04 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

ESTE TIPO DE actividad SURGE DENTRO DEL 'DARK TOURISM' Y CONSISTE EN LA VISITA A LOS CAMPOSANTOS QUE CUENTAN CON MAYOR BELLEZA ARQUITECTÓNICA

Prolifera el 'necroturismo' con los cementerios: "Permite normalizar la vida que hay en torno a la muerte"

El Cierre Digital en / El cementerio de Montánchez en Cáceres y el cementerio de Bilbao.
/ El cementerio de Montánchez en Cáceres y el cementerio de Bilbao.
El necroturismo forma parte del ‘dark tourism’ o turismo oscuro, que gira en torno a la tragedia, el sufrimiento humano o la muerte. En los últimos años este turismo enfocado en visitar cementerios o catacumbas ha experimentado un importante crecimiento. Los primeros cementerios españoles en contar con visitas fueron los de Poblenou y Montjuïc, en Barcelona, en 2010. Repasamos algunos de los cementerios más bonitos de la geografía española como el de Bilbao o La Almudena.

En los últimos años algunos cementerios se han convertido en puntos de referencia para turistas y a medida que pasa el tiempo los tabúes en torno a la muerte se van desprendiendo del imaginario colectivo. La popularización de este tipo de visitas ha generado el término necroturismo, que hace referencia a la visita lúdica a cementerios, catacumbas o lugares similares. De hecho, existe la llamada Ruta Europea de Cementerios, que está reconocida por el Consejo de Europa.

El necroturismo forma parte del ‘dark tourism’ o turismo oscuro, que gira en torno a la tragedia, el sufrimiento humano o la muerte. El término fue acuñado por Malcom Foley y John Lennon en 2000 y el interés por la actividad ha dado lugar a que lugares como Auschwitz, Chernobyl, Nagasaki o Alcàsser se conviertan en puntos de visita de turistas contemporáneos. La clave de esta tipología es la conexión personal con el contexto y la historia. 

Urban Networks: Necroturismo: cementerios entre el arte, la historia, la  fascinación y la extravagancia.

Necroturistas.

Concretamente, el necroturismo permite conocer lo que hay en torno a la muerte desde nuevas perspectivas. Además, permite realizar un viaje al pasado donde se olvida la trivialización de la tragedia y lo oscuro de la muerte. La clave es explorar la cultura de la muerte desde el respeto y la sensibilidad. 

Por otra parte, en Europa y en España hay numerosos cementerios que cuentan con una importante belleza arquitectónica que motiva a los turistas a visitarlos. También son motivo de visita las tumbas de figuras ilustres y las leyendas asociadas con la muerte. Por ello, hay visitas que se realizan de noche. Lo principal del necroturismo es que habita alejado del morbo. Con la llegada del necroturismo a España los cementerios han dejado de ser simplemente lugares a los que acudir por necesidad, asociados al dolor o la tristeza.

"Da conocimiento sobre el sector"


En una conversación con elcierredigital.com, el mejor embalsamador del mundo, Josep Lluís Mulero, explica que cuentan “con un programa en México donde realizamos intercambios de ámbitos funerarios y costumbres y visitas a cementerios. El necroturismo es algo curioso porque es desconocido y eso le suma atractivo. El hecho de visitar los cementerios como actividad turística permite dar a conocer el sector y descubrir lo bonito que hay en torno a la muerte. Es cierto que es para un público muy específico, pero no deja de ser curioso. Todo lo que es innovación hacia algo desconocido es positivo y da valor a temas tabú como puede ser la muerte”.

“Hay mucha gente que no quiere saber nada de la muerte, pero cosas como el necroturismo permiten normalizar la vida que hay en torno a la muerte. Para que se normalice se debe tratar el tema de una manera muy cuidadosa y respetuosa”, añade Josep Lluís Mulero.

Nos habla Josep Lluís Mulero, el mejor embalsamador del mundo | El Cierre  Digital

Josep Lluís Mulero.

“Su popularidad se debe a en parte a la novedad pero es bueno porque habrá gente que se acerque a ello por curiosidad y luego descubra algo que no esperaba y que le guste, adoptando este tipo de turismo como parte del turismo de toda la vida. Por otra parte, hay cementerios que cuentan con verdaderas obras arquitectónicas. Todo lo que sea dar visibilidad al sector es algo bueno”, concluye Josep Lluís Mulero.

España y la belleza de sus cementerios


Los primeros cementerios españoles en ofrecer visitas fueron los de Poblenou y Montjuïc, en Barcelona, en 2010. Desde entonces la oferta no ha dejado de crecer. De hecho, la revista Adiós organiza desde 2014 una serie de premios a los cementerios más cuidados y populares del país con la intención de poner en valor la belleza de estos espacios. El cementerio de Montuïc también es conocido como cementerio Nuevo o cementerio del Sudoeste y fue encargado al arquitecto municipal Leandre Albareda.

Durante la segunda mitad del siglo XIX los cementerios de la Ciudad Condal estaban prácticamente al límite de su capacidad, así que la creación del camposanto de Montjuïc en 1883 apareció como la solución necesaria. Entre sus empinadas callejuelas se hallan algunas tumbas de las personalidades más célebres de Barcelona, como Francesc Cambó (político), Ildefons Cerdà (ingeniero del Plan Cerdà de Barcelona), Francesc Macià (presidente de la Generalitat de Cataluña) o Jacint Verdaguer (poeta).

Cementerio de Montjuïc.

En España hay una larga lista de cementerios que destacan por su belleza y su historia. En esta lista se encuentra el cementerio de la Ballena en Castro Urdiales, Cantabria. Este cementerio, declarado como Bien de Interés Cultural, reúne un conjunto de monumentos funerarios que son todo un repaso de los distintos estilos que han marcado la historia de la arquitectura y de las artes decorativas: neóclasico, eclecticismo, neomedievalismo, modernismo, gótico, art decó, etc. A esto hay que sumar la belleza del lugar donde se ubica, una loma sobre el mar.

En Avilés, Asturias, se encuentra el cementerio de La Carriona, que fue construido en el siglo XIX y fue diseñado por el arquitecto Ricardo Marcos Bausá, quien también se encargó de diseñar la Ciudad Lineal en Madrid. Este cementerio destaca por las esculturas simbólicas que presiden los panteones. La tumba más célebre es la del escritor Armando Palacio Valdés, uno de los principales autores de finales del siglo XIX y principios del XX, cuya famosa obra “La hermana San Sulpicio” ha sido llevada varias veces al cine. Un medallón con su imagen y las letras de “Viajero, si algún día escalas las montañas de Asturias y tropiezas con la tumba del poeta, deja sobre ella una rama de madreselva. Así Dios te bendiga y guíe tus pasos con felicidad por el Principado”, presiden la tumba del escritor.

Cementerio de La Carriona Avilés.

En Cáceres se encuentra el cementerio de Montánchez, uno de los más curiosos de nuestro país, presidido por un castillo árabe muy visitado. Desde el campo santo se disfrutan de las vistas de la Sierra de Montánchez a más de 700 metros de altura. El cementerio fue construido en 1810 y en él destacan las capillas de Carmen y San Pedro y las dos entradas principales adornadas con diversos elementos decorativos.

También en Cáceres se encuentra el cementerio militar alemán de Cuacos de Yuste. Más que por su belleza, este lugar destaca por sus connotaciones históricas. Situado en un recóndito lugar entre montañas, una placa explica su razón de ser: "En este cementerio de soldados descansan 28 soldados de la Primera Guerra Mundial y 154 de la Segunda Guerra Mundial. Pertenecieron a tripulaciones de aviones que cayeron sobre España, submarinos y otros navíos de la armada hundidos".

Cementerio militar de Cuacos de Yuste.

Algunos de ellos murieron en hospitales españoles a causa de sus heridas. Sus tumbas estaban repartidas por toda España, allí donde el mar los arrojó a tierra, donde cayeron sus aviones o donde murieron. El Volksbund en los años 1980-1988 los reunió en esta última morada, inaugurada en presencia del embajador de la República Federal de Alemania en un acto conmemorativo hispano-alemán el 1 de junio de 1988. Recordad a los muertos con profundo respeto y humildad."

Mención especial se merece el cementerio de Bilbao. Desde los inicios del siglo XX el cementerio de la capital vizcaína presenta una gran variedad de maravillas arquitectónicas. Visitar las tumbas de este camposanto es conocer la evolución de la sociedad burguesa bilbaína. A más dinero, más lujo y más extravagancia. Lógicamente, la escultura tradicional vasca también es un aspecto a destacar.

El cementerio de la Almudena en Madrid es uno de los más bellos de la geografía nacional. Situado en el distrito de Ciudad Lineal, fue creado en 1884 e inaugurado en 1925. Toma su nombre de la Virgen patrona de la capital de España. Actualmente, bajo su nombre se integra también el cementerio civil y el hebreo, situados enfrente del principal.

Cementerio de La Almudena.

En él descansan los restos de destacados personajes, como los escritores Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Pío Baroja o Benito Pérez Galdós; políticos como Niceto Alcalá-Zamora, Jose María Gil-Robles, Alejandro Lerroux o Enrique Tierno Galván, y artistas de la talla de Lola Flores, Estrellita Castro, Olga Ramos, Fernando Rey o Lina Morgan.

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