Ernest Urtasun, ¿un personaje abocado al ridículo?

Ernest Urtasun, ministro de Cultura, ha eliminado el Premio a la Tauromaquia. No ha quedado sin respuestas. 

El periodista Antonio Lorca, de El País, donde escribe las crónicas taurinas, ha respondido con gran fuerza. Según él expresa en un extenso artículo, los responsables de la fiesta de los toros en España deberían ser más activos en sus respuestas. Ganarían los juicios en los tribunales.

Otra manera de contestar a Urtasun ha sido examinar las cifras que él da. Y reírse de las operaciones del ministro para ajustarlas a su voluntad.

Cada vez que habla,  quiere abrir un frente. Esto no quiere decir que vaya a ganar una batalla cultural o una guerra.  

Más que en el contenido, creo que conviene centrarse en la manera de hablar de Urtasun. Entonces, podemos verlo como un sujeto de cuyas opiniones y medidas la gente puede adquirir la costumbre de reírse. Y mucho. Lo peor que le puede ocurrir a un político es que la gente acabe riéndose de él cada vez que aparece en público o lo ven por televisión.

Ordenó que le grabasen un vídeo. Y empezó así:

“El pasado mes de Mayo manifesté la voluntad del Ministerio de Cultura de terminar con el Premio Nacional de Tauromaquia.”

Vamos a ver: ¿Es que el Ministerio de Cultura tiene voluntad? Se pone un traje que le cae excesivamente ancho. Viene a decir: “El Ministerio de Cultura soy yo”. Como se atribuye a Luis XIV de Francia: “El Estado soy yo”.

Y al hablar de los resultados de su consulta, sentencia que han sido “bastante  categóricos”. Categórico significa “que no admite objeción o discusión." ¿Qué es eso de ser “bastante categóricos”? O se es o no se es categórico. ¿Ignora Urtasun que no se puede estar “medio embarazada?”

Él repite que en la consulta ciudadana han participado más de tres mil entidades y personas físicas. En realidad, y según he leído, al final votaron 215 entidades o personas.

Pues como si nada. Termina asegurando: “Estos datos demuestran que más del 90% de las personas ya no concuerdan con el maltrato animal en nuestra sociedad”.

Menos mal que se ha quedado en más del 90%. El día que se ponga categórico, va a parecerse a dos dos estudiantes vascos que estaban comentando el resultado de un problema en el examen de Matemáticas. “A mí me ha dado infinito”. Y el otro le replicó: “¿Solo?”.

El matemático Piet Hein escribió el poema 'La regla de la mayoría', que podemos aplicar al caso. Supongamos que Urtasun algún día saliese diciendo: “No me concedí ni un momento de descanso, sino que busque el bienestar del número más grande”.  ¿Qué querría decir? ¿Que buscó el mayor bienestar de sí mismo y de su mano derecha? ¿O del triunvirato  que ejercía el mayor poder?; ¿o del grupo?; ¿o de la facción dentro de ese grupo?; ¿o del partido X?; ¿o  del Estado entero?

Es decir, ante alguien que tiene un lío tan grande en la cabeza, lo mejor es reírse de sus juicios cuando ofrezca motivo; es decir en casi todas las ocasiones. Y mostrando por qué hay que carcajearse en cada caso concreto. Cualquier día puede encontrarse con que le otorgan también a él un premio.

¿Cuál? Hace unos años, se entregaba anualmente el Premio al Tonto contemporáneo. Ahora, sólo habría que buscar un título apropiado. Y gracioso, por supuesto. Para eso, no hace falta organizar una consulta. Únicamente, personas con ingenio.