
El día que el 'Apagón' dejó de ser ficción: Las series que vaticinaron la tragedia
Las series 'Apagón' y 'El Eternauta', recién estrenada, son una premonición de lo que ocurrió en España el 28 de abril
Parecía impensable que ocurriesen un apagón que dejase incomunicada a la población durante varias horas. Sin embargo, eso fue España el 28 de abril. Pese a la imrpobabilidad existen varias ficciones que se adentraron en este posible problema.
La serie más reciente que se adentra en este fenómeno es 'El Eternauta' (Netflix), estrenada el 30 de abril de 2025. Sin embargo, esta serie fue filmada entre mayo y diciembre de 2023.
La historia arranca con una apagón al que le sigue una nevada tóxica que diezma a la población. Esto marca el inicio de una invasión alienígena.
Juan Salvo, excombatiente de Malvinas, lidera la resistencia en una lucha desesperada por la supervivencia. Inspirada en la obra de Oesterheld, la serie combina ciencia ficción con crítica social y una fuerte defensa de la resistencia colectiva.
Está protagonizada por Ricardo Darín y un sólido reparto. Cuenta con más de 35 locaciones reales y escenarios virtuales, gracias a tecnología de Virtual Production.
El Eternauta | Tráiler oficial | Netflix
Pero al pensar en sucesos apocalipticos, nos es imposible no pensar en la serie 'Apagón', que vio la luz en septiembre de 2022 en Movistar. Se trata de una ambiciosa producción de ciencia ficción realista que especulaba sobre las consecuencias de una gran tormenta solar que provocaba el colapso total del sistema eléctrico.
En su día fue aclamada como una narración distópica sobre la fragilidad de nuestra civilización tecnológica. Irónicamente, dos años y medio después adquirió una inquietante resonancia cuando, el 28 de abril de 2025, España y Portugal sufrieron el mayor apagón de su historia reciente.
Hoy veremos los paralelismo entre la obra de 2022 y el evento del 2025.
Una ficción con vocación realista: la serie Apagón
Basada en el pódcast 'El gran apagón' de José A. Pérez Ledo, la serie 'Apagón' fue concebida como una antología de cinco episodios autónomos.
Cada uno fue dirigido por una figura destacada del cine español. Rodrigo Sorogoyen, Raúl Arévalo, Isa Campo, Alberto Rodríguez e Isaki Lacuesta son los directores del film.
Los guiones, firmados por autores como Isabel Peña, Alberto Marini o Rafael Cobos, giran en torno a un mismo acontecimiento. Una tormenta solar que inutiliza todos los sistemas eléctricos y de telecomunicaciones del planeta.
Apagón: Tráiler Oficial | Movistar Plus+
Cada capítulo retrata una faceta distinta de la catástrofe. Desde los dilemas éticos de Protección Civil para actuar con información parcial ("Negación"). Hasta la vida en un hospital sin electricidad ("Emergencia").
Pasando por conflictos entre comunidades de supervivientes ("Confrontación"). La adaptación en entornos rurales ("Supervivencia"). Y, finalmente, una historia íntima en las primeras horas del colapso ("Equilibrio").

El hilo común es la reacción humana: solidaridad, miedo, egoísmo, improvisación. Sin recurrir a efectos espectaculares, 'Apagón' se sirve de escenarios cotidianos, hospitales, urbanizaciones, pueblos, para construir un retrato verosímil de cómo reaccionaríamos ante un colapso total de la civilización tecnológica.
La crítica elogió su tono sobrio, sus actuaciones y su capacidad para generar una sensación de inmediatez angustiante.
El apagón real: España, 28 de abril de 2025
A las 12:32 del 28 de abril de 2025, una caída repentina de generación eléctrica provocó una oscilación masiva en la red. Esto derivó en el colapso del sistema peninsular español.
En menos de cinco segundos, se perdieron unos 15 GW de producción, aproximadamente el 60% del total, y la red se desconectó del sistema eléctrico europeo. El apagón afectó a toda la España peninsular, Portugal y parte del sur de Francia.
Solo Baleares, Canarias y las ciudades autónomas escaparon del corte gracias a sus redes aisladas.

Las consecuencias fueron inmediatas. Desde semáforos apagados provocaron atascos masivos, miles de personas quedaron atrapadas en ascensores y trenes, hospitales funcionaron con generadores limitados, y las telecomunicaciones se redujeron drásticamente.
Económicamente, el impacto fue severo. Una caída del 55% en transacciones electrónicas (unos 400 millones de euros menos en compras), pérdidas industriales y comerciales, y un coste total estimado en hasta 800 millones.
Políticamente, se activaron todos los niveles de emergencia. El Consejo de SeguridadNacional se reunió de urgencia, el Gobierno liberó reservas estratégicas de combustible y se desplegaron medidas excepcionales para restaurar el servicio.
La opinión pública respondió con calma y civismo, pero también con inquietud: la sensación de vulnerabilidad se instaló en el imaginario colectivo.
Ficción vs. realidad: un paralelismo incómodo
El parecido entre la serie 'Apagón' y el evento de abril de 2025 no pasó desapercibido. Mientras que en la ficción el detonante era una tormenta solar, en la realidad se trató de un fallo técnico, pero las consecuencias inmediatas fueron sorprendentemente similares.
La caída de las telecomunicaciones, interrupción de transportes, colapso hospitalario y caos urbano.

La diferencia principal fue la duración. En la serie, el apagón se prolonga indefinidamente y obliga a un rediseño de la sociedad.
En el caso real, el servicio eléctrico comenzó a restablecerse ese mismo día y para la mañana siguiente ya funcionaba casi en su totalidad.
No obstante, el episodio real sirvió como una advertencia. Lo que se presentó en la ficción como un experimento narrativo se convirtió de pronto en un espejo potencial de nuestras carencias estructurales.
Ambos escenarios ilustran la dependencia total de nuestras sociedades del suministro eléctrico. También revelan algo más profundo: cómo reaccionamos ante el colapso. En 'Apagón', vemos tanto altruismo como violencia. En la vida real, predominó la colaboración, aunque no faltaron temores a saqueos ni rumores infundados en redes sociales.

La serie 'Apagón' imaginó lo que pasaría si nuestra civilización tecnificada se apagara de repente. El 28 de abril de 2025, esa posibilidad dejó de parecer lejana. Aunque breve, el apagón real mostró cómo una infraestructura crítica puede fallar, y cómo cada uno de nosotros se convierte en un engranaje decisivo para sostener el tejido social.
Si algo nos enseñan tanto la ficción como la realidad, es que estamos a un cortocircuito de distancia del desconcierto. Y que la resiliencia, más que en cables o servidores, se mide en la capacidad humana de adaptarse, cooperar y reconstruir.
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