Diez años del mandato del Papa Francisco, el revolucionario que llegó al Vaticano
En esta década, Jorge Bergoglio ha intentado nombrar a mujeres en cargos de la Santa Sede y modernizar la Iglesia
Hace 10 años, el argentino Jorge Mario Bergoglio, era nombrado por primera vez como Papa Francisco. Convirtiéndose así en el primer latinoamericano, primer jesuita y primer pontífice con una nacionalidad de fuera de Europa desde el siglo VIII al mando de la Iglesia Católica.
El 13 de marzo de 2013, el Papa Francisco comenzó su mandato con un primer mensaje: “Rezad por mí”. Su inicio estuvo marcado por una particularidad que no sucedía desde 1294, comenzó conviviendo con su antecesor a lo largo de casi la totalidad de su mandato. A lo largo de estos diez años, Francisco sigue manteniendo los mismos deseos y objetivos: conseguir una institución más transparente y “moderna”.
El último periodo de Benedicto XVI al mando de la Iglesia había dejado innumerables escándalos de corrupción y pederastia. Francisco quiso marcar su mandato desde una perspectiva humilde y desde el acercamiento de la fe hacia la gente. A lo largo de estos diez años ha estado actuando bajo el propósito de intentar transformar la institución. Se ha posicionado partidario a la abolición de las leyes que penalizan la homosexualidad, ha criticado abiertamente el capitalismo, ha puesto en cuestión el celibato o el papel de la mujer en la sociedad y dentro de la Iglesia, ha hablado sobre el aborto, ha intentado establecer medidas para frenar los casos de pederastia dentro de la institución… En general siempre ha estado muy pendiente de los temas actuales de la sociedad.
Estos años han estado caracterizados por el intento incesante de reformar la curia debido al aumento de casos de pederastia. En 2019, Francisco eliminó el secreto pontificio para los casos de pederastia y acrecentó las penas a estos. En su primer año de pontificado, Francisco aprobó la creación de una Comisión para la Protección de Menores contra la pedofilia. Para garantizar la efectividad de estas medidas tomadas, encargó el año pasado, en 2022, un informe anual sobre abusos a la Comisión y reclamó transparencia a la diócesis sobre los casos de pederastia.
La modernización de la institución se ha visto reflejada en su postura acerca del celibato, donde ha llegado a declarar que: “No hay ninguna contradicción para que un sacerdote se pueda casar. El celibato en la Iglesia occidental es una prescripción temporal: no sé si se resuelve de un modo o de otro, pero es provisoria en este sentido”, añadió Francisco.
Asimismo, recalca la necesidad urgente de nombrar a más mujeres en puestos dentro del seno del Vaticano. Este propósito en la mayoría de ocasiones se encuentra sin un respaldo de medidas efectivas o reales. Las políticas que está usando Bergoglio se están centrando en el diálogo y el acercamiento. Hay que tener en cuenta que se parte de un nivel muy bajo, por lo que hasta que veamos medidas o cambios va a tener que pasar un tiempo. Se empieza a reflexionar sobre el papel de la mujer pero de una manera tímida y sutil.
A pesar de los esfuerzos e intenciones del actual papa por modificar la curia, dentro del Vaticano todavía persiste una estructura jerárquica piramidal patriarcal, que no permite que esa modernización llegue a ser efectiva. Esta estructura, afecta especialmente a las mujeres, quienes se encuentran sometidas a una relación de servidumbre y pasividad con la institución.
Viajes reducidos pero muy simbólicos
A lo largo de esta década, el papa Francisco no ha realizado tantos viajes como sus antecesores, aun así, sus movilizaciones han estado cargadas de simbolismo. Ha elegido cuidadosamente sus destinos y siempre han sido a las periferias, evitando de esta manera los núcleos urbanos grandes. Su primer destino fue Lampedusa, una isla que servía como entrada a Europa para los migrantes de África. Este viaje fue realizado en julio de 2013, que dista de casi 10 años del último que realizó a finales de enero del 2023, con destino Sudán del Sur y la República Democrática del Congo, donde ha pedido al "colonialismo económico" retirar "sus sucias manos" del continente. Se trata de lugares que no suelen ser comúnmente visitados o ni si quiera nombrados, allí donde nadie se lo espera. Mediante estos gestos consigue corroborar su mensaje de que todas las personas merecen su atención.
Actualmente Francisco afronta su segunda década como Papa con 86 años y con las dificultades que eso conlleva: en los últimos años ha perdido notoriamente movilidad y se ha sometido a varias intervenciones quirúrgicas, lo que le ha obligado a limitar sus apariciones públicas. Los rumores sobre la salud del Papa Francisco y una posible abdicación llevan meses apareciendo y desapareciendo. Sin embargo y pese a sus dolencias, su intención sigue siendo seguir al frente de la Santa Sede.
Más noticias: