comunicado asegurando que el desahucio es un asunto administrativo sin fractura familiar. Pero sin explicar por qué no se ha logrado evitar el impago del alquiler durante más de un año. Su papel es clave en la continuidad institucional del legado, aunque su margen de acción parece limitado por la falta de apoyos financieros.
El testimonio del sobrino-nieto Carlos: Una herida generacional
Esta semana, un joven llamado Carlos, de 25 años, irrumpió en el espacio mediático a través del programa TardeAR (Telecinco). Asegura ser sobrino-nieto de la soprano e hijo de un sobrino de Montserrat. En su intervención, afirmó que tras la separación de sus padres siendo niño, su padre (miembro del clan Caballé) dejó de asumir cualquier responsabilidad. “Esa familia se desentendió de mí desde muy pequeño”, declaró.
Carlos reclama más de 70.000 € en concepto de pensiones alimenticias impagadas, según su madre. Afirma que desde los 13 o 14 años no volvió a ver a su progenitor. Vivió una infancia sostenida únicamente por su madre en Madrid, mientras el resto de la familia residía en Barcelona.

Dice haber intentado contactar con la familia paterna en varias ocasiones, sin obtener respuesta. “Mi tía Montserrat me ayudaba cuando era pequeño, pero todo cambió tras el divorcio”, declaró. Carlos también expresó su deseo de conocer a su medio hermano -hijo de su padre-, a quien no ha tenido oportunidad de tratar.
Este testimonio aporta una nueva dimensión al caso: sugiere una fractura generacional y afectiva en el seno de los Caballé, más allá del ámbito patrimonial. Su llamamiento público para restablecer contacto con su familia añade presión sobre un clan que, mientras enfrenta impagos y desahucios, también arrastra cuentas emocionales pendientes.
Una herencia en disputa, un legado en peligro
La Fundación Montserrat Caballé se creó para perpetuar el legado artístico de la soprano, pero cinco años después de su nacimiento, atraviesa una crisis estructural. La falta de coordinación entre los herederos, el silencio institucional ante el desahucio, la ausencia de recursos de emergencia y la nula respuesta ante testimonios como el del joven Carlos muestran una familia dividida, al menos en lo operativo y emocional.
Más allá de los bienes y los títulos, lo que está en juego es la capacidad de preservar la obra y figura de Montserrat Caballé. Si no hay un cambio en la gestión, una reconciliación interna y un refuerzo institucional, el legado de una de las voces más poderosas del siglo XX corre el riesgo de perderse entre ruinas, pleitos y silencios.
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