Elio Berhanyer, diseñador español y amigo cercano de Charo Palacios
Elio Berhanyer diseñó para Charo Palacios y Doña Sofía en eventos oficiales.
Era un referente de la moda en España. Inseparable de su Kipa, accesorio de origen judío, y el bastón, el diseñador Elio Berhanyer se consagró como uno de los maestros de la aguja que incluso traspasó las fronteras nacionales. El 24 de enero de 2019 fallecía en su casa de Madrid y el mundo de la moda, se tiñó de luto.
Su nombre no solo estuvo vinculado a la alta costura sino también a grandes personalidades de la alta sociedad, cultura nacional e incluso la realeza. Las mujeres querían ponerse en sus manos puesto que el modisto cordobés conocía a la perfección como sacarle el máximo partido a la elegancia femenina.
La vida de Elio Berhanyer está llena de historias increíbles. Una de ellas fue su matrimonio con la colombiana Mercedes Lotero, a quien conoció por medio de un amigo con quien compartía piso, y pasó por el altar en una boda que ofició un cura conocido como el ‘che guevara de los católicos’. A Lotero, de la que se separó poco después del enlace marchándose a vivir a Marbella, no le gustaban sus diseños y fue con quien tuvo a sus dos hijos, Pablo Elio y Juan Carlos.
“Pasé mucha hambre y miseria”
Hasta que en 1959 el diseñador Elio Berhanyer comenzara su meteórica carrera en el mundo de la moda, no lo tuvo nada fácil. El modisto nacido, en 1929 en la provincia de Córdoba, bajo el nombre de Elio Berenguer, tenía diez años cuando finalizó la Guerra Civil y tuvo que hacer frente al fallecimiento de su padre, Juan Berenguer Lobo, quien fue fusilado por el bando sublevado. Aquella muerte, por la que quedó huérfano de padre a los seis años, le acompañó toda la vida.
El diseñador Elio Berhanyer.
Tal y como declaró a XL Semanal, durante la Posguerra “pasé mucha hambre y miseria”. Por ello, se vió obligado a sobrevivir y aceptó un trabajo que le ofrece su tío, Andrés Berenguer Lobo en la lechería familiar que tenían en la ciudad de Sevilla e incluso llegó a llevar botellas de leche en una carretilla al rey Alfonso XIII. Allí, hace muy buenas migas con su prima Natividad con quien empieza a dibujar sus primeros bocetos. Tras su estancia en la Ciudad Hispalense, el modisto decide trasladarse a Madrid y es en la capital donde reafirma su pasión por la moda.
‘Genio de la alta costura’
En plena década de los cincuenta la alta costura española se encuentra en plena efervescencia de la mano de nombres como Manuel Pertegaz, Herrera y Ollero o Cristóbal Balenciaga, quienes firman los modelos que llevan la flor y nata de la alta sociedad nacional. A finales de la década, el modisto inaugura su propia firma y comienza una fulgurante trayectoria en el sector.
En 1960 da el salto a la alta costura, caracterizada por un nuevo sentido de la elegancia. Además de además de orientar sus diseños hacia figuras de la jet-set, la influencia de la nueva época, en la que predominaba el estilo ye-ye, facilitó al modisto crear modelos focalizados en un público más juvenil. Esta versatilidad le valió para que los cronistas de la época le tildaran de ‘genio de la alta costura’.
A principios de la década de los setenta, época en la que España ya iba encaminada hacia la Democracia y en la que el turismo se convirtió en uno de los campos que, el Régimen comenzó a explotar. Las azafatas de la aerolínea Iberia eran la viva imagen del desarrollismo y por tanto, su estilismo iba a ser examinado con lupa. El diseñador cordobés fue el elegido para firmarlos uniformes de las azafatas de la compañía. Este trabajo le fue reconocido internacionalmente y volvió a repetir tanto en 1977 como en 1983.
Elio Berhanyer junto a varias modelos, entre las que figura la Condesa de Montarco.
Fue uno de los primeros diseñadores que comenzó a firmar colecciones de prêt a porter y como pionero y, ante los tiempos cambiantes, le siguieron otros muchos ‘colegas de profesión’. De hecho, en plena Transición, concretamente en 1978, echó el cierre a su atelier para centrar sus esfuerzos en el prêt-à-porter.
La carrera de Elio no solo tuvo éxito en España sino que traspasó fronteras. Sus diseños llegaron a aparecer en las ediciones americanas de las principales cabeceras de moda como Vogue o Harper´s Bazaar. Recibió múltiples y jugosas ofertas para trabajar en las casas delos creadores Elizabeth Arden u Oscar de la Renta. Sin embargo, jamás sucumbió a la idea de dejar España.
De Ava Gardner a Doña Sofía, las mujeres de Elio
La destreza de Elio Berhanyer en realzar la figura femenina llegó a oídos de grandes personalidades, las cuales no dudaron en ponerse en sus manos. La lista es muy amplia. La diva y actriz Ava Gadner fue una de ellas, a quien conoció cuando rodaba en Madrid la película ’55 días en Pekín’. Berhanyer afirmó que Gadner “era la mujer más guapa que había vestido”. "Venía a probarse a las siete de la mañana, con la cara lavada y nos hicimos amigos. Cuando terminaba el rodaje nos íbamos al tablao Zambra y, a veces, seguíamos de juerga en su apartamento. Yo me cabreaba con ella porque, a veces, bebía mucho, pero era maravillosa", afirmó el modisto. Además de la diva, del mundo del cine vistió a la actriz Concha Velasco, Sofía Loren, Cyd Charisse, Conchita Montes, Lola Flores o Victoria Vera.
Berhanyer no solo tuvo presencia en el mundo de la cultura puesto que era uno de los diseñadores más cotizados entre las ‘señoras’ de la aristocracia nacional y muchas de ellas, consideradas las más elegantes de la época. Él fue quien lanzó internacionalmente a Naty Abascal, duquesa de Feria, Aline Griffith, condesa de Romanones, “amaba sus diseños”, la Marquesa de Llanzol acudía a su atelier y la Duquesa de Alba, posaba con sus diseños.
Fueron muchas, las mujeres de la alta sociedad que sucumbieron al arte de Elio Berhanyer. El creador se convirtió en el exclusivo modisto de la nobleza e incluso de la realeza. Las mujeres de la familia real española no hicieron ‘oídos sordos’ a la maestría del diseñador cordobés.
La infanta Pilar, hermana de Don Juan Carlos, acudía a su atelier con asiduidad para que Elio confeccionara algunos de sus estilismos más recordados e incluso la hija de Don Juan le regaló, una pequeña lupa que el diseñador llevaba colgada al cuello. Aunque, sin duda, una de las clientas más especiales que tuvo el diseñador fue Doña Sofía de Grecia.
Desde que se casara con Don Juan Carlos, el diseñador cordobés fue el responsable, durante 12 años, de confeccionar los estilismos que la reina Emérita llevaba en las visitas de Estado y cenas de gala. De Elio, también es el vestido amarillo de lunares que la madre de Felipe VI lució en la comunión de su hija, la infanta Cristina en 1973.
Según las malas lenguas, la relación que mantenían el diseñador y Doña Sofía se rompió debido a un problema personal. No obstante, esta información jamás se ha confirmado y de hecho Berhanyer siempre ha alabado a la monarca. “Para mí ha sido un verdadero lujo poder vestir a Su Majestad. Lo hice hasta que cerré la alta costura. En cuestión de vestir, es una mujer que sabe muy bien lo que quiere, que toma sus propias decisiones, no le gusta la pompa, ni los atrevimientos… Es más que una clienta. Siempre le he tenido mucho respeto. Cada vez que era mi cumpleaños, recibía una llamada de la Casa Real, con la propia reina Sofía felicitándome”, declaró el diseñador.
La condesa de Montarco, su musa
“Todavía recuerdo cuando Elio venía a casa siendo yo niña para buscar a mi madre y yo me quedaba en pijama hablando con él mientras se tomaba un jerez; es entretenidísimo”, estas fueron las palabras que la aristócrata Alejandra de Rojas, hija de la condesa de Montarco, concedió en una entrevista para la revista Vogue.
Elio Berhanyer y Charo Palacios.
El vínculo del diseñador cordobés con Charo Palacios fue más allá de las agujas y los bocetos. Se convirtió en una amistad inquebrantable e incluso la condesa viuda de Montarco fue durante muchos años, musa del diseñador. Charo Palacios conoció a Elio Berhanyer a principios de la década de los sesenta en la embajada turca de España y por aquel entonces, ya trabajaba como modelo. A los 22 años comenzó a desfilar para él y el debut fue un completo desastre. Sin embargo, se convirtió en la mejor relaciones públicas de la firma.
La pasión por la moda de la condesa viuda de Montarco fue heredada por su hija Alejandra quien, además sentía un gran cariño por Berhanyer con quien además, compartía el gusto por los felinos. “Los adoraba y llegó a tener un guepardo que le regaló Miguel de la Quadra-Salcedo”, afirmó la empresaria de moda. La aristócrata falleció en 2016, tres años antes de su íntimo amigo.
Víctima de la crisis
Como muchos nombres vinculados a la moda fue víctima de la recesión económica del año 2008. Dos años después se vió obligado a echar el cierre a su taller. Una amarga despedida en un mundo que le vió progresar y crecer durante seis décadas. No obstante, su trabajo siguió siendo homenajeado así como premiado. Uno de ellos y el más especial, en 2017 en Córdoba, su tierra natal, el cual agradeció visiblemente emocionado.
Con más de 22.000 trajes y más de 100 colecciones, la figura de Elio Berhanyer es todavía reconocida como uno de los grandes ya que, creatividad y fuerza de voluntad encomiables fraguaron el triunfo de un niño de Posguerra que cenó frente a Greta Garbo en Nueva York, logró vestir a Ava Gadner y a la reina Emérita, Doña Sofía.
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