
Buda: El proceso de iluminación de Siddharta
Columna de opinión por Federico de Sánchez
La expresión Buda es un título, una designación, un reconocimiento; no es un nombre concreto o personal. Su significado vendría a ser “despierto”, “iluminado”, “inteligente”, y más concretamente: “alguien que está despierto a la realidad”; por tanto, estamos hablando de un título que describe el logro de un hombre, Siddharta Gautama, que alcanzó dicha realidad por primera vez.
Siddharta, después de tomar un baño reconfortante en las aguas del río Nairanjana, se sentó bajo una higuera para conseguir alcanzar el estado de iluminación, la verdadera sabiduría. Su promesa es firme: no se moverá del árbol (Árbol de la Ciencia) hasta su despertar espiritual.
Durante tres vigilias revive los aspectos esenciales que van a darle sentido a su nueva vida, renaciendo a una dimensión plena y consciente. La primera vigilia tiene conocimiento de sus vidas anteriores, logrando despejar toda sensación de ilusión, de fantasía. Durante la segunda vigilia alcanza a descubrir el conocimiento certero de la naturaleza del mundo que le rodea. En la tercera vigilia adquiere el conocimiento de la Ley de Causalidad (causa-efecto). En resumen: comprende que la naturaleza de la vejez y la muerte son el deseo incesante de nacimiento y que la ignorancia es la causa de todo dolor y sufrimiento.
A partir de este instante, Siddharta se convierte en el Buda, el Iluminado. Después de cuestionar si debe comenzar a impartir la sabiduría adquirida, decide iniciar su vida pública.
A través de sus peregrinaciones, el Buda enseñó su doctrina a numerosos discípulos. Ellos, a su vez, continuaron con la cadena de enseñanzas de su maestro, posibilitando que otras personas participen de su mensaje (legado que permanece en la actualidad)
Hay una serie de datos que debemos aclarar con precisión, ya que suele haber bastante confusión sobre ellos:
- El Buda no es un dios.
- No se considera profeta de dios.
- No se declaró cómo un ser divino.
En la práctica del budismo no existe el concepto de un dios creador. Hay quien sostiene que el budismo es una religión sui géneris sin Dios, y cada ser humano se convierte en el gran protagosnista.
Buda fue un ser humano -Siddharta Gautama- quien, a través de su propio esfuerzo, se transformó y trascendió su limitación humana, constituyéndose en él un nuevo orden de ser: un Iluminado.
Un aspecto muy interesante es hacer referencia al desarrollo del estado de iluminación alcanzado por el Buda. Consta de tres aspectos fundamentales:
- 1º Es un estado de sabiduría, de comprender las cosas como realmente son, de discernimiento.
- 2º Es una fuente de compasión -o amor- que se manifiesta en una actividad permanente para el beneficio de todos los seres del planeta.
- 3º Es la liberación de las energías del ser humano (cuerpo y mente) para poder colocarlas adecuadamente al servicio de una mente consciente.
El concepto budista de la Iluminación no se conoce correctamente en la cultura occidental. Una corriente de investigadores, estudiosos, escritores y divulgadores, la desarrollan en una línea humanista, con marcado sentido ético. Otros, en cambio, exponen la meta en términos de un dios que está más allá de toda realidad y que es fuente creadora de la totalidad del universo, siendo la meta la unión con él. Debemos aclarar que estas concepciones tienen poco que ver con la idea original que Buda transmitió, o con las diferentes corrientes del budismo. Por ello, debemos ser lo más fieles posibles al legado auténtico de Buda, y no contaminar con pseudoprácticas, mezclas entre culturas o religiones que en nada poseen significación real y auténtica.
“Si cada día coges un puñado de arena, formarás una montaña”, Buda
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