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Una persona entrando a una oficina de empleo en Madrid.
COLUMNAS

Pocos cotizantes y muchas ayudas, caos futuro

Columna de opinión por Máximo González

Entre las tarifas planas temporales de los autónomos para reducir las cifras del paro -que de poco sirven pues seguimos siendo el país de la zona Euro con más parados juveniles-, pasando por el reconocimiento de los contratos parciales como completos a la hora del reconocimiento de las pensiones como día completo cotizado aunque los contratos sean por horas, no llegamos a final de mes. Además de por las ayudas que se dan a personas que no han cotizado nada o casi nada en su vida laboral o están necesitadas de atenciones de toda índole,  imprescindibles de ser ayudadas por el Estado.

Con el Estado pasa como con las familias, que gastan más de lo que ingresan en sus casas o se empeñan más de lo que pueden cada mes. Cuando van por la mitad de dicho mes, ya no tienen para seguir comiendo ni pagando viéndose. Se ven obligados a hacer quiebros continuos para sobrevivir como se pueda.

No parece muy razonable que una persona que se dé de alta como autónomo en la “tarifa plana”, por ejemplo. Ni que pague 80 euros al mes durante los 12 primeros meses que prorrogados pueden llegar a 24. Ni que su base de cotización de 751.63 euros permita entre otras cosas atenderle a él y a toda su familia en la Seguridad Social. Y a efectos de enfermedad, accidente y jubilación de la misma manera y con los mismos derechos de aquel otro autónomo/a que no cotice por la tarifa plana y cuyo coste mensual sea de 255.72 euros. Esto, según el tramo de cotizaciones, que en este caso es el que va entre 670 y 900 actual de base de cotización.

A primera vista esto no parece ser demasiado ético, ya que va en detrimento del que lleva mucho tiempo intentando salir adelante con la cuota completa mencionada. Y más si es en un establecimiento hostelero cuyo dueño lleva pagando los 255.72 euros mensuales de cuota mínima. Si a este antiguo autónomo se le instala al lado otro establecimiento hostelero pagando la tarifa plana de 80 euros, resulta que por beneficiar a la creación de empleo del de la tarifa plana, se está perjudicando al antiguo. Este, con los mismos derechos que el nuevo, debe hacer un sobreesfuerzo para “aguantar el tipo” respecto al otro.

Y yo me pregunto: ¿Cómo se le ayuda al antiguo a seguir adelante si solo se piensa en ayudar al nuevo?. Si cuando se pone en práctica una norma tendente a mejorar la situación y la vida de los ciudadanos, se ve con el tiempo que con ella no se obtienen los resultados pretendidos, lo normal sería cambiarla. O cambiar a quien la impuso. No hay más que rascar; o funciona o no funciona.

Si quien tiene que hacer que funcione no lo consigue, está sobrando en su puesto de trabajo por el bien futuro de los demás. A no ser que quien le impuso en su puesto no haga nada y consiga con ello el hundimiento del sistema. Arrastra así a todos y todas a una hecatombe disfrazada con continuos parches para no alterar la paz social.

Un país debe medirse a los de su entorno y ante el resto del mundo por sobresalir en algo o en muchas cosas. Eso dirá mucho del buen hacer de sus gobernantes capaces con sus conocimientos y visión de futuro. De encauzar el progreso y el crecimiento de toda su población con el incremento de su producción, la solidaridad y la justicia social.

El “Estado del Bienestar” que siempre se ha ido buscando y consiguiendo con el asentamiento de la democracia de nuestro país, no debe volver a las andadas anteriores. No se ha luchado y conseguido tanto como para retroceder ahora por la acción retorcida o inacción de algunos de sus dirigentes, poco diligentes ni futuristas. Para eso no hemos luchado ni nos hemos sacrificado tanto anteriormente; ¡basta ya!

Y si además de lo expresado en el primer punto de este escrito añadimos que muchas son las deudas en la Seguridad y en la Agencia Tributaria que se dejan en el camino... Esto provocado, y no siempre, por la crisis económica por parte de muchos empresarios y autónomos que se marchan “de rositas” a sus países de origen sin que nada les perturbe. 

¿En qué situación quedamos los demás que a la mínima multa que nos ponen nos embargan las cuentas corrientes y/o nuestros bienes al tenernos controlados aquí y no marcharnos a ningún sitio? ¿Tenemos también la culpa los ciudadanos afectados al final de la falta de control que ejerce la Administración ante ciudadanos sin escrúpulos que no pagan sus cuotas a la Seguridad Social o sus impuestos a la Agencia Tributaria u otros organismos y que con lo ahorrado se marchan a sus países sin que nadie les pare los pies, ni les obligue a comprometerse a pagar ni a avalar sus deudas por ejemplo en la aduana, aeropuertos y/o donde correspondiera incluso con los bienes que puedan tener en sus países de origen si no tienen con qué avalarlos aquí?

Si estamos luchando por la igualdad, debemos defenderla de una forma completa y comprometida. No debería haber “atajos” ante la Ley. Las pensiones del futuro están en juego sufriendo recortes y/o paupérrimas revalorizaciones. Y nuestros hijos, dirigentes de nuestro país del futuro deberían tener su camino más trillado que nosotros.

Y ese mejor futuro para ellos debería ser el disfrute por nuestro sacrificio anterior con el fin de evitar el “colapso” del Sistema de Pensiones. El cual, y como esto siga así mucho más tiempo, no tardará en llegar si no se toman las medidas pertinentes que afecten no solo a lo aquí expuesto sino a muchas más cosas que habría que reformar de forma urgente. Esto servirá para ayudar a las contrataciones empresariales de los trabajadores y al aumento de cotizantes y cotizaciones.

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