16 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

La hija pequeña de Lola Flores y 'El Pescaílla' celebró este sábado su aniversario también con amigos como Eugenia Martínez de Irujo

Los Flores se unen en el sesenta cumpleaños de Rosario: El cambio de las hijas de 'La Faraona'

La saga de los Flores.
La saga de los Flores.
La saga de los Flores ha vuelto a reunirse con motivo del 60º cumpleaños de la cantante Rosario Flores. Un evento al que no faltaron miembros de la familia, como su hermana Lolita o sus sobrinos Guillermo y Elena Furiase, o amistades como Eugenia Martínez de Irujo, Mariola Orellana y su marido Antonio Carmona, el director Pedro Almodóvar o Bibiana Fernández. El legado que un día inició 'La Faraona' y el guitarrista 'El Pescaílla' está más vivo que nunca gracias a sus dos hijas.

La cantante Rosario Flores ha cumplido 60 años este pasado 4 de noviembre y la finca Mirador de Cuatro Vientos, localizada al sur de Madrid, acogió la fiesta de cumpleaños que celebró la hija pequeña de Lola Floresel Pescaílla. Un evento al que no faltaron miembros de la saga, como su hermana Lolita o sus sobrinos Guillermo y Elena Furiase, o amistades como Eugenia Martínez de Irujo, Mariola Orellana y su marido Antonio Carmona, el director Pedro Almodóvar o Bibiana Fernández

En el acto no faltó cante, mucho baile y hasta una chirigota que rindió homenaje a la extensa y fulgurante carrera de la cantante, quien ha continuado, al igual que su hermana, el legado que un día iniciaron 'La Faraona' y su esposo, uno de los guitarristas o más bien, 'padres' de la rumba catalana. 

Un legado irrepetible

Lola Flores dejó un legado en el flamenco español irrepetible. La artista que ostentaba carisma y genialidad “se sentía gitana sin serlo”, admiraba a Pastora Imperio y sus orígenes humildes le llevaron a cantar por los tablaos, donde pronto descubrieron que aquella niña tenía duende. Contrajo matrimonio con Antonio González, más conocido como el Pescaílla, uno de los padres de la rumba catalana, con quien la coplera compartió 38 años de su vida. Durante su matrimonio superaron épocas muy duras, como el paso de la artista por el banquillo o la enfermedad que la acompañó durante los últimos años de su vida.   

Tras el fallecimiento de la Faraona, la saga se quedó sin uno de sus pilares fundamentales y Antonio González, sin el amor de su vida. El guitarrista tuvo que hacer frente a la muerte de su mujer y de su hijo en apenas 15 días. En 1999, el compositor murió víctima de un cáncer hepático, a los 74 años. Está enterrado junto a la folclórica y Antonio Flores en el cementerio de La Almudena.

 Una boda arriesgada

Si hay un evento que recordar en la familia Flores es la boda de Lolita. En la Iglesia de la Encarnación de Marbella, donde se celebraba, no cabía un alma y el enfado de la Faraona no dejó indiferente a nadie, legando para la posteridad una de las frases míticas del imaginario colectivo español: "Si me queréis, irse".

Aunque la boda de la primogénita de la artista no fue la única boda marcada por las anécdotas. Lola Flores y el Pescaílla se dieron el sí quiero el 27 de octubre de 1957 a las seis de la mañana en El Escorial, frente a amenazas de muerte, un embarazo y un desafío a las leyes gitanas.

Boda de Lola Flores y 'El Pescaílla'.

Una celebración a escondidas por los continuos enfrentamientos entre el clan de los Amaya y Antonio González, ya que el compositor tenía una hija con Dolores Amaya y, según la ley gitana, el cantante debía hacerse cargo de la pequeña. La Faraona se presentó en el templo con un vestido de Asunción Bastida y no se casó de blanco, sino de gris y corto, toda una revolución en materia nupcial de la época. Ambos contrajeron matrimonio en una boda sin apenas invitados. Los padrinos fueron el productor de cine Cesáreo González y la actriz Paquita Rico.

Si la ceremonia fue tensa por los problemas con los Amaya, el banquete, celebrado en el Hotel Felipe II, transcurrió sin incidentes. La folclórica ya se encontraba embarazada de Lolita Flores, que nació en 1958, y más tarde tuvo a Antonio (1961) y a Rosario (1963). Sus vástagos heredaron las dotes artísticas de sus progenitores. Para el matrimonio, sus hijos eran lo más importante. Disfrutaban en familia de las temporadas estivales en los Gitanillos donde La Faraona sacaba el puchero y no faltaba el cante en las reuniones familiares.

Un Goya, una trágica muerte y mucho arte

La primogénita del matrimonio fue un regalo para la Faraona. Desde pequeña acaparó portadas de la prensa rosa y tras el fallecimiento de sus progenitores, ha sido el sostén de la familia. Su debut como cantante se produjo a los 17 años con canciones como Amor, amor o Qué será de mí, aunque una de sus canciones más conocidas es Sarandonga.

Pero a pesar de llevar la música en la sangre, el cine siempre la atrajo. Sin embargo, Lolita no obtuvo el beneplácito de su padre ya que España se encontraba inmersa en la época del destape y los guiones subidos de tono no eran del agrado del Pescaílla. Posteriormente, la artista comenzó a hacer sus pinitos en el mundo del teatro y del cine, lo que le valió ganar un Goya en 2002 por su interpretación en la película Rencor.

Durante su vida a Lolita se le han conocido varios romances: Antonio Arribas, uno de los choris marbellíes, Paquirri o el también torero Palomo LinaresAunque su gran amor lo encontró en un argentino de ojos azules con el que contrajo matrimonio en 1983. Con Guillermo Furiase tuvo dos hijos, Elena, en 1988, que ha seguido la carrera de su madre en el mundo de la interpretación, y Guillermo, en 1993, un cantante que guarda un gran parecido con su tío Antonio. En 1995, se separó del padre de sus hijos y en 2010 contrajo matrimonio con el actor Pablo Durán. La pareja se separó en 2015. Actualmente, la artista consagrada en el mundo del cine, disfruta de su papel de abuela con los hijos de Elena Furiase.

Las reuniones familiares de los Flores eran grandes acontecimientos que copaban titulares y portadas de la prensa del corazón. Uno de aquellos eventos fue el bautizo del segundo hijo de Lola Flores y Antonio González, al que asistieron personalidades como Ava Gardner, la duquesa de Alba o Aline Griffith. La trayectoria profesional de Antonio Flores, al igual que la de sus hermanas, estuvo marcada por el arte, el cine y la música. Debutó en 1980 con la canción No dudaría y, a partir de ahí, su carrera fue meteórica. La composición le apasionaba y lanzó éxitos como Vente pa´ Madrid o Pongamos que hablo de Madrid.

Alba Flores: a 25 años de la tragedia de su familia y del matriarcado que  llevó a su padre a la muerte – Publimetro Perú

Antonio Flores junto a su hija Alba.

En el cine Antonio protagonizó, junto a su hermana Rosario, la película Colegas. Ser uno de los hijos de Lola Flores abría muchas puertas aunque para el cantante no todo fue de color de rosa. Su adicción a las drogas le acompañó hasta el final de sus días, aunque durante su relación con Ana Villa logró salir de su adicción. Fruto de esa relación, nació su hija, la actriz Alba Flores, a la que dedicó la canción Alba

Antonio Flores siempre estuvo muy unido a su madre y la muerte de la Faraona el 15 de mayo de 1995 a causa de un cáncer de mama, no pudo superarla. Tras pasar una noche en la cabaña que construyó en El Lerele componiendo, aparecería muerto con tan solo 33 años, víctima de una sobredosis. Sólo habían pasado 15 días desde la muerte de su madre, a la que adoraba y con la que tenía un vínculo especial.

Rosario Flores junto a su madre Lola. 

La más pequeña de los Flores tiene el temperamento de su madre en la sangre. Su aparición en la película En el taxi de los conflictos dejó claro que la benjamina del matrimonio había heredado el arte de sus padres. Rosarillo es una de las artistas más consagradas en el mundo de la música y sus canciones son de sobra conocidas. Entre ellas Sabor Sabor, Qué bonito o Algo contigo.

Al igual que su hermano, al que adoraba y cuya muerte le costó superar, protagonizó películas como Hable con ella o Colegas, en la que compartía cartel con el actor Enrique San Francisco, con el que mantuvo un romance y en la que rodó escenas que no eran muy del agrado de su padre. La cantante ha tenido dos relaciones conocidas, la primera con Carlos Orellana, con el que tuvo a su hija Lola Orellana, a la que “se la mandó su madre” ocho meses después de morir. La segunda, con Pedro Manuel Lazaga, con quien ha tenido a su hijo menor, Pedro Antonio Lazaga hace 17 años. 

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