26 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

Durante 2022 el humorista zaragozano se retiró de los escenarios tras pasar dos meses en coma en el Hospital Quirón de Madrid y ahora ya restablecido

Manuel Royo, la vuelta de un gran cómico: "A don Paco Martínez Soria le gustaba mucho cómo actuaba en el escenario"

El Cierre Digital en El humorista Manuel Royo.
El humorista Manuel Royo.
El año 2022 marcó un punto de inflexión en la vida del humorista zaragozano Manuel Royo. El cómico pasó dos meses en la UCI del Hospital Universitario Quirón de Madrid. Tras aquel episodio se retiró de los escenarios después de cinco décadas 'haciendo reír a todos'. El reconocido humorista, quien comenzó en el mundillo a finales de la década de los sesenta, ha afirmado a elcierredigital.com que ya está recuperado y que al caer el telón "es un hombre muy normal y con muchas ganas de aprender".

Sereno aunque con una vitalidad que impresiona. A sus 72 años el cómico zaragozano Manuel Royo, quien mantiene el humor que conquista a la audiencia, ha vuelto a vivir después de un episodio que marcó un punto de inflexión en su vida este pasado 2022. “Después de que me pusieran la tercera vacuna del COVID, de repente, me empecé a encontrar mal y decidí ir a las Urgencias del Hospital Universitario Quirón. Yo entré en la UCI el dos de enero y salí el nueve de marzo", afirma a elcierredigital.com el humorista.

"Durante ese período, el cual pasé en coma, tuve una neumonía bilateral, embolia pulmonar, un infarto, un ictus y una parada cardíaca. De hecho, me llegaron a dar la extrema unción. Yo siempre digo que mis guardaespaldas son los médicos. Me salvaron la vida", puntualiza a elcierredigital.com el humorista. 

Tras ese episodio el cómico, quien reside cerca del barrio madrileño de Casa de Campo, ha vuelto a coger la bicicleta con la que tal y como afirma "se movía asiduamente por Madrid". Una práctica deportiva que, según reconoce, contribuyó a su recuperación. Pese a haber labrado una brillante carrera como uno de los 'gigantes' del humor nacional, Royo ha dejado de trabajar ya que su capacidad física se ha visto mermada y asegura que "su cuerpo no es el mismo". No obstante recalca que el ha vivido un auténtico "proceso de superación".  

-Como reza su página web han sido ’52 años haciendo reír a todos’. 

-Ha sido muy original. Yo empecé en 1969. Por aquel entonces tenía 18 años y un día fui al Circo Atlas de los Hermanos Tonetti. Al llegar, pregunté por ellos ya que yo quería una oportunidad para poder trabajar. Fue Pepe quien al llegar me dijo: "Venga, a la pista". Me sacaron así, sin haber ensayado ni nada. Tanto Pepe como Manolo se convirtieron en mis padres artísticos y María del Mar, la hija de Pepe, es mi hermana.  

Imagen del Circo Atlas de los Hermanos Tonetti.

Mis abuelos, quienes nacieron en el siglo XIX, se reían muchísimo conmigo y yo siempre digo que he hecho reír a gente de ese siglo, del XX y del XXI. Hice reír a mis abuelos y en las últimas giras que realizaba por las fiestas de los pueblos hacía reír a los chavales jóvenes. Eso es muy bonito. 

-Usted comenzó a labrarse una carrera humorística en plena Dictadura franquista en la que ya destacaban figuras como Miguel Gila o Paco Martínez Soria. 

-Yo tuve la suertes de caer muy bien y, en un principio, yo hacía imitaciones. No obstante siempre me decían: "Manolo, tu en el escenario puedes hacer lo que te de la gana pero jamás hables ni de Franco, ni de religión, ni del ejército". Aunque costaba, seguía el consejo. Durante aquella época conocí a algunos de los grandes como a Don Paco Martínez Soria. Yo trabajaba en una discoteca que se llamaba Micheleta, la cual se encontraba en el centro de Madrid y cada vez que actuaba acostumbraba a decirle al portero que si alguna vez iba alguien famoso que me avisara para poder dedicarle la actuación y después, poder hacerme una foto con él. Un día me dijo que Paco Martínez Soria había estado en una de mis actuaciones. 

Al día siguiente volvió a verme y le comentó al portero que le había gustado mucho. Tras esto fui a la puerta de la Joy Slava, donde él actuaba, a esperarle. Nos saludamos, fui con él al camerino y estuvimos un buen rato hablando. La gente me ha comentado en muchas ocasiones que me parecía mucho a él sobre el escenario y he tenido la oportunidad de hacer La ciudad no es para mí en homenaje a Paco Martínez Soria después de que, tras ponerme en contacto con su hija Maria Eugenia, me concedieran permiso. Con Miguel Gila coincidí durante mi etapa en Noche de fiesta. Siempre pasaba por delante de mi camerino y me saludaba. Era muy bueno. 

-En 1977 es Superventas con su disco Thas Pasao y aparece en el programa de TVE 'Esta noche fiesta' de José Mª Íñigo, que fue por aquella época una cantera muy importante para aquellos que quisieron dedicarse al mundo artístico.

-Antes de aparecer en el programa de José María Iñigo, en 1976 tuve la oportunidad de participar en el espacio 625 días, en la sección de humor, con Mari Cruz Soriano y José Antonio Plaza. Aquello fue un auténtico y romántico accidente. Un año después ya fui a TVE como cantante, fue la casa de discos quien le comentó a Iñigo que Thas Pasao era la canción del verano y que yo, además de cantar era humorista, por lo que fui al despacho de Iñigo y le comenté que iba a contar algunos de los chistes de mi repertorio además de cantar la canción. Le gustaron mucho. 

El día que yo actúe en el programa Esta noche fiesta fue el mismo día que Miguel Bosé se estrenó con 'Linda'. Imagínate. Aquella noche también iba actuar Mari Trini, pero falló. Fue entonces cuando José María vino corriendo a mi camerino y me pidió que contara más chistes pero insistió en que no fueran verdes. Al fallar Mari Trini los 17 minutos que iba a tener ella sobre el escenario me los llevé yo. Fíjate que el mes de noviembre es el peor mes para las actuaciones y aquel año hice 22. 

-En Televisión Española también es muy recordado su personaje de 'Mc Royo', una de las estrellas del '1,2,3 responda otra vez'. 

-En 1985 yo ya estaba sustituyendo a Gila en la sala de fiestas 'Windsor' la cual se encontraba en el Edificio Windsor de Madrid. También actúe en las salas de 'Cleofás' y 'Xenon'. Una de aquellas noches cuando entre el público vi a un hombre cuya cara me sonaba mucho. Tuve que parar la actuación y dije: "¿Eres tú?". Aquel hombre era Chicho Ibáñez Serrador quien estaba sentado al final de sala con su mujer Diana

Chicho vino porque le habían dicho que había un humorista que actuaba muy bien. Al terminar la actuación, entró a mi camerino y me dijo que me iba a llamar su secretaria Paloma y que el viernes de esa semana tenía mi primer programa. Fui, ensayé e hice mi primera actuación. En '1,2,3' empecé con Mayra y acabé con Jordi Estadella. Me encantaba trabajar con Chicho porque era muy duro y yo también lo soy. Él no quería cachondeo ni chorradas, íbamos a trabajar..a las 10.00  de la mañana ya estaba con su puro y su bufanda al cuello.

Además de trabajar con Chicho, también lo hice con José Luis Moreno en Noche de Fiesta. Era muy directo y si había alguna cosa que no le gustaba, él te llamaba, te asesoraba...lo pasábamos muy bien y había mucha libertad. En el programa hacía monólogos y también llegué a hacer 15 revistas. El director Pedro Masó llegó a decir: "este tío tiene que hacer películas conmigo". Y además de la serie Compuesta y sin novio hice la película Atraco a las tres y media con Elsa Pataky, Iñaki Miramón, Josema Yuste...Ahora, desde mi sofá escuchó las audiencias que hacen los programas y me sorprende cuando dicen que han hecho entre 1 y 2 millones. Nosotros con el '1,2,3' llegábamos a hacer 25 millones. 

-Además del ámbito humorístico y la música, también tuvo una inmersión en el mundo de la escritura. 

-Si. He escrito 22 libros ya que siempre he tenido la necesidad de seguir comunicándome con alguien. 

El humorista Manolo Royo.

-Cinco décadas haciendo reír a todos encima de un escenario pero, ¿cómo es Manuel Royo cuando se cierra el telón?.

Un hombre muy normal y con muchas ganas de aprender. 

-Por último Manuel, ¿algún proyecto futuro?.

Estamos ultimando los detalles de mi nuevo libro el cual se llama ‘Reflexiones de un payaso’.

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