17 de junio de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

EL HISTORIADOR Y PERIODISTA JULIO MERINO REVELA CONVERSACIONES QUE EL DICTADOR MANTUVO CON SERRANO SUÑER, EMILIO ROMERO O TORCUATO FERNÁNDEZ MIRANDA

'Entre ayer y mañana' (IV): Las tres anécdotas de Franco que nunca se han contado

El Cierre Digital en El dictador Francisco Franco.
El dictador Francisco Franco.
El general Francisco Franco es una figura que, pese a su notoriedad, es muy poco conocida. Tal es así que tan solo aquellos que mantuvieron un vínculo con el caudillo conocían a fondo su personalidad. En la cuarta entrega de la serie de elcierredigital.com 'Entre ayer y mañana' el periodista Julio Merino destapa algunas de las anécdotas del general como figuras como Serranos Suñer, Torcuato Fernández Miranda o Emilio Romero.

Ya sabemos todos que de Franco o sobre Franco, a favor antes, en contra ahora, se habrán escrito millones de páginas en todo el mundo, no en vano la Guerra Civil española ha producido más literatura que, incluso, la II Guerra Mundial.

Bien, pero hay algunas anécdotas que no figuran, o creo yo que no figuran en la Historia pero sí, en la Intrahistoria (de Unamuno y Galdós), al menos para mí, porque los autores me las contaron a mí en persona.

Franco y Serrano Suñer

A Serrano Súñer le conocí y le traté más de 15 años viéndole o hablando con él por teléfono casi todos los días del año... y fue en una de aquellas charlas cuando Serrano se distendía y te hablaba de cosas personales.

- ¿Sabes lo que me pasó con mi pariente? –(así le llamaba siempre don Ramón a Franco, pues ambos se habían casado con las hermanas asturianas Polo)-- un día que estuvimos en el Consejo Nacional del Movimiento y pronunció un discurso feroz contra los americanos. Discurso que, naturalmente, fue tan aplaudido que hasta los relojes se pararon. Todo el tiempo que yo estuve en silencio y sin tocar las palmas... fue Franco, quién cuando ya íbamos para su despacho, el que tenía en el Consejo, y ya en el pasillo y al quedarnos solos me dijo:

- Ramón, no has dicho nada, ni has aplaudido. 

- Paco (así le llamaba Serrano a Franco en privado y hasta en público, nunca le llamó Caudillo, ni Excmo., ni Generalísimo) es que creo que te has equivocado.

- ¿En qué me he equivocado, según tú?

- Paco, has puesto a parir a los americanos sin darte cuenta que gracias a los “transfers” que firman junto con los ingleses los españoles pueden comer hoy.

-  Ramón, es que se lo han merecido, nos están haciendo daño.

Serrano Suñer dejó de ser ministro de exteriores por culpa de una mujer?

Franco y Serrano Suñer.

-  No, Paco, si no es que lo que tú has dicho esté mal, está bien dicho, pero no por el Jefe del Estado. Ese discurso lo tenía que haber pronunciado un Ministro y no tú, porque al Ministro se le puede cesar y no pasa nada, pero al Jefe del Estado no se le puede cesar.

-Y Franco no contestó y siguió en silencio. Pero al llegar a su despacho solo me dijo una cosa.

- Ramón, lo malo es que tú siempre tienes razón. Intentaré arreglarlo.

-Pues sabes que sí me respondió. A los 8 días. Cuando algo nervioso me dijo que tenía que cesarme y me cesó.

Franco y Torcuato Fernández Miranda

También tuve la fortuna de hablar mucho y sin cortapisas con Torcuato Fernández Miranda y de lo que fue la Reforma Política y de aquellos primeros meses y años y de la Transición he escrito infinidad de páginas, pero esta anécdota que hoy me sale del Baúl de mis Recuerdos, creo que nunca la había contado. Un día le pedí su opinión personal de Franco y me contó esta anécdota:

-Pues, querido Merino, te lo voy a definir con algo que me pasó con él. Acababa yo de ser nombrado Ministro Secretario General del Movimiento cuando un día en el despacho normal en El Pardo me dijo:

-Oiga, Miranda, me han dicho que está usted proyectando cambiar la camisa azul de Falange.

Torcuato Fernández-Miranda, del franquismo a la reforma

Torcuato Fernández Miranda. 

- Pues sí, Excelencia, creo que los tiempos que corren hoy son otros.

- Sí, eso es verdad, porque tampoco a mí me gusta ver a funcionarios de menor escala, a empleados que nunca han sido de Falange, verlos con camisa azul. En mi criterio solo deben mantener la camisa azul los que de verdad se sientan o quieran ser falangistas. O sea, ni impuesta ni prohibida.

Y naturalmente, así lo hice, con grandes críticas a mi persona, porque incluso algunos radicales fueron a quejarse a Franco, pensando que era un disparate, sin saber ellos lo que opinaba Franco al respecto.

Franco y Emilio Romero

Emilio Romero, mi Director en “Pueblo” me contó que Franco no era tan serio como lo pintaban y que a veces hasta podía resultar simpático.

-Te voy a contar lo que me pasó la semana pasada cuando fui a ver a Franco, ante el ataque que estaba recibiendo del OPUS y del propio almirante Carrero Blanco. Y como yo con la confianza de otras veces le dije que me tenían ya al borde de la dimisión me contestó.

- Romero, de dimitir nada. Usted no dimitirá si yo no se lo pido. Así que aguante.

-Mi General, eso me tranquiliza, la calle no está ya como estos señores creen que está, hay que ir abriendo la mano si no se quiere perder mañana el control, cosa que sería peor. Además, mi General nuestro Régimen no va a ser eterno.

Emilio Romero, director de 'Pueblo'.

-Sí, Romero, pero el Almirante me dice que “Pueblo” es un nido de “Rojos”.

-¿”Rojos”? Mi General, yo le aseguro que sí, que muchos al entrar en “Pueblo” son “Rojos”, pero le aseguro que cuando llevan allí ya un tiempo y se les paga mejor que en ningún otro periodico se van cambiando de camisa y más de uno cambian la roja por la azul.

-Já, já... (y dejó escapar una media sonrisa, eso sí, cautivadora).

COMPARTIR: